Cultura
¿Cómo pedirle a Dios por la salud de una persona enferma?
Orar es una forma en que los creyentes ayudan a que los enfermos encuentren mejoría.
Tener a un familiar, un amigo o a una persona cercana afrontando alguna enfermedad no es fácil. Además de apoyar con compañía, aportes económicos, fortaleza y otras acciones, también es viable recurrir a la oración para poner en manos de los especialistas y de Dios el proceso de sanación.
Esta es una herramienta poderosa a la que muchos acuden como una forma de apoyar. Pedirle al ser supremo que el tratamiento funcione, que ilumine a los médicos para que hagan su trabajo de la mejor manera, para que encuentren las razones de la enfermedad y para que ayuden a aliviar y calmar sus dolores, son algunos de los clamores.
En estos casos, como ocurre siempre, lo más importante es pedir con fe, convencido de que los ruegos ayudarán a salir victorioso de las adversidades. El portal La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (churchofjesuschrist), asegura que el salmo 41 es ideal para pedir por la salud de una persona enferma.
Salmo 41 para pedir por una persona enferma
1. Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el día malo lo librará Jehová. 2. Jehová lo guardará, y lo mantendrá con vida, y será bienaventurado en la tierra; y no lo entregará a la voluntad de sus enemigos.
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3. Jehová lo sostendrá en el lecho del dolor; ablandará su cama en la enfermedad. 4. Yo dije: Oh Jehová, ten misericordia de mí, sana mi alma, porque contra ti he pecado.
5. Mis enemigos hablan mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá y perecerá su nombre? 6. Y si alguno viene a verme, habla mentira; su corazón recoge para sí iniquidad, y al salir fuera, la divulga.
7. Reunidos, murmuran contra mí todos los que me aborrecen; contra mí traman el mal, diciendo: 8. Una pestilencia se ha apoderado de él; el que cayó en cama no volverá a levantarse. 9. Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, balzó contra mí el calcañar.
10. Mas tú, oh Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, y les daré su pago. 11. Por esto sé que te complaces en mí, en que mi enemigo no cante victoria sobre mí. 12. En cuanto a mí, en mi integridad, me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre.
13. Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y amén.