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Los abogados del 'ranking' de Dinero en medio de la pandemia
La pandemia traerá profundos retos jurídicos por los cambios que ha generado y las decisiones del Gobierno para enfrentarla. El sector legal se ajusta a una gran oleada de transformaciones en medio de la crisis.
La economía traía una gran dinámica el año pasado. Colombia logró crecer al 3,3%, uno de los mejores comportamientos en la región, los negocios venían en aumento y el sector legal tuvo un comportamiento vigoroso y fuerte.
El agregado de los ingresos del top 10 de las firmas creció más de 10% y la tendencia presagiaba un 2020 casi histórico. Pero apareció la pandemia y golpeó duramente la economía, disparó el desempleo y tiene a miles de empresas al borde de desaparecer. Al Gobierno lo tiene haciendo cuentas en medio de una apretada situación fiscal.
Y al sector legal lo puso a ajustar sus operaciones y a replantear su oferta a las nuevas necesidades de los mercados. Desde hace más de cinco meses, el mundo se reinventa para ajustarse a la "nueva normalidad", pues muchos consideran que, a pesar de los avances, la vacuna contra el coronavirus no aparecerá antes de un año. Será un periodo de restricciones, disciplina social y autocuidado. Pero también de miedo y temor a la infección. En especial en Colombia, pues la reapertura de la economía coincide con la expectativa de la llegada al pico de contagios, cuando ya han muerto más de 10.000 personas por el coronavirus.
La situación está cambiando los hábitos de los consumidores y de las empresas. Los primeros convirtieron digitalmente sus hogares en centros de consumo, en sus nuevas oficinas y en el salón de clase de sus hijos. Y las compañías tuvieron que acelerar procesos de hiper-transformación tecnológica que seguramente tenían presupuestados para un futuro cercano.
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La caída en los ingresos de las compañías las tienen en una situación compleja y hoy buscan herramientas jurídicas y financieras para salvar el tejido empresarial y tratar de cuidar los empleos. Todo, mientras la demanda está debilitada, la incertidumbre en su punto más alto y la confianza resquebrajada.
El campo litigioso y de conflictos jurídicos no ha cedido. Posiblemente aumenten los incumplimientos de contratos producto de las decisiones oficiales para enfrentar la pandemia. Todo indica que el campo de acción para las firmas de abogados cambiará.
Las firmas de abogados afrontan mejor las crisis que la economía en general, aunque no son inmunes. Según un análisis de la consultora McKinsey, de las últimas tres recesiones, solo la crisis financiera mundial de 2008-2009 disminuyó los ingresos totales. “Pero la recesión actual puede resultar sin precedentes en la era de la posguerra, por lo que las firmas de abogados deben prepararse para una amplia gama de escenarios”, dice el informe.
Considera que habrá muchas respuestas a la demanda en todas las áreas de práctica. “Es natural esperar que las áreas de práctica de litigio y reestructuración funcionen bien, mientras que otras prácticas transaccionales sufrirán, pero la realidad será más matizada. Si bien hay desaceleraciones a corto plazo sin precedentes en algunos sistemas judiciales; con el tiempo, las prácticas de disputas e investigación están de hecho menos correlacionadas con el resto de la economía que las prácticas transaccionales”, añade el estudio.
Además, con las recesiones económicas no se disminuyen directamente las prácticas transaccionales. En efecto, las dificultades del mercado, las respuestas regulatorias, los programas de estímulo, los cambios en el empleo y otros factores estresantes proporcionan posibles fuentes de demanda de servicios legales.
El mundo ya venía con una gran tensión en 2019, por lo demás un buen año. Decenas de movimientos de indignados en medio de las marchas pusieron en evidencia que el crecimiento económico no es suficiente, mostraron el desgaste de los modelos y, en el caso colombiano, generaron una profunda crisis de confianza en las instituciones.
Y llegó la pandemia. “Es el catalizador de algo que venía en cocción ante el malestar político y económico con el modelo”, dice Diego Muñoz, socio de la firma de abogados Muñoz Tamayo & Asociados. En especial en un escenario hacia crecimientos más inclusivos, con cambios económicos y sociales, industrias amenazadas, otras nacientes y con gran futuro como las fintech y una mayor intervención del Estado.
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El ranking
En medio de estas circunstancias extremas, Dinero publica su tradicional ranking de firmas de abogados con base en la información suministrada por estas empresas a una encuesta de la revista.
