Documental
‘Alis’ gana el Premio a Mejor Proyecto en el IDFA Forum, ¿conseguirá apoyo en Colombia?
En un ejercicio narrativo como ninguno, Nicolás van Hemelryck y Clare Weiskopf invitan a niñas en condiciones vulnerables a imaginar un personaje y, así, revelar sus vidas y sus proyecciones. El proyecto, reconocido en el festival más importante del mundo, aún busca pista en el país.
Alis, de los directores Nicolás van Hemelryck y Clare Weiskopf, ganó el Premio Forum a Mejor proyecto en el International Documentary Film Festival Amsterdam. La muestra de cine documental más importante del mundo (que se desarrolla virtualmente hasta el 6 de diciembre) dedica este premio a propuestas documentales creativas, y, a juzgar por la narrativa que propone Alis, se entiende por qué recibió elogios.
El premio ratifica al proyecto como una propuesta única, tan única que en Colombia aún no ha conseguido el apoyo más importante. Hablamos con Nicolás van Hemelryck sobre como nació el proyecto, sobre cómo este derrumbó sus prejuicios sobre la juventud en condiciones vulnerables, y sobre una revelación que deja: puede ser más revelador conocer a la gente por medio de su imaginación, antes que por su día a día o su biografía.
El director y productor cuenta que él y Clare Weiskopf entraron en contacto con niños y niñas en condiciones de vulnerabilidad por medio de unos talleres que dictaban, y acepta que, por impulso y pensando en sus dos hijas, sintieron “lástima y tristeza”. Pero rápidamente se dieron cuenta de que la reacción nacía de un prejuicio. “Al conocerlas encontramos resiliencia, humor, hasta inocencia, a pesar de la brutalidad de sus infancias”. Desde ese punto, sintieron una profunda admiración y un deseo de volver, de seguir dando esos talleres. Y fue en uno de estos talleres que un ejercicio abrió un camino narrativo.
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“Los talleres eran muy prácticos, enseñábamos sobre la cámara, sobre narración, buscando que hicieran un corto. Y en uno de los ejercicios les pedimos que contaran una historia para la clase siguiente. Sus historias fueron muy poderosas, muy sorprendentes. Porque si bien podían empezar con una situación muy fantástica, con un personaje que podía ser una parisina ojiazul, muy rápido su realidad permeaba estas historias”.
Van Hemelryck enfatiza en que no les interesaba hacer una película de la vida en la calle, pues ya se ha visto, y, a su manera de ver, las revictimiza.
“Queríamos hacer una película desde la admiración que ellas nos habían inspirado. Y queríamos protegerlas. Son niñas chiquitas, entre los 12 y los 17, pero sobre todo tienen 13 y 14. Y sus vidas han sido duras y no sabemos qué va a ser de ellas en el futuro, una película podría también condenarlas de alguna manera. No nos interesan los hechos en esta película, no importa qué es verdad, pues descubrimos que la imaginación habla más de nosotros que nuestra biografía. Uno puede conocer a dos personas con biografías similares, pero conocer a alguien a partir de su imaginación es único. Lo que imagino yo, nadie más lo imaginaría”.
Sobre por qué la propuesta, que ha recibido grandes comentarios y puntuaciones en las convocatorias en las que participa, pero no ’ha coronado’, van Hemelryck cuenta:
“Esta propuesta documental se ubica en un límite. La gente cree que en un documental todo es verdad. Y desde que estoy en este camino, descubrí que la verdad no existe, cada uno tiene la suya. Lo importante es ser muy fiel a esa verdad interior, tanto del que hace la película como de los personajes. Sentimos que este mecanismo permite conocerlas a ellas mucho mejor que si contaran su biografía o si las siguiéramos en su día a día.
Con esta propuesta ellas también deciden el final del personaje, el destino, el futuro, y ahí se proyectan. No solo sus sueños, los obstáculos que ven en su camino. Unas ven el futuro de Alis muy oscuro, terrible, otras son más positivas y esperanzadoras. En cierta medida, eso también revela sus mecanismos de defensa.
Estamos muy motivados, llevamos mucho tiempo trabajando, tenemos coproductores internacionales importantes, con trayectoria y experiencia grande, y el apoyo de fondos como Sundance Institut, Catapult Film Fund, y el Programa Ibermedia. Pero en Colombia ha sido difícil. Al ser una propuesta tan distinta, no hemos logrado apoyos que con otras películas antes sí conseguimos”.
A pesar de tener todo ese viento de cola, el realizador y productor anotar que “una película colombiana sin apoyo en Colombia” puede generar más obstáculos que favores en lo que respecta a los apoyos internacionales.
Los realizadores colombianos dejaron huella en 2017 con el documental Amazona (dirigido por Clare Weiskopf), y desde la productora Casatarántula han lanzado producciones como Homo Botánicus. Sobre por qué recibieron el reconocimiento a Mejor proyecto en el IDFA, el jurado integrado por Gitte Hansen, Lisa Kleiner Chanoff y Luis González Zaffaroni aseguró: “La visión artística de los realizadores se conecta de manera orgánica con un método de hacer documental por medio de la imaginación. Creemos que hay enorme potencial en una cinta que le da a su audiencia la posibilidad de empatizar y contemplar el hecho de que sí hay esperanza para un mejor futuro”.