CORONAVIRUS
Serrana, la ciudad brasileña que vacunó a casi todos sus habitantes con Sinovac
La estrategia hizo parte de un estudio científico adelantado por el Instituto Butantan.
Hace poco más de cuatro meses y medio que la vacunación contra el coronavirus empezó en Brasil, pero el programa avanza despacio, con dificultades para importar los insumos de fabricación, mientras que la pandemia se cobra cerca de 2.000 muertes por día.
Sin embargo, una población en el estado de Sao Paulo fue inmunizada casi en su totalidad con dosis de la vacuna de fabricación china Sinovac.
Se trata de la ciudad de Serrana, que con una población de 45.000 habitantes vacunó a 30.000 personas mayores de 18 años entre el 17 de febrero y el pasado 11 de abril, con el objetivo de adelantar un experimento científico.
En principio, Serrana fue elegida para adelantar el estudio por su bajo número de ciudadanos y altos índices de contagios por covid-19.
Tendencias
El Instituto Butantan de Brasil, que adelantó la investigación, publicó los resultados el lunes en rueda de prensa, sugiriendo que la pandemia de coronavirus podría ser controlada cuando el 75 % de una población está vacunada.
Además, cifras indican que las muertes por la enfermedad disminuyeron hasta un 95 %, al igual que las hospitalizaciones (86 % menos) y casos sintomáticos (80 %).
Entre tanto, el Instituto Butantan, asociado a la fabricación de las dosis de CoronaVac, anunció el pasado viernes la suspensión de su producción por haberse quedado sin materia prima, y Fiocruz , asociado a AstraZeneca, indicó que la semana que viene se verá en la misma situación.
El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, en oposición frontal con Bolsonaro, atribuyó esos retrasos a las críticas del presidente ultraderechista contra el gobierno comunista chino.
“Hay 10.000 litros de insumos de Sinovac que aguardan la autorización de embarque del gobierno chino y cada vez que se hacen declaraciones desagradables contra China, se crean claramente dificultades para la autorización de embarque”, dijo Doria.
Bolsonaro afirmó el año pasado que nunca compraría “la vacuna china de Doria” y la semana pasada insinuó que el virus de la covid-19 fue creado en un “laboratorio” chino para lanzar una “guerra química y bacteriológica”.
La dependencia de las importaciones debería acabar en septiembre, cuando los principios activos de CoronaVac y AstraZeneca empiecen a fabricarse en Brasil.
Ante la preocupante situación, una comisión parlamentaria investiga la responsabilidad en esos retrasos del gobierno de Jair Bolsonaro, quien cuestionó la eficacia de las vacunas, generó tensiones con China e ignoró propuestas de contratos con Pfizer.
Unos 35 millones de brasileños (16% de la población) fueron vacunados con la primera dosis y casi 17 millones con la segunda. Número bajos para un país donde el coronavirus ya dejó cerca de 435.000 muertos y está estabilizado en una elevada meseta de casi 2.000 decesos diarios.
“Las dosis a nuestra disposición no nos permiten vacunar al ritmo deseado”, dijo a la AFP la neumóloga Margareth Dalcolmo, de la Fundación Fiocruz, una institución científica de referencia.
“Tendríamos que estar vacunando a los jóvenes. Es importante entender que actualmente el virus circula mayormente a través de ellos” y que “para disminuir la circulación y evitar la aparición de nuevas variantes tiene que haber por lo menos un 70% de la población vacunada”, explica.
Pero antes, Brasil deberá vacunar a las 80 millones de personas de grupos prioritarios, como los mayores de 60 años, los trabajadores del sector médico y los indígenas.
Pese a que las entregas se realizan con cuentagotas, el gobierno asegura que todos los adultos estarán vacunados a fin de año.
Brasil aplica principalmente las vacunas CoronaVac (del laboratorio chino Sinovac) y la sueco-británica AstraZeneca. A fines de abril llegaron 2 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, de las 100 millones encargadas a fines de marzo.
Con información de AFP.