Estéreo Picnic
“Este festival, en la mitad de Bogotá, será una experiencia increíble”, Sergio Pabón, director del FEP, habla con SEMANA
El Festival Estéreo Picnic promete hacer historia en su 14a edición. Una charla extensa con el director del evento sobre la anhelada llegada del festival privado más importante del país al Parque Simón Bolívar del jueves 21 al domingo 24 de marzo, y sobre el estado actual de la escena musical colombiana para el público, las bandas y los empresarios.
El director del Festival Estéreo Pícnic (FEP) está emocionado, y con razón. Durante un montaje como nunca antes se ha dado en el parque Simón Bolívar en Bogotá, que usará casi toda su extensión y sacará partido de su belleza y de su naturaleza, Sergio Pabón observó el gozo con el que la ciudadanía abraza ese espacio un domingo, en sus actividades, y lo convierte en el corazón verde de la capital. El Pícnic será bogotano, al fin, porque la ciudad lo ha abrazado como nunca antes.
El domingo 24 de marzo, día de cierre del festival que empieza el jueves 21, no podrán visitarlo quienes no tengan boleta. Pero, frente a los miedos de esas personas que lo frecuentan sobre qué sacrificios hubo que hacer para el evento, Pabón ofrece un parte de tranquilidad: el Simón seguirá brillando, seguirá siendo el pulmón de la ciudad, sus prados, su lago y sus senderos persistirán. Para esto, siempre será mejor que haya tiempo seco, pero si llueve, florecerá de todas formas. Y claro, el parque sumará a sus muchos hitos musicales (Rock al Parque, Metallica 1999, Iron Maiden 2008 y más) el acoger, al fin, la decimocuarta edición del festival musical privado más importante del país.
Todo sucede cuando debe. Por años, la gente se preguntó por qué el festival no aterrizaba en la que parecía ser su casa natural. Al principio, cuenta Pabón, no había el público para considerarlo; luego, cuando el público comenzó a amasarse, quizá faltó una voluntad de las administraciones locales y también un know how de parte de ellos para abordarlo. Pero con el tiempo y las experiencias, incluido lo positivo que sucedió en dos ediciones del Festival Cordillera, se demostró que el parque brilla en manos de una compañía responsable y un público que lo cuida. “El de Bogotá es un público espectacular –dice–, porque se porta bien”. El resultado de este FEP permitirá medir ese impacto del festival sobre toda la ciudad y, según predice Pabón, “vamos a sorprendernos de lo beneficioso que será”.
La experiencia abonó el terreno para que, esta ocasión, con una alcaldía aliada, sucediera lo anhelado. La administración de Carlos Fernando Galán se la jugó por el festival en la ciudad, por usarlo como el motor económico que es.
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Sus adeptos no pueden estar más felices, pues ese abrazo distrital integra lo que por muchos años se pidió: el transporte público. Mucha gente podrá ir caminando al FEP, mucha más podrá utilizar las tres rutas zonales (norte, centro y occidente) habilitadas por TransMilenio, que irán de 11:00 p. m. a 4:00 a. m. ¿Qué es esto, el primer mundo? Quizá no, pero cerca, es un mundo diferente y presente, y el mejor panorama que se ha ofrecido en festivales musicales hasta la fecha.
Esto va de la mano, claro, con una estrategia ambiental que se impulsa en todos los festivales de Páramo Presenta, con un plan de reciclaje fuerte, que reduce a cero el uso de plásticos de un solo uso y fomenta el cartón reutilizable. Además, se mantiene el plan de siembra de árboles proporcional a las boletas vendidas, que tan buenos resultados ha arrojado en el Cordillera y que, en esta ocasión, con mayor afluencia de público, tiene todo para sumar positivamente. Hablamos largo y tendido con Pabón sobre el FEP y el panorama de conciertos en el país, y esto nos dijo.
SEMANA: ¿Qué expectativa de asistencia tienen para este FEP?
SERGIO PABÓN: Estamos apuntando a estar alrededor de los 35.000 asistentes por día... Es una asistencia muy parecida a la que recibimos en Briceño 18 (la antigua casa del festival). Aspiramos a un total de casi 160.000 personas durante los cuatro días, contando invitados y demás.
SEMANA: Hablando sobre este cartel, ¿qué le emociona más de esta edición?
S.P.: Me emociona que el festival está siendo muy abierto a géneros y a artistas que pueden llegar a muchos públicos, para que todo el mundo sienta que algo le interesa. Ese es el espíritu del festival, no cerrarse a ningún género, ser inclusivo. También estamos buscando que el festival refleje el espíritu de los tiempos que vivimos, con artistas que los reflejen.
