Nación
Crece tensión por anunciado debate sobre ‘parapolítica’ en Antioquia.
Mientras el presidente Álvaro Uribe parece anticiparse a las críticas, el senador Gustavo Petro, promotor del examen a la situación en ese departamento, denuncia nuevas amenazas contra su familia. ¿Qué puede decir Petro en el debate?
No es exagerado decir que los debates de Gustavo Petro figuran entre los más sonados del Congreso en los últimos 10 años. Pese a que en ocasiones su estilo parece exagerado y radical, este senador del Polo Democrático ha puesto una cuota bastante grande en cuanto a la función de control político que les corresponde a los congresistas. El Banco del Pacífico, el ex ministro Fernando Londoño, el ‘canje’, las privatizaciones, el medio ambiente, el ex fiscal Luis Camilo Osorio, el paramilitarismo y hasta el presidente de la República han sido blancos constantes de sus dardos desde el Capitolio Nacional.
Su más reciente ‘hit’ fue el destape de la ‘parapolitica’ o infiltración de los grupos de autodefensas en la vida pública del país. Lo hizo por partes y a decir verdad tuvo que pasar bastante tiempo para que comenzara a comprobarse la veracidad de sus denuncias. Comenzó en noviembre de 2002, cuando denunció que la Fiscalía estaba infiltrada por las autodefensas. Mientras ahondaba en este tema, hizo debates sectorizados por regiones o departamentos para develar el alcance de los tentáculos del paramilitarismo en Colombia. Tiempo después denunció la infiltración en Córdoba y dijo públicamente que Salvatore Mancuso controlaba la Universidad de Córdoba. Posteriormente se refirió al caso de Norte de Santander, en donde habló específicamente de cómo se controlaba el comercio de los sanandresitos, la gasolina de contrabando y la coca. Debido a las dificultades derivadas de cada una de estas investigaciones y a sus tres salidas al exilio producto de amenazas, habitualmente pasaban seis u ocho meses entre sus debates sobre el tema paramilitar.
A partir de 2004 denunció los vínculos de las autodefensas con los más poderosos políticos de la Costa Atlántica. Sucre, Magdalena, Córdoba y Bolívar fueron los departamentos en los que se especializó. Como en las ocasiones anteriores, Petro en principio fue demandado por los políticos aludidos y terminó aislado en el Congreso producto de su trabajo. Eso sí, hasta sus más enconados contradictores le reconocían su valor y constancia en la labor investigativa.
Sin embargo el senador cree que al destape de la parapolítica nacional –que desde las elecciones de 2002 ha contado con aportes de destacados académicos como Claudia López o León Valencia- le hace falta una de sus principales fichas: Antioquia. Este departamento (que fue uno de los enclaves del paramilitarismo en el país) comenzó su carrera política el presidente Álvaro Uribe. Varias veces Uribe y Petro han discutido en público como consecuencia de las pesquisas del legislador. Ocurrió por ejemplo cuando el senador dijo en un debate que un hermano del Jefe de Estado fue investigado por paramilitarismo. Uribe negó en principio dicha afirmación, pero al cabo de dos años terminó reconociéndola en diciembre pasado, justo cuando Petro anunció que haría un debate sobre la ‘parapolítica’ en Antioquia.
En esta ocasión el congresista asegura que esa no es la única prueba de la vinculación del hermano de Uribe con los paramilitares, ni que los nexos se reduzcan a la presunta vinculación de éste con el grupo denominado ‘los doce apóstoles’. “Hay pruebas de que los primos del presidente también tuvieron nexos con los paras y por esta razón Uribe le debe una explicación al país. Él está pidiendo que todos los que tengan nexos con el paramilitarismo lo digan públicamente, así que tiene que empezar por reconocer que su familia está implicada”, señaló.
La semana pasada Petro denunció que sus hermanos han recibido varias amenazas de muerte que se harían efectivas en caso de que él siga adelante con sus investigaciones sobre el caso antioqueño. Sin embargo, asegura que no se detendrá y que le contará al país su verdad sobre los hechos de violencia ejecutados por las AUC con el beneplácito de miembros de las Fuerzas Militares y altos representantes de la política en ese departamento. El nerviosismo es evidente y muchos congresistas de la zona hacen cuentas mientras comienzan las sesiones ordinarias de marzo, a la espera del debate. Petro, con su estilo medio tímido, reconoce que es posible que intenten posponerle la sesión, pero advierte que como sea buscará un especio para informarle al país qué más ha encontrado al respecto.