Por ingresos, el año pasado tuvo la mayor facturación Brigard Urrutia, por $128.563 millones. Le siguieron Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, Posse Herrera Ruiz, Baker McKenzie y Gómez-Pinzón, para completar el top 5.
Para 2018, las firmas de abogados consultadas reportaron una facturación de $860.000 millones. Para 2019, la cifra llegó a casi $901.000 millones, un crecimiento de 4,6%, 1,3 puntos porcentuales por encima del promedio de la economía.
Carlos Umaña (Brigard Urrutia).
Acerca del comportamiento del sector en 2020, la mayoría de las firmas consultadas considera que, por la pandemia, el crecimiento del sector legal podría contraerse entre 2% y 5%. No obstante, esto varía según las áreas de práctica. Sin embargo, otro sector de las firmas considera, por el contrario, que su actividad crecerá, sobre todo en las oficinas relacionadas con temas laborales y litigiosos.
Las firmas de abogados también creen que en el segundo semestre de 2020 se dispararán las consultas en temas laborales, insolvencias, relaciones contractuales y lo relativo a la reactivación y a la interpretación de los decretos de emergencia del Gobierno.
Según los encuestados, tendrán un papel preponderante en la agenda las fintech, la regulación de las plataformas digitales, el nacimiento y operación de nuevas start-ups, la venta de activos del Estado y el desarrollo de sectores específicos, como telecomunicaciones y legal.
La crisis ha dejado en stand by varias áreas, en especial las relacionadas con el sector inmobiliario. Han aumentado las consultas por renegociaciones en arrendamientos, pero grandes proyectos de construcción de viviendas y centros comerciales están en pausa, señala la encuesta.
Lo mismo ha sucedido con algunas fusiones y adquisiciones, sobre todo los procesos que demandan invertir grandes sumas en reconversiones industriales y ampliaciones de plantas. Sin embargo, están a la expectativa de lo que pase con los fondos de capital privado y fondos de deuda, que podrían jugar un papel importante en la estructura financiera de las compañías en crisis. También de lo que suceda con la venta de activos de la Nación.
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Martín Acero (PPU).
La infraestructura frenó. Sin embargo, esta área ya está moviéndose y es uno de los pilares en los procesos de recuperación de la economía, incluso en medio de la pandemia. Ya hay anunciados proyectos de energías renovables y habrá una gran inversión en vías terciarias.
Las firmas con mayor número de abogados son Brigard Urrutia (184), Posse Herrera Ruiz (142), Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (124) y Gómez Pinzón (120).
La mayoría de socios cuentan con posgrados de la Universidad de los Andes, Javeriana, Rosario y Externado. A nivel internacional se destacan formaciones de posgrado en el London School Of Economics, Harvard, Columbia y Georgetown.
Lo que viene
En medio de la pandemia y con la economía golpeada, las firmas de abogados van a enfrentar dos escenarios complejos. Por un lado, su operación. El sector legal ha acompañado por décadas al empresarial y al Gobierno, pero su modelo de negocio y de servicios se ha mantenido casi intacto por años. En las firmas de abogados trabajan unos 2.000 de ellos. Pero son solo una parte de las más de 350.000 tarjetas profesionales expedidas en Colombia. Es decir, el legal es un ejercicio más bien individual.
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Con las transformaciones empiezan a tomar fuerza modelos tecnológicos más intensivos dentro de lo que se conoce como legaltech. Procesamiento de datos, inteligencia artificial, machine learning se tomarán el sector legal.
Más firmas se mueven hacia implementar modelos operativos basados en las nuevas tecnologías. Seguramente no desaparecerá la interacción presencial, pero ahora habrá más reuniones virtuales, menos desplazamientos y un mayor ahorro en costos, por ejemplo, en oficinas.
Jaime Herrera (Posse Herrera Ruiz)
Los tradicionales bufetes de abogados también enfrentan el avance de nuevos competidores. Se trata de las firmas de consultoría y auditoría, conocidas como las cuatro grandes –KPMG, EY, Deloitte y PricewaterhouseCoopers– que han incorporado a sus portafolios la práctica legal.
Como dice César Barrero Berardinelli, Socio Líder Servicios Legales , de KPMG, “tenemos un carácter de firma verdaderamente internacional, que presta servicios legales en más de 72 países con casi 2.000 abogados. Somos una firma de consultoría que presta servicios integrales, no solo en materia legal y tributaria, sino además de carácter financiero, técnico, contable y de consultoría en general. Y somos una firma que cree y abraza la tecnología. Crecientemente hemos venido integrando tecnología a nuestras soluciones legales en Colombia y en el mundo”.