Desde ese balance me es gratificante que tendremos a FEID, un artista colombiano en su mejor momento, que refleja básicamente lo que es la música local en 2024. Pero, además, es genial tener a leyendas de géneros más fuertes como Limp Bizkit, o del indie, como pueden serlo Arcade Fire o Placebo, y encontrar artistas electrónicos súper vigentes, y propuestas como las de Arca, Bad Gyal o el Grupo Frontera, que agrupan esta amalgama que es la música hoy.
Creo que entre todos hemos derrumbado muchas barreras que había, y pasamos del “Yo soy rockero” o “yo soy reggaetonero” a dejar esos encasillamientos. Todos salimos del clóset para decir que “nos gusta el rock, pero también Alci Acosta”. A Alci lo tuvimos el año pasado, y una multitud fue a verlo. Creo que hemos venido haciendo un bonito ejercicio de abrirnos a todo.
SEMANA: Las bandas locales emergentes encuentran en el FEP un escenario muy importante, pero se quejan de la remuneración, año tras año. ¿Qué medida siguen? ¿Hay algún plan para elevar esas remuneraciones?
S.P.: Nosotros intentamos ser justos y democráticos en pagar lo que consideramos que cada artista vale. Y, ¿qué vale? Las entradas que pueda vender. Si un artista puede vender 300 entradas, ahí está el valor atribuido. Si un artista puede vender un estadio, como creemos que lo puede hacer FEID, que es un artista colombiano, será el artista más costoso del cartel, y lo es. No por local le damos más o menos, es un tema de qué tan grande es el artista o la banda.
Siento que muchas veces a los artistas les cuesta entender eso, y plantean que cuestan x valor en plata, pero nosotros tratamos de justificar lo que les damos. Y tenemos la visión de que seguimos haciendo toques de 300 personas. Hacemos conciertos de estadio y conciertos de bar, y sabemos lo que venden los artistas locales y pagamos acorde a eso. Y muchos artistas locales como Bomba Estéreo, Diamante Eléctrico, J Balvin, de Colombia, pueden afirmar que han recibido pagos acordes 100 por ciento a su capacidad de convocatoria.
SEMANA: Introducen nuevas ideas, apuestan a una ‘zona confort’, ¿en qué consiste y qué planean a futuro en términos de innovación?
S.P.: Este año vamos a tener un montón de experiencias diferentes. Una de esas es el confort. Pensamos que estaría bien ofrecer un punto medio entre la experiencia general y la experiencia VIP, que es muy costosa, y lo es porque tiene acceso al foso delante del escenario y permite estar frente al artista que se quiera. Y tiene una capacidad limitada, porque no se le puede dar acceso a demasiada gente (porque pierde el valor y, sobre todo, porque no cabe). Pero sí podemos ofrecer una experiencia en la que haya algunas comodidades extra a las normales, que nos reta bastante montar, como baños especiales, restaurantes especiales y cosas por el estilo que hacen de la experiencia una mucho más cómoda. Quienes adquieran confort no tendrán acceso al foso, pero sí a zonas de recuperación, de descanso, a mejores baños.
Esto es algo en lo que tenemos que trabajar, porque en muchos festivales del mundo hay hasta ocho niveles de entradas, con todo tipo de niveles de experiencia. Ofrecerle algo a la gente que de pronto está buscando un baño especial y no le importa estar cerca del artista, ofrecer algo a otros a los que eso es lo único que les importa. Y hay público que busca una experiencia gastronómica con filas reducidas y comida más gourmet, porque eso a ellos les da valor. Así que se intenta diversificar cada vez más esa oferta de servicios para que cada quien pueda pagar por el servicio que necesita y busca. Es un poco parecido a cuando se toma un vuelo. Hay gente que necesita más maletas, hay gente que se quiere acostar, y así.
Y vamos a tener otra vez el Templo del Perreo, que tuvimos el último año y que fue increíble. Uno piensa que el rock y los géneros alternativos son el ADN y esencia del festival, y que quizás no mucha gente quiere ir a una discoteca de reggaetón dentro del festival, pero el año pasado hubo filas y filas y filas de gente que quería entrar. Nos dimos cuenta de que esa experiencia de las discotecas dentro del festival es chévere y que, en un evento para unas 40.000 personas, llegar a un lugar con un aforo para solo 1.000 dedicado al puro perreo, ofrece una escala distinta y un lugar más íntimo. Habrá otra discoteca adicional este año, en alianza con Durex, el Club Aora, de música disco, de liberación, de bailar y pasarla bien, con un montón de sorpresas. Será quizá la atracción más chévere del festival.
