Cultura
¿Cómo se debe rezar para lograr la divina misericordia de Dios?
Esta oración ayuda a llenarse de fortaleza y a confiar en el apoyo y cuidado de Dios.
La oración es una buena forma de obtener la misericordia de Dios, que es compasiva y clemente, porque les ayuda a las personas a superar sus dificultades. La misericordia implica amar a las personas tal y como son y compadecerse de ellas sin sentir lástima, según explica el portal Desde la Fe.
“La misericordia de Dios es siempre comprensiva, paciente y clemente. Y nos da toda clase de ayudas para que podamos superar nuestras miserias”, precisa este sitio web, que aclara que no se debe distorsionar el concepto de misericordia divina, pues hay quienes creen que como Dios es misericordioso, los librará de todo sufrimiento, problema, dificultad y peligro.
Es importante tener claro que Dios no siempre libra a las personas de sufrir, pero siempre las acompaña, se compadece y les ayuda y sostiene y por ello la oración para obtener su misericordia es una herramienta poderosa para llenarse de fortaleza.
Hay diversas formas de orar para pedir la misericordia divina y una de ellas es la siguiente, según el portal Unidos en Oración.
Oración para pedir la misericordia de Dios
Bendito Dios, me encuentro de nuevo ante ti con el corazón arrepentido y buscando tu guía hacia el sendero del bien. Gracias a ti, Padre Todopoderoso, tenemos abiertas las puertas del paraíso al aceptarte en nuestros corazones. Que tu verdad sea conocida por todos en el mundo.
Amado Dios, sé que mi presencia en estos momentos es indigna ante Ti. Pero es cierto también que tu grandeza es infinita, es por eso que acudo buscando de tu misericordia, de tu gran compasión ante esta persona que ha cometido pecado.
Nosotros, como seres humanos, somos imperfectos. Somos seres que caemos constantemente en pecado. Pero ante ti, Padre Amado, reconociendo nuestro actuar corrompido y pidiendo nuestra absolución, todo lo perdonas. Confieso, Padre Amado, que he pecado.
Amado Dios, sé que mi presencia en estos momentos es indigna ante ti. Pero es cierto también que tu grandeza es infinita, es por eso que acudo buscando de tu misericordia, de tu gran compasión ante esta persona que ha cometido pecado.
Señor mío, no nos abandones ni nos desampares, porque solo en ti encontramos el perdón. Te he fallado, Padre. El pecado nos aleja de tu sendero y nos nubla la visión. Tengo el corazón arrepentido y por eso acudo a ti.
Te pido, Señor Todopoderoso, que me perdones por la falta cometida. En estos tiempos mi fortaleza se vio doblegada ante las tentaciones del mundo y sucumbí porque de carne estoy hecho y la carne es débil. Padre, yo imploro tu misericordia.
Padre Celestial, tú que reinas en las alturas, observar nuestro actuar, vigilas nuestros pasos, nos cuidas y siempre estás atento cuando clamamos por ti. Yo ahora me arrodillo implorando tu nombre, por tu perdón. Así también pido por la absolución de los pecados de mis prójimos.
Porque tú, oh Señor, eres bueno y perdonador, grande en misericordia para con los que te invocan.
Dios amado, reconozco que he pecado, acepto mis faltas cometidas, reconozco que me alejé del sendero de tu Santo nombre y tu verdad. Soy una persona que ha cometido pecado, y arrepentido, me presento ante ti. Ten compasión de mí, Padre Amado.
Padre que moras en los cielos, mi gratitud siempre estará contigo. Por haber colmado mi vida con tus bendiciones. Obra nuevamente sobre mí, posa tu mano santísima y restaura este corazón adolorido que confundió su sendero por otro en del mundo. Bendito seas, mi Señor.
Grande eres en los cielos y en la tierra. Todopoderoso Señor, tu amor colma sobrepasa las montañas y tu santa presencia es la única lumbrera en este mundo sumido en las tinieblas del pecado. Alabado seas siempre por lo siglos de los siglos.
Amado rey, sabemos que tu misericordia es infinita y que va de generación en generación.
Señor Amado, creador de los cielos y de la tierra, creador de todo ser viviente que habita en el mundo, impón sobre mí tu santísima mano y guíame hacia el sendero de tu virtud. Bendito Padre, no me dejes caer en la tentación del maligno.
Nunca me has desamparado, Padre Celestial. En cada momento que me he acercado a ti supiste atender a mi llamado. Con tu infinita paciencia tomaste mis pesares y los desapareciste. Hoy este pesar lo dejo en tus manos, como el padre amoroso que a sus hijos protege.
Mi amado Padre, ante tu Santísimo nombre presento mis pesares, dichoso porque sé que oirás mis palabras. Gracias te doy por todas tus obras en mi vida así como tu paciencia en cada oportunidad que me acerco a ti. Bendito seas por los siglos de los siglos y que todos conozcan de tu glorioso amor así como yo lo vivo. Te Bendigo y Amo, Padre Santo.
Amén.