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Agenda cultural: Casa Kilele celebra 10 años; muestras de arte; fotografía LGBTIQ+; musical; performance; y una zarzuela
Música, exposiciones, fotografía por una causa, danza y un musical aterciopelado, en estos recomendados imperdibles.
Diez años de Casa Kilele / Casa Kilele
El festejo de aniversario de este espacio de congregación viene sucediendo por varios fines de semana y se extiende por este (con el concierto de Romperayo) y el siguiente (con un toque de Buha 2030 y de Gabriela Ponce). Una casa para la música independiente y sensible, huésped de todo tipo de actividades como yoga, teatro, cocina, danza y más, Kilele fue fundada en 2014 por Juliana Cepeda. Luego de seis años de maestría en gestión cultural en Melbourne, Cepeda aterrizó en Bogotá, y si bien creía que este sería un proyecto pasajero, entrar en contacto con una escena vibrante la hizo quedarse y redoblar la apuesta. Cepeda ha alimentado este espacio con impulso y una dosis necesaria de resiliencia. De Chapinero, donde comenzó, saltó a la fabulosa Casa de Patrimonio en Teusaquillo, que hoy llena de onda. Kilele, palabra africana que transmite unión, juntanza y rebeldía, encapsula un espacio que ya suma más de 5.000 eventos, sobre todo de música, la consentida, que presenta en toda su intimidad.
Hoy es posible, hace 20 años impensado / Universidad EAN, hasta el 20 de diciembre
Con esta exposición, Colombia Diversa conmemora dos décadas de trabajo por los derechos de las personas LGBTIQ+. Esta reúne 20 fotografías seleccionadas entre más de 190 propuestas de artistas de Colombia y del exterior, que reflexionan sobre los avances culturales, políticos, jurídicos y sociales que han marcado esta lucha. El proceso de selección estuvo a cargo de Cristina Lleras, Ph. D. en Museología (ganadora del Premio Nacional de Contribución a la Museología 2024); Paula Andrea Orozco, fotógrafa, y Víctor Manuel Rodríguez, Ph. D. en Estudios Visuales y Culturales. En ella, los asistentes podrán adquirir ediciones exclusivas de las fotos concursantes. La entrada a la exhibición y la participación en las actividades académicas son gratuitas. Sobre la imagen que compartimos, Vestidas de blanco (2024), de Javier Segura, esta refleja que los derechos de las personas LGBTIQ+ son resultado de una lucha colectiva que ha hecho frente a la persecución y discriminación en todas partes del país.
Kader Attia y Giardina Papa / MAMBO, hasta el 9 de febrero
Tres exposiciones marcan este último ciclo expositivo en el icónico museo. En primer lugar, la selección de 16 obras del reconocido artista franco-argelino Kader Attia, reflejan su visión sobre la ruptura traumática: un ciclo que no se elimina, sino que se reelabora como algo nuevo. Es a través de la aceptación de la reparación en objetos, culturas y cuerpos, que Attia demuestra cómo un pasado herido puede originar nuevas formas de existencia.
Por otro lado, Elisa Giardina Papa, artista italiana radicada en Nueva York, manifiesta en su obra las tensiones ante las economías digitales y el ensamblaje de la maquinaria humana. Mediante videoinstalaciones de gran escala, las cualidades del poder, el género y los sistemas sociales hacen presencia. Esta corresponde a la primera parte de una exhibición de dos tiempos (la segunda llega en marzo de 2026). Por último, el museo también presenta su acervo artístico con la quinta entrega de la serie La colección en escena.
Acuerdos con el mundo natural y la asamblea de los seres vivos / Fragmentos, hasta el 12 de enero
Creada con base en una colaboración con cuidadores locales de un páramo, de una fuente de agua potable y de un territorio hídrico, esta exhibición propone incluir la voz de la naturaleza como imprescindible en los acuerdos sociales y de paz. La muestra comienza con la instalación de arquitectura sonora Templo del agua Sumapaz, con la que Leonel Vásquez dispone una ‘Estación de escucha’, en la que se reciben los mensajes del agua, traducidos por medio de las vibraciones sonoras que surgen en su recorrido por cuerdas y artefactos de cobre. En esta amplia estructura de madera, los invitados se sientan a vivenciar la experiencia sublime: escuchar y meditar con el sonido de la presencia física del agua.