Algo que está muy lindo este año es que está el lago. Y haremos un malecón que bordea el lago, que ya está natural de todas formas, un malecón ya construido increíble. Es un paseo muy sabroso darle la vuelta al parque alrededor del lago. Paisajísticamente es espectacular, entonces armamos el malecón con un montón de actividades dentro, barcitos, restauranticos, puestos de chucherías, todo tipo de cosas.
SEMANA: Para la gente con movilidad reducida, ¿algún plan particular?
S.P.: Lo bueno de este parque es que tiene senderos, y eso no lo teníamos antes. Esos caminos son orgánicos y hay muchos, están por todo el parque, y casi que no se quisiera tocar el pasto se podría, y eso ayudará a la gente que tiene movilidad reducida. Intentamos hacer cada vez más amigable la experiencia para todo el mundo.
SEMANA: ¿Cuánto se gozan el festival usted y quienes lo organizan? ¿Puede?
S.P.: Depende mucho del rol. Yo todavía lo disfruto bastante. Obviamente no es lo mismo que si no tuviera que trabajar, pero sí voy a ver a la mayoría de artistas que me gustan y a ver cómo responde la gente a ese artista. Es un plan que me gozo mucho. Aquí somos todos muy fans, la gente que trabaja acá ama la música en vivo, y todo el mundo está disfrutando de la posibilidad de hacer este evento inmenso.
SEMANA: Logísticamente, estos eventos también traen imprevistos y dolores de cabeza...
S.P.: Este es un negocio en el que nosotros no controlamos muchísimos factores. Eso es algo que lo hace muy estresante, pero a la vez muy especial. Nunca se sabe lo que va a pasar. Hay un montón de sucesos que se salen del alcance de uno, pero hemos aprendido a sortearlos, a prevenirlos en la medida de lo posible. Y creo que también hemos sido responsables con la gente siendo transparentes con lo que está pasando. Cuando hay una cancelación, disponer que la gente pueda cambiar la boleta de día, adaptarnos un poco a eso...
SEMANA: El tema de Foo Fighters fue muy difícil, pero lo lograron sobrellevar...
S.P.: Intentamos cuidar a la gente lo máximo posible. Y siento que la gente también ha sido muy comprensiva con acontecimientos como ese, o como el de blink-182 el año pasado, que es obviamente ajeno al festival. De hecho, somos los más afectados, pero intentamos responderle a todo el mundo y hablar con claridad.
SEMANA: El momento más complicado del festival y el más gratificante...
S.P.: Lo de Foo Fighters, sin duda, es algo para lo cual nunca se va a estar preparado. Lo hace entrar en cuenta a uno de que lo único que importa es la vida. El resto es un negocio, pero cuando muere una persona... Nos afectó muchísimo. Y tal vez es algo que nunca vamos a superar, es un dolor que llevaremos siempre en el corazón.
Sobre los momentos gratificantes, los ha habido muchísimo y de todo tipo. Musicalmente ha sido gratificante reconocer a algunos artistas locales, como lo que sucedió con Alci Acosta. El homenaje lo hicimos nosotros, pero, sobre todo, la gente que fue a verlo en cantidades y cantó sus canciones. Y tiene que ver con nuestras raíces, con nuestra colombianidad, con nuestra familia, con el origen de toda esa música que él canta. Fue muy especial, y más en un festival que, en el papel, no era el lugar para que sucediera.
Así será Fruko y sus tesos este año, así fue con el Grupo Niche y con el Binomio de Oro. Poderle haber abierto la puerta a esos artistas y reconocerlos así, y que entre todos digamos “todos nos sabemos estas canciones”, ha sido demasiado especial.
También es muy bonito ver a la gente ser ella misma. En el festival hay una atmósfera de aceptación, de libertad, en la que todo el mundo es quien es, se viste como quiere vestirse, y nadie está juzgando a nadie. Es una especie de portal en el que muchas de las tensiones de nuestra vida vida diaria desaparecen y nos disfrutamos, nos queremos, nos cuidamos, nos aceptamos, y eso es muy valioso.
La gente siendo ella misma, en fotografías de Esteban Vega La-Rotta
Y por eso los invito, y este festival sí que va a ser especial, en la mitad de Bogotá. La experiencia va a ser increíble. La gente podrá llegar a su casa media hora después de salir del parque. Parece del primer mundo. Será una experiencia única, y es una fortuna que esta ciudad tenga ese parque y que vayamos a poder hacer un evento de esta magnitud ahí. No se lo pierdan.
