Rogelio Salmona sabía que la arquitectura tenía un impacto en la vida de las personas. Los edificios que diseñaba y construía resolvían problemas de habitabilidad e invitaban a la gente a vivir y a usar los espacios comunes. La Biblioteca Virgilio Barco tiene rampas que aprovechan la vista al parque Simón Bolívar y seducen a los lectores a tomarse unos minutos de descanso. Las Torres del Parque están llenas de terrazas y terracitas que usan los residentes para disfrutar de una tarde soleada y en las que se encuentran con vecinos y transeúntes. Esa filosofía de que la arquitectura debe crear comunidad es la bandera de la fundación que lleva su nombre, la misma que esta semana entregará un premio a la obra latinoamericana que mejor encarne el pensamiento de Salmona.
Este año compiten 22 construcciones y entre las colombianas está el Museo del Banco de la República de Bogotá, el Colegio Santo Domingo Savio y el Conjunto Parque de los Deseos de Medellín. “Estábamos buscando obras que de una u otra manera tuvieran un impacto positivo en los ciudadanos–dice Ruth Verde Zein, reconocida arquitecta brasilera y uno de los jurados de la competencia–. Por eso se escogieron parques, colegios, museos, centros culturales y estaciones de buses.”
Las tres obras colombianas sin duda cumplen con los requisitos. El Museo del Banco de la República pone el arte a disposición de todos los bogotanos, el conjunto Parque de los Deseos es un lugar de investigación y aprendizaje y el Colegio Santo Domingo Savio cambió la vida de los habitantes de la comuna 1 de Medellín. La impactante estética de estos lugares atrae la mirada y acoge a los visitantes que se sienten cómodos entre sus muros.
El 21 de agosto se anunciará el ganador del prestigioso premio por el que también compiten el Centro Comercial Larcomar en Lima y el Museo de la Memoria de Santiago de Chile. Ese mismo día se inaugurará en la Biblioteca Virgilio Barco una exposición con fotos, videos y maquetas de las obras. “Las construcciones utilizan formas geométricas similares pero cada una de ellas está inscrita en el lugar en que fue construida y perdería su encanto si se traslada”, dice Verde Zein.
Además de la arquitecta y profesora brasileña, el jurado está compuesto por la arquitecta colombiana Silvia Arango, el urbanista argentino Fernando Diez, la historiadora de arte mexicana Luise Noelle y como invitado especial el arquitecto japonés Hiroshi Naito.
Cada uno de ellos aporta una perspectiva distinta a la discusión, y para quien no sabe del tema la sola referencia de los jurados le permite intuir que la arquitectura es un arte en el que confluyen muchas cosas: el espacio, la luz, el uso que vaya a tener la construcción, los habitantes, los alrededores, la historia, la cultura, los materiales. La idea, en fin, es encontrar la mejor manera de unir las variantes teniendo en cuenta, como decía Salmona, que todos los edificios son públicos y forman parte del patrimonio de las ciudades.