Simultáneamente, en la sala principal se exhibe la obra de la eslovena Marjetica Potrc: 40 dibujos y dos grandes murales que relatan la memoria de los ríos y sus derechos, y que exigen una relación más igualitaria entre los humanos y la naturaleza, en la que los ríos sean compartidos en beneficio de los animales, las plantas y los humanos por igual.
Occupation 2 (de la compañía francesa La Frontera) / CNA Delia Zapata, 29 y 30 de noviembre
Entre la ficción y el documental, este diálogo artístico desnuda el fenómeno global de la ocupación por parte de empresas multinacionales en los territorios latinoamericanos. Recurriendo a distintos materiales de archivo, gestos, cuerpos y memorias, la obra ofrece un espacio en el que los intérpretes reconstruyen, sanan y reparan su relación con este territorio. El coreógrafo, el cubano-francés Lázaro Benítez, se basó en el caso del pueblo de Tabaco, en el municipio de Hato Nuevo, en La Guajira, cuyos habitantes fueron expulsados de sus tierras por la fuerza el 9 de agosto de 2001 por la multinacional El Cerrejón, propiedad de la empresa Glencore. Más de dos décadas después de estos hechos, Occupation 2 surge como un gesto de memoria que reconstruye estos eventos con cinco bailarines colombianos.
Florecita Rockera, el musical / Teatro Astor Plaza, en temporada
¿Qué les hace falta a los Aterciopelados? En los noventa, cuando Andrea y Héctor se conocieron, tuvieron uno de los bares de fiesta alternativa más reconocidos de la ciudad, grabaron un videoclip icónico sobre la Avenida Caracas incluso antes de que existiera el TransMilenio, formaron parte del Unplugged de Soda Stereo, hicieron una gira con Héroes del Silencio en su momento más álgido, han sido aclamados en Rock al Parque y acaban de ganarse un Grammy Latino por la versión en vivo del disco que los catapultó, El Dorado. Les faltaba quizá inspirar un musical con sus canciones, hito que cumplen esta semana, con el inicio de temporada de Florecita rockera: el musical. Con participación de Ramiro Meneses y Cony Camelo, el musical cuenta la historia de dos jóvenes en la Bogotá de los noventa que se enamoran en la fila de un concierto de la banda; las canciones son interpretadas en vivo animadas por una veintena de bailarines, actores y equipo.
Un Manojo de #Zarzuela / 23 de noviembre, Auditorio Fabio Lozano; 29 y 30, Auditorio Lycée Français
La experiencia revoluciona la manera de disfrutar la zarzuela. Ganador del Portafolio Distrital de Estímulos para la Cultura de Bogotá en 2022, el espectáculo fusiona la tradición de la lírica española con elementos contemporáneos, creando una propuesta artística innovadora que recrea un mundo de melodías y emociones a través de una puesta en escena que combina teatro, música y danza. Romanzas, dúos, preludios y escenas habladas llenas de gracia y simpatía darán vida a obras maestras como “La del Manojo de Rosas”, “Don Gil de Alcalá”, “María la O”... Con un enfoque cinematográfico y un acercamiento sincero al público, Un Manojo de #Zarzuela renueva la lírica española para las nuevas generaciones, sin perder de vista la tradición.
Intersecciones, Carlos Rojas (1933-1997) / nueveochenta, hasta el 14 de diciembre
En palabras de su curadora, Laura Archila, “desde su etapa más temprana, la obra de Carlos Rojas refleja los lugares en los que el artista vivió; en particular, las condiciones geográficas (Horizontes, Cruzados), y la cultura material (Papeles pegados, Mutantes). Son evidentes las influencias de los paisajes andinos en los que creció y a los que volvió frecuentemente; de las grandes ciudades europeas y norteamericanas en las que estudió a los referentes del arte moderno; de las casas bogotanas en las que habitó o las comunidades de artesanos que visitó mientras ejercía su rol como asesor de Artesanías de Colombia. La experiencia de lugar, sumada a la extensa variedad de referentes en Rojas contribuyeron a la conformación de una obra heterogénea y abierta que aún décadas después de su muerte reclama nuevas revisiones”. Intersecciones propone pues una lectura poco evidente de la obra de Rojas, reuniendo casi cuarenta piezas bidimensionales muy poco expuestas y apreciadas, hasta ahora.