Este festival 2024 sí que va a ser especial, en la mitad de Bogotá. La experiencia va a ser increíble. La gente podrá llegar a su casa media hora después de salir del parque. Parece del primer mundo. Será una experiencia única
SEMANA: Muchos engranajes actúan para hacerlo suceder…
S.P: Este ha sido un esfuerzo colectivo increíble entre la empresa privada y el Gobierno distrital, articulando mucha gente de parte de la Secretarías de Recreación y deporte, de Salud, de Movilidad, del Idartes, de Transmilenio, con todo el despliegue que se va a hacer de seguridad. La forma en la que la ciudad abrazó el festival y ese esfuerzo de todos para lograr esto, es un ejemplo de cómo deberían funcionar el mundo, este país y esta ciudad. Todos podemos trabajar por el bien de fines como la cultura en la ciudad, pero, a la vez, entender que es un negocio que nos beneficia pero también beneficia a la ciudad atrayendo turismo y fomentando la economía. Es una dinámica muy bonita que va a traer muchas cosas buenas a todo el mundo.
Todo lo que pasó con Cordillera y todo lo que nos trajo a este punto fue demostrando que éramos una compañía responsable y que había público, y que el público se porta bien... porque el público en Bogotá es un público espectacular, que se porta bien. El resultado lo vamos a ver ahorita, y vamos a medir ese impacto del festival sobre toda la ciudad. Vamos todos a sorprendernos de lo beneficioso que será.
SEMANA: ¿Mantendrán el espacio para ‘Échele Cabeza’ y las zonas de atención?
S.P: Claro, seguimos con este espacio que tenemos que se llama El Oasis, que lo tenemos en todos los festivales. Es un lugar donde está Echéle Cabeza, y todo el tema este del testeo de sustancias. Y tenemos una zona de recuperación y una zona de mínimo vital de agua, en el que regalamos agua para que la gente esté hidratada y esté bien. Además, tenemos una zona de la Secretaría de la Mujer, donde ellas pueden pedir apoyo y denunciar si se sienten acosadas. Y habilitamos unas líneas de atención por whatsapp del festival, donde se puede escribir para solventar problemas. La señal de celular será algo mejor que en Briceño 18, y eso quizá ayuda a estar más conectados. Entonces, sí, El Oasis es una zona de cuidado importantísimo y la mantenemos. Este tipo de cosas nos han hecho ganarnos la confianza de las autoridades, de la gente.
SEMANA: Y se puede asumir que el distrito también recibirá lecciones interesantes para sus eventos...
S.P: Seguro, es un aprendizaje para todos y estamos trabajando muy de la mano. Y seguiremos aprendiendo también a usar el parque, por dónde entrar, por dónde lo evacuamos... Son procesos que van a durar años, en los que iremos descifrando aún más la experiencia, y ellos seguro van a tomar nota de eso.
SEMANA: ¿Qué tan cercana es la negociación con los festivales Lollapalooza del sur del continente? ¿Qué tan fuerte es la sinergia?
S.P.: Hay una alianza muy clara y una relación muy sólida con ellos. Actuamos un poco como coequiperos, intentando actuar en grupo frente a los artistas, para que puedan venir en dos fines de semana a tocar en cuatro festivales del continente. Hay algunos artistas que no tocan en FEP y sí tocan en los Lollapalooza, otros que sí tocan aquí y no tocan allá, y eso tiene que ver con la curaduría de cada quién. No todos los países son iguales, hay artistas que acá son mucho más grandes que allá, o al revés, pero en general buscamos que el grueso de este bloque de artistas vaya a los festivales en Brasil, Chile, Argentina y Colombia.
SEMANA: Bogotá comenzó a estallar como plaza, ¿cómo sienten que el público responde ante esta oferta nutrida de conciertos? ¿Los bolsillos están dando?
S.P.: Siento que sí, que el público está aguantando y la verdad es que Bogotá está demostrando ser una metrópoli mundial. Tenemos una población bastante grande, y ha sido increíble ver cómo se convirtió en un destino obligado de cualquier tour de cualquier artista en el mundo. Y hay público. La plaza ha crecido mucho, el público es muy bonito, agradecido, caluroso y a los artistas les encanta venir.
Sí tenemos retos, tenemos dificultades, los precios son un problema complejo, pero en general hay público para ver a los artistas. Y hoy veo la programación de conciertos que hay en Bogotá y es una programación del primer mundo. Hay de todo, para todos, en todos los tamaños...
SEMANA: ¿Hay escenarios para una programación del primer mundo?
