‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla
‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla | Foto: Priscila Padilla

Cine

‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, una película que se pregunta si las mujeres tienen el derecho a decidir sobre su cuerpo

Luego de su estreno mundial en Hot Docs, el mayor festival de cine documental de Norteamérica, la directora de ‘La eterna noche de las doce lunas’, presenta en Colombia una cinta que reflexiona sobre un derecho fundamental de las mujeres en distintas culturas del mundo.

25 de agosto de 2021

‘Luz’, la protagonista de esta nueva producción cinematográfica de la directora Priscila Padilla, tenía 17 años cuando se enteró que no tenía clítoris, desde entonces ella vive padeciendo su cuerpo. Su situación refleja la de muchas mujeres en el mundo, quienes día a día luchan por el derecho a decidir sobre sus cuerpos, enfrentándose a lo impuesto por las tradiciones, las culturas, las religiones, y el control social y político.

Biabu chupea / Un grito en el silencio, es un relato cinematográfico de 83 minutos de duración, que está narrado a través de varias mujeres indígenas Embera Chamí, que bien podrían llamarse María, Eva, Dolores, al final todas son ‘Luz’, un nombre elegido entre las mujeres que hicieron parte de este documental. ‘Luz’ en honor a lo que representa este elemento vital, que entró en la vida de muchas mujeres siglos atrás, para iluminarlas y fortalecerlas para que después de mucho tiempo de mutismo se decidieran a hablar de sus cotidianidades.

Y así la luz sigue develando esta historia. Entre tejidos y cantos las Embera Chamí hablan de una manera desprevenida y sincera de cómo habitan sus cuerpos, mientras a Claudia, la mejor amiga de ‘Luz’, le llega la revelación certera e irreversible de que todas las mujeres nacen con clítoris. Un hallazgo biológico aparentemente obvio para las demás, pero que para ella es el punto de partida y reencuentro con su cuerpo de mujer.

“Hacer esta historia fue una aventura de descubrimiento mutuo”, afirma la directora Priscila Padilla, que junto a su equipo de trabajo compartió con las mujeres Embera Chamí en su territorio y con quienes aún tiene un fuerte lazo de amistad.  “Muchos tejidos, cantos, baños en los ríos, siembra de la tierra, entre los maravillosos paisajes enigmáticos de Risaralda y Chocó, territorio ancestral de esta comunidad. En el Bajo San Juan, resguardo unificado Embera Chamí de Pueblo Rico (Risaralda), lugar donde ya no se practica el retiro del clítoris a las niñas”.

‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla
‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla | Foto: Priscila Padilla

Los Embera Chamí

Son el segundo pueblo indígena de mayor población en Colombia, con aproximadamente 250 mil pobladores. La mayor parte de la población Chamí se encuentra sobre el Río San Juan y en los municipios de Pueblo Rico y Mistrató, departamento de Risaralda en Colombia.

Un segundo núcleo de población Chamí se encuentra en los ríos Garrapatas y San Quinini, municipios de Dovio y Bolívar, departamento del Valle del Cauca y en el Resguardo de Cristiana, municipios de Jardín y Andes en el departamento de Antioquia. También se encuentran asentamientos Chamí en Quindío, Caldas, Valle del Cauca y Caquetá.

Los Embera Chamí conservan su lengua nativa, la cual pertenece a la familia lingüística Chocó, que tiene relación con las familias arawak, karib y chibcha, y está emparentada con la waunan.  Los actuales pueblos emberas (Katío, Chamí, Dodiba, y Eperara Siapidara) en tiempos prehispánicos compartieron un espacio común y características culturales semejantes tales como la lengua, la cosmovisión, el jaibanismo y la movilidad territorial.

En la actualidad, finales del siglo XX, los Emberá con territorio fraccionado debido a los procesos de conquista, colonización y contacto con otras culturas (indígena, negra, blanca) y teniendo para cada región sus particularidades, mantienen una cohesión a nivel cultural con elementos de identidad muy fuertes como su idioma, tradición oral, jaibanismo, organización social y una nueva organización política a través de las organizaciones regionales (Ulloa, 2004).

La directora

Priscila Padilla estudió cine y televisión en el Conservatorio libre de cine en París (Francia). Como directora de cine documental sus trabajos se han centrado en contar historias de mujeres y sus cotidianidades, asumiendo este oficio como su opción de vida, entre algunas películas realizadas están Los huéspedes de la guerra (2006), Nacimos el 31 de diciembre (2011) y La eterna noche de la doce lunas (2013), película que ganó varios premios a nivel nacional e internacional y que tuvo su estreno en el Festival de Cine de Berlín. En estos momentos realiza Un nuevo amanecer, una película muy personal, que trata el tema de los cuerpos femeninos insertados en la guerra.

‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla
‘Biabu chupea / Un grito en el silencio’, de Priscila Padilla | Foto: Priscila Padilla