MANUEL RESTREPO
¿Qué tan grave es la crisis de Brasil para América Latina?
Los países en América Latina además de Brasil seguirán dependiendo de sus factores idiosincráticos para el crecimiento económico.
El drama político en Brasil ante los recientes escándalos del Presidente Michel Temer han creado una nueva incógnita para los inversionistas, no sólo sobre qué tan oscuro se ha convertido el futuro de Brasil, sino su impacto sobre los otros países de América Latina.
Aunque todavía hay mucho por definirse en el futuro liderazgo del gigante brasileño, el consenso parece afirmar que los días de Temer en el poder serán cosa del pasado. Sin embargo lo que podría parecer un caos político, no necesariamente es el retorno a la crisis que Brasil vivió años atrás con el Gobierno de la ex Presidenta Dilma Rousseff, sino más bien un tiempo de transición para el crecimiento económico.
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Esta semana pasada las cifras de crecimiento económico de Brasil para el primer trimestre de 2017 exhibieron un crecimiento trimestral de 1% luego de 8 caídas consecutivas. Asimismo, el Banco Central decidió reducir la tasa de referencia en 1%. ¿Tiene sentido que un banco central realice dicha maniobra en un país que tiende a sufrir periodos de “hiperinflación” cuando experimenta crisis políticas? Me inclinaría a afirmar más bien que la señal que el banco central le dio a los mercados fue ratificando que estamos en medio de una eventualidad, que no es crisis sino contingencia.
Recordemos que el déficit de cuenta corriente en Brasil se ha reducido en los últimos 18 meses, mientras que la inflación se estima que logrará niveles inferiores al target de 4.5%. Asimismo como afirma la casa de análisis independiente Capital Economics, un nuevo Gobierno no necesariamente implica un stop a la reforma pensional.
En lo que respecta al resto de América Latina, el efecto negativo más pronunciado sobre los otros países sería el impacto sobre el comercio con Brasil, donde países como Argentina serían entre los más afectados. Asimismo la inversión extranjera directa se debería ver mermada en toda la región por el mismo efecto de la crisis brasileña. Por último, el turismo y la importancia del sector financiero brasileño sobre la región también serian amenazas directas sobre países como Colombia, Argentina y Chile.
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Lo cierto es que ninguno de estos efectos parecen tener relevancia en la región. Como vimos anteriormente, no hay signos determinantes de una desaceleración interna que pueda reducir dramáticamente las importaciones de otros países hacia Brasil. El turismo no tiene gran relevancia sobre las principales economías de la región, y el sector bancario en Brasil está lejos de experimentar una crisis, sino que por el contrario, demuestra tener una buena solidez y rentabilidad.
Los países en América Latina además de Brasil seguirán dependiendo de sus factores idiosincráticos para el crecimiento económico. México demuestra tener mayor estabilidad en la moneda y en sus relaciones con EE.UU, lo que genera una expectativa de crecimiento de aproximadamente 2.2% para 2017. Argentina continua el proceso de consolidación financiera con el reto de las elecciones legislativas. Colombia sigue experimentando debilidad como consecuencia de la reforma tributaria, no obstante la expectativa de caída en la inflación y en las tasas de interés podrían generar algo de alivio a la reciente desaceleración. Chile debería seguir la senda de recuperación luego del rezago que generaron las mineras sobre el desempeño económico, aunque no es para celebrar el crecimiento que se espera. Perú debería demostrar un crecimiento económico sólido a pesar de las inundaciones. Lamentablemente en el caso de Venezuela, esperamos una crisis al borde del colapso económico con la alta expectativa de un default entre 2019 a 2020.
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