Hay que preguntarse si viene un proceso de consolidación en el sector. Algunos son escépticos en el corto plazo, pero otros no la descartan. Incluso, las firmas deberán empezar a trabajar en forma más colaborativa para generar mejores ofertas de valor de cara a los clientes.
Los precios recibirán una presión más intensa de clientes más sofisticados e informados, que esperarán más por menos. Todo ello en medio de operaciones legales con nuevos jugadores en los procesos, como las áreas de compra y gerentes de proyecto y productividades.
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Alejandro Mesa (Baker McKenzie)
¿Qué hacer? El informe de McKinsey recomienda, en lugar de encerrarse reflexivamente en acuerdos a largo plazo y con grandes descuentos, lo siguiente: “Explore formas de ofrecer inversiones estratégicas, condiciones de pago flexibles, créditos para servicios futuros y la amplia gama de acuerdos de tarifas alternativas. Demuestre estratégicamente fortaleza al extender el balance general de los clientes, en lugar de perder gradualmente terreno por falta de disciplina de fijación de precios”.
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Problemas y oportunidades
La pandemia complicó el escenario para todos. Sin embargo, el sector legal ha demostrado que puede convertirse en un eje clave para el desarrollo de los negocios y las políticas públicas.
En este especial, Dinero identificó algunas áreas de práctica prioritarias en el futuro cercano. Unas por las dificultades que presentan y otras por las oportunidades que abren.
José Luis Suárez (Gómez Pinzón)
Sin duda, el campo societario y de insolvencias será uno de los ejes más importantes para salvaguardar el tejido empresarial y los empleos. La Superintendencia de Sociedades estima que en una dramática contracción de la economía podrían entrar más de 5.000 empresas en estos procesos. Sin embargo, ahora se está presentando una nueva tendencia: la búsqueda de acuerdos privados con acreedores, antes de llegar a las instancias legales. También se destaca el espacio que abrió el Gobierno, con un nuevo decreto y la posibilidad de que lleguen fondos de capital privado a dar una mano en las finanzas de estas empresas.
Otro frente es el laboral. El país registrará los niveles de desempleo más altos de su historia. Por eso, el manejo de las relaciones será complejo.
Los litigios no van a ceder y, por el contrario, aumentarán. Las discusiones sobre la fuerza mayor que pudieron generar la pandemia o las decisiones del Gobierno abundarán. Muchos consideran que viene una oleada de demandas y conflictos locales e internacionales por esos factores. También por los desequilibrios económicos o las eventuales discriminaciones resultantes de las medidas del Gobierno. La prueba de fuego llegará con el proceso de renegociación que trae la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) con los concesionarios para ajustar los contratos. Allí el margen de maniobra no es muy amplio, pues en el corto plazo las concesiones necesitan recursos, pero el Gobierno solo tiene un activo para negociar, el tiempo.
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Diego Muñoz( Muñoz Tamayo & Asociados).
Pero también hay otros campos de acción. A diferencia de las anteriores, esta no es una crisis financiera. Por el contrario, hay liquidez en un mercado liderado por los compradores, que pondrán condiciones. Habrá procesos de consolidación, ventas de activos y nuevas participaciones accionarias en compañías en dificultades. Pero podrán mantenerse activas y dinamizar el mercado de fusiones y adquisiciones.
El llamado "Plan Marshall criollo" para la reactivación crea las mayores expectativas. El Gobierno ha calculado en más de $100 billones los recursos que moverán y le darán de nuevo tracción a la economía.
Además, el e-commerce vive uno de sus mejores momentos y todo indica que no será un tema temporal, sino que llegó para quedarse. Las asesorías para su puesta en marcha, el manejo de las bases de datos y la apropiación de tecnología ofrecerán una oportunidad para el sector legal. Lo mismo con el desarrollo de las fintech y los sistemas financieros digitales y las nuevas start-ups.
Camilo Martínez (DLA Piper).
Vienen nuevos tiempos. La economía caerá, disminuirá el tamaño de la clase media, un activo interesante para los inversionistas extranjeros, y Colombia estará atenta al avance de una reforma a su sistema de justicia para afianzar una mayor seguridad jurídica.
Las firmas están ajustando las ofertas de servicios legales. Y, como ha sucedido con otros sectores con el paso de la pandemia, ya nada será igual.