ENTREVISTA

“La Ley Estatutaria: un catálogo de buenas intenciones”

Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas, habló con Semana.com sobre cómo ha cambiado el rol de los médicos en Colombia con la ley estatutaria de salud.

24 de marzo de 2017
La Ley Estatutaria de Salud se aprobó el 16 de febrero de 2015 | Foto: Archivo SEMANA

Cuando el presidente Juan Manuel Santos aprobó la Ley Estatutaria de Salud el 16 de febrero de 2015, se estableció un plazo de dos años para implementarla. Esa ha sido una de las prioridades del Ministerio de Salud y Protección Social y aunque según la entidad ha habido importantes avances, no ha sido una tarea fácil porque abarca casi todos los componentes del sistema de salud, entre ellos la regulación del ejercicio de los profesionales de la salud. Semana.com habló sobre este tema con Juan Carlos Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Hospitales y Clínicas (ACHC).

Semana.com: ¿Qué piensa de las críticas expresadas por parte de la ciudadanía, e incluso de algunos médicos, sobre la Ley Estatutaria de Salud (LES)?

Juan Carlos Giraldo: Este plazo prudencial de dos años que el gobierno estableció sirvió para tener un acercamiento al corazón de la ley estatutaria y nos hizo ver cuáles son sus alcances y límites. Estamos en una etapa de transición que se va a prolongar más de lo esperado y terminará el día en que el ciudadano de a pie sepa cuál es el núcleo fundamental del derecho a la salud. Pero vale recordar que este derecho no se inventó con la ley estatutaria, como algunos piensan. Es algo que se ha venido construyendo con el tiempo, desde la Constitución Política de 1991, la ley 100 de 1993, el ejercicio de la tutela y, sobre todo, con el trabajo de la Corte Constitucional. El problema es que cada cual interpreta las cosas según su conveniencia y esto hace que estemos inmersos en un mundo de interpretaciones donde no logramos ponernos de acuerdo.

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Semana.com: ¿Qué tanto ha cambiado la autonomía de los médicos con la Ley estatutaria ahora que queda en ellos el control de la prescripción de los medicamentos y en cierta forma también el gasto del sistema de salud? ¿Es mayor o menor?

J.C.G.: Yo creo que poco. Algunos de los que promovieron esta ley, colegas y médicos, señalan que el médico ha recobrado su autonomía, pero yo no estoy de acuerdo con esa afirmación. Me parece una ligereza porque, entre otras cosas, la autonomía es uno de los componentes fundamentales del profesionalismo. Mucho más en el caso de la profesión médica. De tal forma que una ley no me puede devolver la autonomía como médico. Este es uno de los principios éticos que cada profesional de la salud debe tener.

SEMANA. COM: ¿Que opina de Mipres, la aplicación que los médicos usarán para prescribir medicamentos y tratamientos?

J.C.G.: con la puesta en marcha de este aplicativo en línea se generó un mecanismo para que el ejercicio médico sea más visible al público. Es como una especie de luz reflectora del acto médico que permite analizar más la conducta y hacer una auditoría sobre la forma cómo los médicos toman decisiones. Pero todo depende del gobierno, que desde luego querrá contener el gasto del sistema de salud.

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Semana.com: ¿Cómo han evolucionado las cosas en los hospitales y clínicas del país desde que entró en vigor la ley estatutaria?

J.C.G.: En realidad no ha cambiado nada. Todo sigue operando de la misma manera. El POS y el no POS siguen vivos. Yo pienso que establecer la ley estatutaria fue algo positivo y útil, pero no era indispensable. En suma es un catálogo de buenas intenciones, pero se necesitan reestructuraciones de fondo. Es necesario llenar el marco vacío con una reforma estructural al sistema de salud que tiene enormes disfunciones y está lleno de barreras de acceso para los ciudadanos a pesar de que en teoría tenemos derecho a todo.

Semana.com: Entonces, ¿cuál sería la solución?

J.C.G.: Debería establecerse un sistema único e integral de salud. No más régimen subsidiado y contributivo, ni tampoco un sistema fragmentado que a la larga solo provoca limitaciones y restricciones para los ciudadanos que necesitan y tienen derecho a un buen servicio. Hay muchas entidades que no son compatibles y en vez de facilitar las cosas lo que hacen es contener y restringir. Por eso hay que eliminar las barreras y definir el núcleo del derecho a la salud, crear el presupuesto necesario y garantizar su sostenibilidad.

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