Cine
‘Doctor Strange en el Multiverso de la locura’ en la voz del director Sam Raimi y del guionista Michael Waldron
La cinta se estrena en Colombia y no decepcionará a quienes disfrutan del estilo del osado director, del humor sarcástico del Doctor Stephen Strange y de las posibilidades más oscuras del multiverso.
Se estrena mañana la más reciente entrega de Marvel, Doctor Strange en el Multiverso de la locura, y más allá de los spoilers (que si usted en serio quiere, puede evitar), es una experiencia que va ganando tracción hasta llegar a su clímax, y qué clímax oscuro que es.
Y no es que arranque mal, o lentamente, la película lanza de inmediato al espectador al meollo del asunto al presentar a su nuevo personaje esencial (América Chávez, interpretada por la joven Xochitl Gomez) y el retador escenario que debe sobrevivir junto con protagonistas conocidos como Doctor Strange (Benedict Cumberbatch), Wong (Benedict Wong) y Scarlet Witch/Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen).
Lo innegable y gratificante de esta entrega es que, con el desarrollo de la trama y sus revelaciones cruciales, se hacen más evidentes las posibilidades oscuras del multiverso en manos de un autor de cine tan único y a la vez tan colaborativo como lo es Sam Raimi.
Raimi dirigió The Evil Dead en 1981, una película considerada de culto en el género del terror, especialmente por su efectiva recursividad con un presupuesto bajísimo. Básicamente, con esta producción, probó su talento a sus 21 años de edad y cimentó su tono. Décadas después, Raimi dirigió una película recomendada como Drag Me To Hell y también, entre otras, fue productor ejecutivo de la increíble serie Ash Vs. Evil Dead (disponible en Netflix), que retoma y le rinde homenaje al tono y al protagonista de The Evil Dead.
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Pero si Raimi dirige hoy esta película es porque entró en la esfera de Marvel en 2002, cuando fue escogido por el productor Avi Arad (jefe de un joven Kevin Feige, hoy cabeza de Marvel) para dirigir Spider-Man, la cinta que hizo clarísimas las posibilidades millonarias de los superhéroes de Marvel. No fue la primera, pero sí fue la que abrió la caja de pandora y cimentó el fenómeno cultural más lucrativo e influyente de este siglo.
La maquinaria de Hollywood es cruel, eso nos cuenta a su manera en esta entrevista que sostuvimos con él, Sam Raimi, y con su guionista y escudero en esta producción, Michael Waldron, quien ya había dejado claro en Rick & Morty y en Loki que tenía la capacidad de manejar esta bestia. Vale decir que Waldron tuvo que capotear cambios casi en tiempo real mientras otras películas y series cambiaban el curso de su propia historia, una misión para verdaderos titanes.
Sobre la producción, sus recorridos y sus aportes, esto nos dijeron.
SEMANA: Sam, es la primera película de terror, técnicamente, del universo Marvel, y no puede haber alguien mejor que usted para asumirla...
SAM RAIMI: Apenas Kevin Feige anunció que esta sería la primera película de Marvel que tocaría el género del horror, Michael comenzó a trabajar en el guion y en este integro muy efectivamente secuencias de suspenso, con elementos escalofriantes de todo tipo que el Doctor Strange tiene que batallar (espíritus, demonios... sin espoilearles la película). La verdad es que él fue quien me dio un gran espacio para jugar. Fue muy divertido trabajar con Doctor Strange, el maestro de las artes místicas, verlo trabajar en este lugar fantasmal. Y fue algo nuevo para mí, trabajar en una película de superhéroes en la que el protagonista combate al mal de manera supernatural. Y es muy cool que sea un mago. Y claro, pude tomar de esas películas de horror que hice de joven, y construir secuencias de suspenso y jugar con la audiencia... ¿los asusto ya? No, ¡YA los asusto!
*Raimi fue un mago en fiestas de niños, la ilusión siempre le llamó la atención.
SEMANA: Tecnológicamente y temáticamente, ¿exploró esta vez algo que no pudo en ese entonces?
S.R.: La tecnología ha cambiado, todo se facilita, pero curiosamente, la mayor diferencia tecnológica que me ayudó a trabajar efectivamente en esta película fue Zoom. Podía hablarle a decenas de integrantes del equipo al mismo tiempo, podíamos presentar storyboards y artes, el editor podía compartir un pedazo del corte... Fue una gran comunicación audiovisual.
Cuando pienso sobre los cambios, miro hacia lo que no cambia. Es importantísimo tener grandes actores como Benedict y Elizabeth, que saben lo importante que es reconocer la humanidad dentro de ellos porque así es como la gente conecta con los superhéroes. Ambos conocen sus personajes muy bien, ya los han interpretado en muchas cintas y es genial ver ese conocimiento en choque con el Multiverso, en el que encuentran versiones alternativas de ellos mismos. Y son tan grandes actores que con cambiar detalle finos de sus personalidades logran hacerlo interesante.
SEMANA: Michael, escribiendo este guion lo imaginamos como ese meme del hombre que explica teorías, con mil Post Its y enlaces ente ellos (y perdiendo la cabeza). ¿Cómo mantuvo la calma?
