Coronavirus
¿Pueden obligar a vacunarse contra el covid?
El debate sobre obligar a las personas a aplicarse el biológico contra el coronavirus está sobre la mesa en varios países. En el Vaticano las personas podrían perder su trabajo si no lo hacen. Muchos creen que esa exigencia es una violación de las libertades.
Varios países del mundo avanzan con el proceso de vacunación contra el coronavirus. Pero pese a su esfuerzo por superar la pandemia, aún cuentan con un problema que puede afectar la inmunidad de rebaño que tanto desean: el amplio grupo de personas que se niegan a vacunarse. Hasta ahora el debate de establecer como ley la vacunación es complejo, da la vuelta al mundo y toma vigencia por la decisión que acaban de tomar el Vaticano e Israel.
Muchas personas tienen dudas sobre la efectividad de las vacunas y miedo a los posibles efectos secundarios. Esos imaginarios, sustentados en varias teorías conspirativas que no tienen ningún asidero real o fáctico, han llevado a una parte de la población mundial a tomar la decisión de no vacunarse. Y la fundamentan en su derecho a la libertad de elección. Por ello, la posibilidad de volver obligatoria la inoculación contra la covid-19 está sobre la mesa. En el Vaticano, aunque varias personas se nieguen a hacerlo, se decretó que quienes quieran conservar su trabajo sí o sí tienen que probar que se vacunaron.
El Papa Francisco, de 84 años, fue uno de los primeros en apoyar las vacunas. Él fue de los primeros en aplicarse las dosis de Pfizer junto con el papa emérito Benedicto XVI, de 93 años. Ambos pontífices, debido a su edad, estaban en la lista de prioritarios. En varias ocasiones el Papa ha comentado que inocularse es una “acción ética” porque en ella está en juego, no solo la vida de la persona, sino la vida de los demás.
En ese sentido, el 8 de febrero, el cardenal Giuseppe Bertello, gobernador de la Ciudad del Vaticano expidió un decreto expedido en el que especifica los requisitos que deben tener los periodistas que pretendan acompañar al Papa en viajes futuros, entre ellos, estar vacunados.
El decreto de siete páginas dicta que aquellos que no pueden vacunarse por razones de salud pueden ser destinados a otro puesto laboral donde tengan menos contacto con personas. Ellos seguirán recibiendo el mismo pago salarial, incluso si el nuevo puesto es de menor grado.
Por otra parte, aquellos que nieguen vacunarse sin un soporte médico o razonable, estarán sujetos a una disposición específica de la ley de 2011 sobre los derechos y deberes de los trabajadores en el que se especifica que los individuos que laboren en la institución y que rechacen las “medidas preventivas” podrían ser sometidos a “diversos grados de consecuencias que podrían conducir al despido”. Actualmente el Vaticano cuenta con 800 residentes y más de 3.000 empleados.
Este debate se está dando en los Estados democráticos, unos aseguran que el bien común es suficiente para que sea obligatorio ponerse la vacuna, pero otros opinan que exigirla puede llegar a constituir una violación a la privacidad y podría fomentar la discriminación.
En Israel, el país más avanzado en el proceso de vacunación con un 47,66% de población inoculada, afirma que nadie es obligado a aplicarse la vacuna. No obstante, sí se han blindado contra aquellos que se niegan. Solo las personas que se hayan sometido al proceso de inmunización pueden entrar a gimnasios, restaurantes, y algunos comercios. Las personas que se oponen a las vacunas también cuentan con restricciones al momento de viajar.
Otro país que plantea empezar a sancionar a los que se nieguen a vacunarse es Indonesia. El proyecto plantea multas de hasta 5 millones de rupias y restricción de ayudas sociales por parte del gobierno.
Por su parte, en Colombia, con la llegada de las 50 mil dosis de Pfizer/Biontech, ya avanza el Plan Nacional de Vacunación. El personal médico y las personas mayores son los primeros en recibir la vacuna. El país ya contaba con un plan de vacunación obligatorio para niños y niñas menores de 6 años pero este no incluye aún la vacuna contra la covid-19.
Hasta el momento la decisión es personal y cada quien decide si ponerla o no. Son muchos los Estados que generan una presión indirecta para que las personas se vean obligadas a inmunizarse. Todavía no se garantiza el cubrimiento universal de la vacuna, y podrían pasar meses hasta que se defina cómo se regulará la medida y qué tipo de obligación tendrán los planes de vacunación. Por el momento no queda más que esperar el avance en cada nación.