CULTURA
Así reaccionó Juan Manuel Santos a la muerte de Fernando Botero
El famoso artista murió en Mónaco.
A la edad de 91 años, falleció este viernes 15 de septiembre el famoso artista colombiano Fernando Botero, conocido por sus esculturas de formas voluptuosas.
Botero murió en su casa en el principado de Mónaco, tras presentar problemas de salud que lo mantuvieron varios días internado en un centro hospitalario.
Tras la muerte de Botero, el expresidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lamentó su deceso.
“Lamentamos profundamente la partida de Fernando Botero, uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo. Siempre generoso con su país, un gran amigo, y apasionado constructor de paz. Nuestras más sinceras condolencias a toda su familia”, dijo este viernes, a través de su cuenta en Twitter (ahora X), el exjefe de Estado.
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Lamentamos profundamente la partida de Fernando Botero, uno de los más grandes artistas de Colombia y del mundo. Siempre generoso con su país, un gran amigo, y apasionado constructor de paz. Nuestras más sinceras condolencias a toda su familia.
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) September 15, 2023
Quien también se pronunció al respecto fue el presidente Gustavo Petro, quien calificó a Botero de ser el pintor “de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes”.
“Ha muerto Fernando Botero, el pintor de nuestras tradiciones y defectos, el pintor de nuestras virtudes. El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, dijo puntualmente Petro, también en Twitter.
Medellín decreta siete días de luto
El alcalde Daniel Quintero Calle decretó siete días de luto en Medellín por cuenta del fallecimiento de Fernando Botero. En las próximas horas, se definirá la agenda cultural en la que se le rendirá homenaje.
“Lamentamos profundamente la muerte del maestro Botero, un grande del arte, de la cultura, pero un grande también por su amor por Medellín, por su amor por Colombia, por su amor por Latinoamérica”, manifestó el mandatario.
Las actividades para recordar su historia estarán concentradas en la Plaza Botero, el parque a cielo abierto ubicado en el centro de la capital de Antioquia, donde se exhiben 23 de sus esculturas más famosas.
Así lo narró el alcalde: “Su obra, su vida, su legado, quedará plasmado en esta ciudad a la que él amó tanto y en la que dejó tantas obras. Rendiremos homenaje en Plaza Botero y en los diversos lugares de la ciudad donde su obra hoy está plasmada”.
El gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa, también se refirió a la muerte del artista:
“Profundamente conmovidos con el fallecimiento del maestro Fernando Botero, el más ilustre artista antioqueño, el mayor de toda la historia en Colombia, nuestro más excelso embajador ante el mundo. Su obra marcó la identidad de nuestra tierra. Gratitud y solidaridad”.
Así fue su historia de amor con Sophia Vari
Con apenas meses de nacida, Sophia Canellopoulos emprendió el viaje más importante de su vida y la de su familia. Partió desde Grecia hasta el exilio en Suiza, en el fragor de la Segunda Guerra Mundial. Era 1940.
Al otro lado del mundo, en Colombia, otro niño, de nombre Fernando Botero, ya era huérfano de padre —un arriero propietario de varias mulas con las que transportaba todo tipo de mercancía— y soñaba con ser torero.
Tendrían que pasar más de tres décadas para que dos vidas tan dispares se cruzaran en un apartamento de París, donde acudieron a una comida organizada por una amiga común a principios de los años setenta.
La historia ocurrió así: Fernando Botero y Sofía Vari se encontraron por primera vez hace más de 40 años. En una comida en la capital francesa, en casa de la marquesa de Crussol, fueron presentados el entonces ya famoso pintor colombiano y una joven y prometedora pintora griega, de nombre Sofia Canellopolos. En ese momento, los dos estaban casados.
Él, por segunda vez con la vallecaucana Cecilia Zambrano, y ella con un próspero industrial griego, cuya familia vivía en París desde hacía tres generaciones. “En ese momento, pensé que era la mujer más divina que había visto en la vida”, comentó Botero en una entrevista con la revista Jet Set.
Y dos años después, cuando se separó de su esposa, el recuerdo de ese primer encuentro lo hizo llamarla por teléfono. Entonces, comenzaron a salir.
Inicialmente, las conversaciones sobre arte a la hora de almuerzo servían como coartada. Pero, poco a poco, el arte fue dando paso al amor. Sin embargo, la cosa no era tan fácil. “Aunque mi matrimonio era fatal, uno de esos matrimonios de conveniencia, no estaba dentro de mi esquema mental sostener una relación fuera de él. Además, el éxito de Fernando, su éxito con las mujeres me daba miedo. Yo creía que la relación era importante, pero imposible”, aseguró en ese entonces Sofía, que falleció en mayo pasado.
Ni tan imposible. Como en las grandes historias de amor, contrariando todos sus principios, Sofía Vari se enamoró locamente, y decidió abandonar a su marido, para rehacer su vida al lado del pintor colombiano.
Botero también quería rehacer su vida. Pero las cicatrices del pasado lo habían dejado prevenido frente a cualquier exceso de idealismo romántico. De ahí que decidieran diseñar un tipo de relación que tuviera en cuenta más las experiencias y fracasos de las dos partes, que las convenciones sociales. “El tipo de relación que forjamos”, afirmó Fernando Botero, “fue fríamente estudiado. Aceptando los dos que el matrimonio convencional asfixia, decidimos analizar cuáles eran nuestras necesidades mutuas, y simplemente llenarlas”.
La forma como las llenaron evoca relaciones famosas como la de Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, y André Malraux y Louise De VilleLaurent. Consistía básicamente en que, según palabras del propio Botero, “en esta relación, nada es automático”.