S.P.: Los hay. Tenemos que ser muy agradecidos de lo que ha pasado porque se nos suele olvidar que antes no había mucho... Estábamos acostumbrados a hacer conciertos en parqueaderos y potreros. Hoy por hoy, hay dos arenas, el Estadio El Campín es un gran lugar para un concierto, está el Parque Simón Bolívar, al aire libre, con una plaza de eventos que puede tener mejoras pero que es increíble… El parque es muy lindo, con árboles, caminos, un lago precioso, y quizá mucha gente no lo visita. Además, hay teatros de 1.200 personas, como el JMSD, de 1.700 personas como el Jorge Eliécer Gaitán, al que ahorita le van a hacer una obra. Y hay lugares como Chamorro, como el Royal Center. Obviamente hacen falta aún más espacios...
SEMANA: ¿Qué nicho de capacidad es quizá el que no está cubierto?
S.P.: El mediano es tal vez el que falta, pero, con todo y eso, hay opciones. Sería genial tener un sitio de más de 5.000 personas, cosas por el estilo, pero estamos muchísimo mejor de lo que teníamos en 2017 o 2018. Los cambios han sido brutales.
SEMANA: Los cambios de Gobierno, las fluctuaciones de la economía, ¿qué tanto los pone a bailar?
S.P.: En ese sentido las cosas no han cambiado mucho. Creo que aquí los empresarios de conciertos estamos muy acostumbrados a la devaluación. Es, sin lugar a dudas, un problema muy grande, pero es uno de los tantos factores con los que ya estamos familiarizados.
Se siente quizá un poco una recesión, y estamos siendo muy cuidadosos en intentar no subirle el precio a las entradas a pesar de que la inflación es fuerte. Y pues, también nos damos cuenta de que la gente está llegando a un tope en el que no puede pagar entradas más caras. Tenemos muchos ejemplos de eso en conciertos en diferentes lugares, que no son festivales, donde las entradas más caras son las que nos cuesta más trabajo vender, cuando eran las que primero se vendían antes, porque la gente quería estar más cerca. Y ahora se nota que la gente quiere ir y hace el esfuerzo, pero tal vez no puede costear la entrada cara. Intentamos manejar eso. Es un ejercicio difícil, para nosotros y para toda la cadena económica que se desprende de esto, de proveedores. Se conversa mucho, “no me suba los precios porque nosotros no podemos subir más los precios”...
El FEP, una fuente inagotable de postales
SEMANA: Háblenos de qué ha representado la fusión con Live Nation, a la hora de hacer este festival...
S.P.: Nos ha impactado de forma muy positiva, porque hay un montón de know how allá que también se nos está transmitiendo. Es gente que tiene muchísima experiencia haciendo festivales y conciertos. Entonces estamos aprendiendo un montón de prácticas, pero estoy seguro de que nosotros también tenemos cosas que enseñar y mostrarles, en cuanto a las innovaciones que hemos hecho. Hay un tráfico de información y aprendizajes chévere, y por otro lado es un apoyo genial a la hora de contratar artistas, como parte de un grupo muy potente en ese sentido. Y eso también es para el beneficio del consumidor.
SEMANA: En Estados Unidos hay muchas críticas por temas de boletería dinámica, y de la reventa legalizada, ¿estamos muy lejos de eso?
S.P.: El tema de la reventa es un tema que depende mucho de la demanda. El día que en este mercado lleguemos al punto en el que están allá, en el que sale un festival y se agota en un día, ahí tendremos que innovar para combatir esa reventa. Por ahora, casi siempre hay entradas disponibles, tampoco hay esa tensión tan latente. La hay, pero no es comparable con lo que sucede allá.
En ese sentido, Live Nation es un grupo empresarial que ha venido combatiendo e innovando contra la reventa por años. Con tecnología se puede hacer, identificando a los fans, previniendo que una persona pueda comprar demasiadas entradas con una tarjeta. Ellos han venido liderando esa lucha en el mundo. Y en eso tenemos mucho por aprender todavía.
Un Picnic de cifras masivas y horarios definidos
En trece ediciones: *Al Festival Estéreo Picnic han asistido más de 437.000 personas, y pasará el medio millón de asistentes en esta edición. *En 13 años el FEP pasó de tener 2.500 asistentes, en su primera edición, a más de 150.000. *Las 13 ediciones del Festival han reunido a más de 620 agrupaciones de todo el mundo. *El Festival genera más de 10 mil empleos diarios de manera directa e indirecta. *Más de 50 plantas eléctricas y más de 1000 km de cable se usan durante el Festival.
*El Festival usará en 2024 más de 1600 luces entre móviles y fijas.. *En 2024 espera contar con 5 opciones veganas entre sus muchas opciones gastronómicas.