SALUD

Salud mental, otra consecuencia de la pandemia que la analítica ha ayudado a controlar

Uno de los grandes impactos que puede tener la tecnología es el de ayudar a salvar vidas. Lo podemos ver en incontables ejemplos que se manejan en iniciativas como las de Data for Good.

12 de marzo de 2021
Foto de referencia | Foto: Tomada de Padronel.net

Según Gartner, Data for Good es un movimiento en el que las personas y las organizaciones trascienden los límites organizacionales para utilizar los datos para mejorar la sociedad. Esta iniciativa suprainstitucional reúne diferentes programas y ejemplos de cómo big data, el aprovechamiento de los datos a través de la analítica y la Inteligencia Artificial tienen un gran impacto social y llegan a preservar y salvar vidas.

¿Cómo pueden los datos y la analítica salvar el mundo? Por ejemplo, ayudando a las personas sin hogar, luchando contra la trata de personas, mejorando las tasas de adopción de perros en refugios y reduciendo la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero de las ciudades.

Pero un caso muy relacionado con la coyuntura, a raíz de la pandemia que ha enfrenado el mundo en el último año, tiene que ver con el manejo de la salud mental, un tema que ha sido calificado como un enemigo silencioso de la humanidad. El aumento de las enfermedades mentales, que antes de la pandemia ya era un reto a nivel global, se ha acentuado a raíz de la covid-19.

Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos de salud mental aumentan el riesgo de otras enfermedades y contribuyen a lesiones no intencionales e intencionales. En ese contexto, la depresión continúa ocupando la principal posición entre los trastornos mentales y es dos veces más frecuente en las mujeres que en los hombres.

En la región de las Américas, la prevalencia de la demencia en los adultos mayores (más de 60 años) oscila entre 6,46 % y 8,48%, y las proyecciones indican que el número de personas con este trastorno se duplicará cada 20 años.

El desafío es mayor si se tiene en cuenta que el gasto público en salud mental en toda la región es apenas del 2 % del presupuesto total destinado a la salud, y más del 60 % de este dinero se destina a hospitales psiquiátricos.

En Colombia, según cifras publicadas por el Estudio Nacional de Salud Mental hace varios años, el 40,1 % de la población entre 18 y 65 años sufrió o sufriría alguna vez en la vida algún tipo de trastorno mental. Por su parte, la Encuesta Nacional de Salud Mental de 2015 reveló que 10 de cada 100 adultos de 18 a 44 años y 12 de cada 100 adolescentes, tiene algún problema que sugiere la presencia de una enfermedad mental.

Pero, así como los datos y más específicamente el aprovechamiento de ellos a través de la analítica ha ayudado en la contención de la pandemia, en facetas tan diversas como el rastreo de contactos, el modelaje de los brotes futuros, el monitoreo del número de casos en tiempo real y la optimización de las cadenas de suministro de los laboratorios que están produciendo las vacunas, también lo hace en temas relacionados con la salud mental y la salud, en general.

Cuando pacientes de covid-19 fueron hospitalizados en todo el mundo, en marzo del año pasado, las autoridades sanitarias se apresuraron a buscar soluciones. En los centros de psiquiatría de algunos países, los directores enfrentaron la necesidad de encontrar una manera de garantizar la adecuada atención de los pacientes con enfermedades mentales y, al mismo tiempo, limitar el riesgo de contagio de la covid-19 en los pacientes y el personal, tanto dentro como fuera de los hospitales.

Aunque la tecnología es un medio y no un fin en sí misma, la analítica contribuyó a la solución: la dirección de los centros de atención psiquiátrica contaba con un tablero automatizado que les brindó una descripción general de los datos más importantes sobre el impacto de la pandemia de la covid-19 en los hospitales.

Esta solución jugó un papel clave en las reuniones de gestión diarias y proporcionó un estatus de los nuevos casos y los pacientes dados de alta. Toda esa información fue vital para evaluar cómo la pandemia estaba afectando la capacidad para brindar atención psiquiátrica.

La atención médica es uno de los sectores con mayor cantidad de datos, y su recopilación, organización y aprovechamiento es vital. El uso sistemático de esos datos trae grandes beneficios para la sociedad y los pacientes con situaciones de salud mental lo han podido comprobar.

Pero la salud en un sector que debe repensarse en la mayoría de los países. Hasta ahora, las medidas preventivas tradicionales se han centrado en la promoción de beneficios sanitarios pero sin métodos para procesar una gran cantidad de datos. El uso de la tecnología para promover la calidad de la atención médica puede servir para la prevención y la detección temprana de las enfermedades.

Cada año, millones de personas fallecen de muertes que se pueden detectar tempranamente en el mundo, por enfermedades no transmisibles como diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, según la OMS, este número puede reducirse a la mitad mediante el tratamiento o la prevención, con intervenciones sencillas y asequibles.

El uso activo de datos sanitarios puede ser un elemento crucial en la innovación y ayudar a salvar vidas. Pero para ello se requiere el uso de datos de forma más estructurada y como una parte integrada de la agenda estratégica de los sectores sanitarios, públicos y privados.

El problema central en el sector de la salud en el mundo es superar la gran cantidad de víctimas y mantener a raya los costos. Pero para ello es clave reducir la prevalencia de enfermedades y ayudar a las personas a vivir una vida más larga y saludable.

No se trata solo de introducir una nueva tecnología o de digitalizar la prestación de algunos servicios. El reto es comprender cómo traducir una gran cantidad de datos de salud en conocimiento y prevención, y construir una organización apoyada en la analítica que utilice la gestión de datos para tomar mejores decisiones.

Por: José Mutis O. Country Manager para Colombia y Ecuador de SAS