CORONAVIRUS
Por falta de envases, millones de vacunas de AstraZeneca fabricadas en Latinoamérica están siendo retrasadas
Un laboratorio argentino está fabricando 18 millones de dosis cada mes, pero de momento no pueden utilizarse por falta de insumos básicos.
Mientras en el mundo se avanza en la vacunación contra el coronavirus, la producción y distribución siguen siendo el punto débil para el cumplimiento del propósito que busca la inmunización total en los 192 países en los que ha hecho aparición la pandemia.
Y es que en esa lucha contra el tiempo han aparecido además variantes como la de Brasil y Sudáfrica, que han puesto en aprietos a las farmacéuticas para garantizar que los inmunizantes ya producidos sean efectivos y puedan contribuir a frenar su expansión.
La producción y distribución no han quedado exentas de las dificultades. Es el caso de la vacuna de AstraZeneca, que enfrenta una difícil situación porque aunque un laboratorio argentino está fabricando 18 millones de dosis cada mes, no pueden utilizarse por falta de insumos básicos.
Se conoció que el problema surgió por la falta de filtros, bolsas estériles, viales o excipientes biológicos en el laboratorio de México encargado de terminar el producto.
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La vacuna, producida en una factoría bonaerense del empresario argentino Hugo Sigman y financiada por la fundación del magnate mexicano Carlos Slim, se ha visto frenada por esa dificultad derivada de un problema mundial de desabastecimiento de esos elementos. Sin embargo, Sigman consideró que habrá que seguir esperando hasta el mes de abril.
Hace un año, renunció a obtener beneficios de su vacuna mientras durara la pandemia y, a través de la Fundación Bill Gates, buscó filántropos que asumieran los altos costos de producción. En Latinoamérica encontró a Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del mundo. El empresario mexicano aceptó con la condición de que la vacuna se fabricara en el continente.
Se decidió entonces que la fabricación del principio activo se realizara en mAbxience, una moderna instalación argentina perteneciente al grupo Insud, propiedad del matrimonio compuesto por la bioquímica Silvia Gold y el médico Hugo Sigman. El producto básico sería enviado luego a los laboratorios mexicanos Liomont, que se ocuparían de terminarlo y envasarlo para que AstraZeneca realizara la distribución.
Sin embargo, esta estrategia ha encontrado tropiezos por el desabastecimiento en el mundo de productos tan elementales como soluciones salinas, frasquitos y jeringas. Schott, el mayor fabricante mundial de frascos para envasar las vacunas, avisó desde hace más de 6 meses que no podía hacer frente a pedidos de cientos de millones de vasos.
Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca, admitió que el problema no era “fabricar la vacuna en sí misma, sino llenar los viales (envases)”, porque no había suficientes en el mercado.
El laboratorio de mAbxience empezó a fabricar en el plazo previsto y el 20 de enero exportó a México el equivalente a seis millones de vacunas. El 2 de febrero exportó otros seis millones de dosis.
En este momento, el laboratorio produce a un ritmo de 18 millones de dosis cada mes y en abril alcanzará los 25 millones de dosis mensuales. Ese material permanece paralizado en los laboratorios mexicanos de Liomont y en Argentina, a la espera de que se resuelva el desabastecimiento de viales.
Un portavoz de la compañía mexicana aseguró que los suministros necesarios estaban ya “garantizados” y que el envasado empezaría “próximamente”. “Los primeros lotes se envasarán la semana entrante”, dijo Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales de México.
Sin embargo, las dosis envasadas deberán esperar entre tres y cuatro semanas para que las autoridades regulatorias comprueben su estabilidad, esterilidad y dosificación. “Estos tiempos no pueden recortarse porque se trata de procesos biológicos”, explicó la funcionaria. “Una vez verificados los primeros lotes, la liberación de los siguientes será más rápida”, añadió.
Para disminuir el impacto por este retraso, AstraZeneca ofreció exportar a Argentina y México parte de la producción de su factoría en India. Según Hugo Sigman, ya llegaron 580.000 dosis de esta procedencia y en marzo llegarán otras 580.000. También encontró otra solución temporal. Como la vacuna de AstraZeneca no está autorizada aún en Estados Unidos (la luz verde se prevé para abril), la factoría estadounidense de la multinacional, sin problemas de desabastecimiento, se encargará de realizar por unas semanas la tarea de Liomont. “Ya hemos enviado el equivalente de 6.400.000 dosis desde Argentina a Estados Unidos y la semana próxima saldrán otras 6.400.000”, dijo el empresario argentino.
Liomont, cuya planta es una de las mayores de Latinoamérica (1,6 millones de metros cuadrados), tuvo que acometer un proceso de adaptación en sus instalaciones para contar con la tecnología necesaria y prepararse para una producción masiva. “Tiene unos laboratorios excelentes y ha hecho todo lo que debía hacerse, pero ha topado con un problema planetario que sufren también en Europa: hay mucha demanda de insumos y poca oferta”, comentó Hugo Sigman.
Hay cientos de vacunas en desarrollo o ya en el mercado y una carrera contra el reloj para inmunizar a los 7.500 millones de habitantes del planeta. Pero la industria mundial no produce más de 20.000 millones de viales al año, destinados a la producción farmacéutica ordinaria. La irrupción de las vacunas ha provocado una situación cercana al colapso. “Nadie podía estar preparado para esto, harán falta meses para que el suministro se normalice”, dijo.