Planeación

Los gastos que sí o sí, se deben cubrir en pareja

Cuando dos personas deciden irse a vivir juntas es común encontrar diferencias en que todo conduce al fracaso por no hablar de manera madura sobre sus finanzas.

10 de abril de 2017
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Ya no estamos en aquello del siglo pasado donde una persona dentro de la relación se encargaba de proveer y la otra manejaba o administraba el gasto. De hecho, el éxito económico de las parejas pasa hoy en día por muchas etapas y variables. A medida que dos personas jóvenes o adultas deciden emprender un viaje personal juntas necesitan organizar sus gastos.

No es que entregue su ‘independencia’ y ‘autonomía’ financiera. Sino que se trata de seguir las recomendaciones para que un asunto tan importante como el dinero funcione a la perfección. ¿Ha escuchado la separación que se da porque una era la que llevaba el dinero y la otra solo lo gastaba? ¿O las peleas que empiezan porque uno le reclamaba al otro que ganaba menos o que le tocaba responder con más dinero?

Para que situaciones tan complicadas no le ocurran a usted, estas son algunas cosas que las parejas, sí o sí, deberían compartir. Recuerde que no es una regla de oro, las cosas pueden cambiar a medida que aparecen otras obligaciones como los hijos, o cuando uno de los dos comienza a escalar posiciones y a tener un mejor salario que el otro. Así que, ¡pilas! haga un presupuesto y siga estos consejos que proporciona el portal mexicano DineroEnImagen.com y de la página ComparaGurú.com:

Hablar, hablar y hablar

Si se acabó el mercado, si las facturas llegaron y no hay plata, si tocó sacar dinero del fondo común para atender una emergencia con un familiar cercano, eso toca hablarlo con la pareja. No espere a que por conseguir dinero de la manera más rápida usted termine haciendo demasiados avances con su tarjeta de crédito, sin que su sueldo alcance para casi nada y además, pagando intereses de más del 30% efectivo anual.

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Haga esta cuenta, por una sola vez que use su tarjeta de crédito por un millón de pesos, ese dinero diferido a 12 meses se termina convirtiendo en un pago de $1.334.000. Por eso, es mejor que converse con su pareja para que hagan un presupuesto que les permita organizarse.

Seguro médico

En caso que uno de los dos falte, esta es una manera de protegerse ante una enfermedad que puede llevar a gastos extra y que causan un agujero en las finanzas. Con la medicina prepagada, este es un seguro ideal para las parejas que consideran la posibilidad de tener hijos, ya que muchas veces, a las mujeres entre los 25 y 35 años se les cobra una tarifa más alta por el alto riesgo que tiene el estado de embarazo.

El crédito de vivienda

Aunque a muchos millennials no les llama la atención tener casa y prefieren que esa platica vaya a un viaje, es cierto que después de los 35 años esta se convierte en una preocupación, más que el crédito para vehículo o para estudio. La recomendación que se hace a los jóvenes es que piensen en compartir este gasto en pareja, más con los programas que maneja el gobierno para financiar la tasa de interés y los subsidios que ofrecen las cajas de compensación para los estratos económicos de menores ingresos.

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Los gastos del vehículo

Ahora uno ve menos personas adquiriendo un carro, pero lo cierto es que todavía hay chicos y chicas que no desean pasar más tiempo en el peligroso, poco higiénico, congestionado y contaminante servicio público de transporte del país. Por eso, si los dos tienen carro, ambos tendrán que pagar por seguros, SOAT, mantenimiento y gasolina. Y si los dos van a compartir el carro en la semana para ir al trabajo ¿no es mejor que hagan un fondo para dividirse los gastos?

Claro, a lo mejor alguno prefiera excluir del fondo los gastos como impuestos y revisión técnico mecánica, pero eso se deja a la elección de la pareja.

Mercado, facturas, internet

Estos también corresponden a los egresos normales que tiene la vivienda. No merece que haya una discusión porque uno se gastó más agua que el otro y toca dividir o porque la energía llegó más cara por culpa de tanta tele y computador que se consumió en el mes. Eso hace parte del fondo común que tienen los dos ¡y punto!

Los bienes en común

Como en muchos países, cuando las parejas pasan un buen tiempo juntas, aún sin que en medio haya un matrimonio, comienzan a compartir la mitad de todo. En Colombia, ese derecho se adquiere a los dos años de convivencia ininterrumpida y mediante declaración ante notaría o declarada mediante sentencia judicial. En caso de una separación, es doloroso tener que repartir la mitad del apartamento, del carro, de los muebles, del negocio creado por los dos, así como las deudas vigentes como tarjetas, créditos de vehículo e hipotecarios. Pero también se debe dividir por igual los ahorros en las cuentas de banco, como también las inversiones: cdt’s, fondos de inversión colectivos o cuentas en acciones.

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