Conciertos
Como si el Jamming renaciera: el escandaloso Festival Fyre quiere otra oportunidad y vuelve a vender entradas
Situado en una isla caribeña, en 2017, el festival prometía ser lo máximo en lujos y en experiencia de playa y música. No fue más que una estafa. Ahora, recién salido de prisión, su organizador regresa al ruedo.
El polémico organizador del Festival Fyre anunció una segunda versión del evento caribeño cuya primera y desastrosa edición en 2017 resultó una escandalosa estafa por falta de música, comida o albergues y lo llevó a la cárcel condenado por fraude.
Vistiendo bata blanca y usando auriculares inalámbricos, el artista Billy McFarland, de 31 años, dijo en su cuenta de la red Instagram que esta segunda edición será diferente. “Ha sido el viaje más loco llegar hasta aquí. Y realmente todo empezó en mi séptimo período de confinamiento solitario”, señaló.
La edición de 2017 del Fyre fue promovida por influenciadores y figuras famosas como la “experiencia cultural de la década” a realizarse en una isla desierta de Bahamas. Sin embargo tras pagar miles de dólares por la asistencia, los que llegaron a la isla Exuma para vivir esa experiencia se encontraron con meros sándwiches de queso, tiendas de campaña al estilo de las de ayuda humanitaria y nada de música.
En 2018, McFarland admitió el fraude de su iniciativa. Fue condenado a seis años de cárcel y a reembolsar 26 millones de dólares. Tras cuatro años entre rejas pasó a cumplir arresto domiciliario hasta setiembre del año pasado.
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En su nuevo vídeo, McFarland dijo que en la cárcel ideó numerosos proyectos sobre el “interés y la demanda de Fyre”, entre ellos un documental y un musical de Broadway antes de decidirse por volver a celebrar el evento.
Sostuvo que los primeros 100 ingresos para el Festival Fyre II ya fueron vendidos y que todos lo recaudado en esta edición se mantendrá depositado “hasta que se anuncie la fecha” del evento, el cual espera celebrar a fines de 2024.
Tampoco se sabe donde se realizará la segunda edición del festival ni quienes serán los artistas que participarán. En la página de internet del evento hay un enlace con Google Maps, pero si se clickea allí aparece el mar Caribe.
Con el resurgimiento de este caso, imposible se hace no pensar en lo que sucedió con el Jamming Festival, que luego de varios años en Ricaurte (en los que bordeó el éxito y el peligro) se lanzó al ruedo más grande y planteó hacer de Ibagué un destino interesante para expandir la escena de conciertos. Y, como Ícaro, queriendo ser más grande de lo que le era posible, ofreciendo un cartel supremamente ambicioso, todo se cayó a pedazos. ¿Qué pasaría si el Jamming volviera a vender boletas en un par de años? Sin duda, uno que otro titular.
*Con información de AFP