MICHAEL WALDRON: ¿Cómo sabes que mantuve la calma? ¡Ese fue el punto! Bueno, en principio me ayudó mucho haber trabajado en Rick & Morty, un programa que abordó muchos conceptos de ciencia ficción pero los presentaba de una manera comprensible y disfrutable para la audiencia. Y desde ese punto, lográbamos enfocarnos en la historia emocional, de los personajes dentro de esta arenera sci-fi que construimos.
Y apliqué ese principio en Loki, con el tema del viaje en el tiempo. Era un programa sobre eso, pero no me podía permitir que la gente se aburriera por solo enfocarnos en ese aspecto. Así que aquí, con el Multiverso, eso hice. Es un concepto de ciencia ficción, de algunas maneras uno no tan distinto al de viajar al espacio. Y quieres abordarlo de una manera que todo el mundo entienda, no solo los fanáticos del sci-fi, y es eso lo que permite que la gente se pueda enfocar en la parte emocional y humana de tu historia.
SEMANA: Sam, este estreno coincide con los 20 años del estreno de la primera ‘Spider-Man’, que usted dirigió y que marcó un hito en esta industria. Mucho tiempo ha pasado, ¿qué consejo se daría?
S.R.: Yo me diría “No te preocupes tanto, lo vas a sacar adelante”. En ese tiempo, el proceso fue absolutamente abrumador. Me la pasé aterrado. Luego de mis reuniones con Marvel pensé que habían salido flojas (no tan bien como resultó que salieron). Yo era el número 19 en la lista que tenían, y luego de mi reunión no volví a escuchar de ellos. Pensé que me habían recibido por cortesía, y aún creo que fue el caso.
El día después de eso, leí en el periódico de entretenimiento Variety que Sony había reducido la lista a tres candidatos, y yo no hacía parte de esa lista. Y dije, “Bueno, perdí este trabajo, pero ¿sabes? ¡Mejor así, yo no sabría cómo abordar esto!”. Me dije todo ese día que jamás hubiera podido hacer Spider-Man: ·”Estúpido yo tratar, y siento lástima por quien sea que vaya a hacerlo. ¡Qué alivio!”, pensé, y entonces, recibí la llamada: “El trabajo es tuyo”. Oh, ok. Hollywood encuentra la manera de hacerte esto, primero te estruja y te hace sufrir y luego te emplea.
Me preocupaba mucho cómo llevar a Spider-Man a la pantalla grande, cómo armar estos ballets increíbles y hacer que la gente sintiera que existía.
SEMANA: Hay un joven personaje de origen latino, parte de la comunidad LGBTQ, ¿cuéntenos sobre ese lado de inclusión y cómo lo manejaron?
S.R.: Esta fue una decisión de Marvel, la de incluir a América Chávez en esta historia, pero tanto a Michael como a mí esto nos emocionó muchísimo. Y Marvel realmente pone la inclusión en el frente. Es maravilloso que haya personajes de distintos orígenes y culturas más allá de Estados Unidos que se vean representados en la pantalla. Pero fue decisión de Marvel, y la escribió Michael, y él tuvo que averiguar realmente quién era, porque los cómics a veces solo te dan un sketch del personaje, y muchas veces ofrecen ideas y situaciones que se contradicen. Por eso tuvo que crearla casi de su propia imaginación.
M.W.: Yo intenté ser fiel a lo que ella representa, lo que es en los cómics, pero vale aclarar que acá presentamos una versión más joven de la que se ve en los cómics. De cierta manera es una historia de origen para América Chávez. Para el rol trabajamos con Xochitl Gomez, la actriz, y con una amiga escritora muy cercana, Daniela Mayorga, de raíces venezolanas, quien me dio una mano en armar el personaje. Lo dimos todo para dar en el clavo, sé que será muy emocionante para muchas seguidoras latinoamericanas verse representadas en la pantalla.
Los cómics a veces solo te dan un sketch del personaje, y muchas veces ofrecen ideas y situaciones que se contradicen
SEMANA: ¿Exigió mucha disciplina el rodaje? Cómo navegaron ese guion que, según se ha dicho, pulían con uno o dos días de antelación a rodarlo...
S.R.: ¿Dos días? El guion muchas veces se completaba a minutos del rodaje. Y los actores son muy creativos, reconocen lo que no se siente genuino a la hora de rodar escenas. Entonces anotaban “Esto se siente como una manipulación”, “¿Puede ser más real?”, y cambiábamos en el instante tratando de sumar sobre esas ideas. Como director, es clave tomar las buenas ideas y mejorarlo todo, más de lo que hubiera resultado por tu cuenta. Y eso fue para mí trabajar en esta película: grandes actores, grandes ideas, un guion que cambiaba con frecuencia y un proceso muy animado.
Además, otras películas y series se desarrollaban (WandaVision, No Way Home), con impacto en la historia, y nos tocaba medir ese impacto, y había mil preguntas que Michael tenía que abordar en el guion. Fue para el escritor lo que la improvisación es para un actor. Estas películas reaccionan y te exigen estar en el momento, tomando todo y navegarlo.