MÚSICA
Aterciopelados y Fabulosos Cadillacs, directo al alma
Entre rock, rap y contracultura, los artistas del segundo día del Festival Almax intercalaron canciones con mensajes políticos sobre la paz en Colombia.
En el segundo día del Festival Almax, que se celebra entre el 1 y el 4 de diciembre en Corferias, en Bogotá estuvieron artistas como Esteman, La Derecha, 1280 Almas, Catupecu Machu y Carajo.
Monsieur Periné fue una de las primeras bandas locales. Ellos comenzaron interpretando ‘Nuestra canción’, que originalmente es cantada por el grupo colombiano y Vicente García, un artista reggae dominicano que es la pareja de Catalina García, la vocalista del grupo. Si bien García se presentará en Almax este sábado 3 de diciembre, no estuvo en la interpretación del sencillo.
Con instrumentos como guitarra portuguesa, cavaquinho, saxofón y trombón, Monsieur Periné puso a bailar al público. Fue el primer grupo del segundo día del festival en enviar un mensaje en medio de la coyuntura política. Antes de ‘Mi libertad’, Catalina dijo que la paz la teníamos que hacer entre todos, que éramos un solo país y que ellos hacían música para traspasar todas las barreras.
Acto seguido, la fraco-chilena Anamaría Tijoux Merino o Ana Tijoux, su nombre artístico, saltó al escenario para llevar un mensaje conciencia a ritmo de rap. Sus canciones, inspiradas en los problemas sociales, la lucha latinoamericana y el feminismo, fueron coreadas por los asistentes.
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La artista, que se dio a conocer al finalizar la década del noventa con la agrupación Makiza, inició su carrera de solista luego de la separación de la agrupación en el año 2006. Desde entonces, consolidó su mensaje político y se aferró a cantarle a los problemas de la sociedad latinoamericana, entre ellos, la movilización indígena.
“Es un tema complejo en todos lados y nos compete a todos como latinoamericanistas, por decirlo de alguna manera. Tiene que ver con un modelo económico actual en el que vive casi todo el planeta, que está en total contraposición con la visión indígena de la tierra y el cariño que se le tiene a ella”, aseguró la artista en una entrevista con la revista RollingStone.
Con canciones, mensajes en la pausas y hasta en su atuendo, Aterciopelados dio el mensaje más contundente de apoyo a la paz en el segundo día de Almax. El stage 1 estaba a tope cuando Andrea Echeverri, líder de la ibanda, dio el saludo de bienvenida en su casa, la capital.
Los corazones rojos bordados en el pecho de todos los integrantes del icónico grupo sirvieron para no perderlos de vista mientras se movían por el escenario. La descarga fue de paz pero también de amor. Baracunatana, Rompecabezas, Florecita rockera, Bolero falaz, El Álbum y Cosita seria fueron los éxitos infaltables que los asistentes más corearon.
Como es usual, Aterciopelados fue breve pero vertical en su mensaje político. Cuando tocó Maligno fue directo al alma de los asistentes y al final Héctor Buitrago, fundador y bajista, le envío un saludo a “un gran revolucionario” refiriéndose al líder de la Revolución Cubana Fidel Castro, quien murió hace una semana. La canción se la dedicaron a Cuba, donde tenían una presentación y la cancelaron por respeto al enterarse del deceso de Castro.
Sobre la paz fueron directos. En momentos en los que el país aún no ha digerido el resultado del plebiscito, un nuevo acuerdo y la refrendación vía Congreso, ellos le cantaron a lo que debe ser la persistencia para lograr ese fin. Andrea se puso el símbolo de la paz, una huella de ave, de sombrero en una actuación histriónica que fue aplaudida de principio a fin.
Y no podía faltar el mensaje ambiental. La controversia por la posición y los planes de la Alcaldía de Bogotá frente a la Reserva Forestal Thomas Van der Hammen movieron a Héctor para decir que la reserva se tiene que proteger. “Bogotá tendrá la reserva más grande de Iberoamérica”, dijo retador.
El toque de poderío femenino lo cantaron con Yo amo mis piernas, una canción no tan conocida que graficaron para que los asistentes pudieran seguir un mensaje corto pero necesario. “Yo amo mi panza, mis piernas, mi culo, mis tetas… me amo de cuerpo entero”, tocaron en una melodía enternecedora.
Lecciones de vida que aprendí anoche con @aterciopelados ❤️❤️❤️ gracias @ALMAXColombia pic.twitter.com/vpSbCG6aRe
— Jetty Pineda Muñoz (@jetty_pm) December 3, 2016
‘Los Atercio’ dieron una vez más una cátedra de música, paz y amor y demostraron por qué son la cara del rock colombia ante el mundo.
Preparado el escenario para recibir a los Fabulosos Cadillacs, el público esperaba con ansias su presentación coreando el ‘oh, oh, oh’ de la canción Yo no me sentaría en tu mesa. Cuando el lugar estaba a reventar, las luces se apagaron y de fondo comenzó a escucharse Cadillacs, un clásico acostumbrado a sonar antes de su aparición. El público giró hacia el escenario pero nadie estaba tocando ningún instrumento. Solo se reproducía un video. Luego, uno a uno fueron subiendo al escenario los músicos comenzando por Fernando Ricciardi, uno de los bateristas.
Gran parte del concierto, Vicentico cantó vistiendo una capota que le tapaba la cara y junto a la banda interpretaron grandes clásicos como Vasos vacíos; Matador; Siguiendo la luna; Manuel Santillán, el león; Padre nuestro, entre otras.
Cuando ya iba más de la mitad de la canción ‘Mal bicho’, Vicentico hizo una pausa para pedir silencio. Las luces se apagaron por completo mientras los miles de espectadores intentaban guardar silencio. Casi como un susurro, el vocalista de Fabulosos empezó a cantar “a la guerra, a la violencia, a la injusticia y a tu codicia”. Justo en ese momento se prendieron las luces y el escenario estalló junto con los espectadores a un solo coro: “¡digo no, digo no, digo no, digo no!… paz en el mundo”.
Tras casi dos horas de música con sus clásicos de ska, rock con aires de jazz y música latina; los Fabulosos se despidieron del público. Y pocos minutos después regresaron ante las peticiones de otra canción para tocar con la que habían sido llamados al escenario. Su última interpretación fue Yo no me sentaría en tu mesa.
La fiesta musical continuará este sábado 3 de diciembre en Corferias a cargo, especialmente, de Carlos Vives, quien cerrará la noche del escenario principal.