CONCIERTO

Un reencuentro para no olvidar

Con el concierto de Medellín, Guns N´ Roses demostró que a pesar de haber pasado su etapa de gloria, sigue siendo uno de los monstruos más importantes del Rock.

Jorge Cote
25 de noviembre de 2016
| Foto: Katarina Benzova

Majestuoso y mítico, esas son las palabras con la que se podría calificar al concierto de Guns N‘ Roses que vivieron los colombianos el pasado 23 de noviembre en el estadio Atanasio Girardot de Medellín. Si bien la banda liderada por el vocalista Axl Rose, había tocado por segunda vez en el país en 2010, sus fans tuvieron que esperar 24 años para volver a ver a buena parte de los miembros originales reunidos. Faltaron Izzy Stradlin, guitarrista, compositor y miembro fundador de GnR, y Matt Sorum, segundo baterista que reemplazó al legendario Steven Adler, pero aun así valió la pena ver en un mismo escenario a Axl, Slash y a Duff McKagan, hecho que parecía imposible. Ellos estuvieron acompañados por músicos poco conocidos pero bastante buenos como el baterista Frank Ferrer y la joven teclista Melissa Resse. 

El concierto tenía muchas cosas en contra y algunos de los fans de la vieja guardia que los habían visto en 1992 o en 2010 tenían sus reservas. Axl durante toda su carrera había dado muestras de irrespetar a su público al demorarse varias horas en salir a tocar. Además, una vez se supo de la reunión de los GnR, comenzaron a circular por los medios de comunicación y las redes sociales, fotos y videos en los que se mostraba el deplorable estado físico del cantante. ¿Un hombre con sobrepeso, que en varios conciertos tuvo que cantar sentado, sería capaz de ofrecer un buen espectáculo? Pese a las incertidumbres, la fanaticada respondió y la boletería se vendió en casi su totalidad a los pocos días de salir a la venta. Pero aun así existían dudas sobre el éxito del concierto.  

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Desde el 22 de noviembre, incluso desde días antes comenzaron a llegar personas de todos los rincones de Colombia y de países vecinos como Venezuela y Ecuador. Los buenos presagios de que el concierto sería todo un éxito comenzaron con el dispositivo montado por Tyrona Eventos, empresa que trajo a los GnR, y la Alcaldía de Medellín. La gente entró de manera ordenada, a la hora señalada y sin mayor contratiempo. Hecho que no había sucedido ni en 1992, ni en 2010.

A las ocho de la noche y de manera puntal, se apagaron las luces y salió al escenario Marky Ramone, exbaterista de The Ramones. Fueron tan solo 30 minutos, pero no por ello menos intensos, en los que el veterano músico tocó los clásicos Teenage Lobotomy, Rock ‘N‘ Roll High School, The KKK Took My Baby Away y Pet Sematary. La corta sobre dosis de punk finalizó con Blitzkrieg Bop, la infaltable canción más conocida por el estribillo Hey ho, let‘s go… 

En contra de los pronósticos y los temores las luces se volvieron a apagar puntualmente a las nueve y cuarto y los colombianos volvieron a ver a un Axl Rose menos gordo y a un Slash que no le pasan los años. Los fanáticos estallaron de emoción y empezaron a saltar con los primeros acordes de It‘s So Easy, canción de su polémico y primer álbum Appetite for Destruction de 1987.

Una parte de los aficionados a GnS se llevaron una sorpresa cuando tocaron Chinese Democracy, canción perteneciente al álbum homónimo que Axl se demoró en grabar casi 10 y que para muchos críticos representaba la decadencia de GnR. De este mismo trabajo tocaron tres canciones más. No se sabe si era por la emoción de volver a ver  Axl y a Slash, pero lo cierto es que estas canciones que en la grabación de estudio no logran transmitir ninguna sensación, sonaron contundentes y con bastante potencia cuando fueron interpretadas por Slash y Duff. 

GnR tocó 24 canciones durante casi dos horas y media, y le dio gusto a todos tipo de fanáticos desde los que conocen solo las canciones más comerciales como November Rain, Don’t Cry, Sweet Child O’ Mine o Knockin‘ on Heaven‘s Door, hasta a esos rockeros que esperaba escuchar buena parte del Appetite for Destruction, y canciones como Double Talkin‘ Jive.  

A todo este repertorio se sumaron covers como Speak Softly Love, banda sonora del padrino e interpretada por Slash, The Seeker de The Who y You Can‘t Put Your Arms Around A Memory, que aparece en el álbum The Spaghetti Incident? Un par de los 14 cañonazos de GnR estuvieron ensamblados con clásicos del rock: November Rain comenzó con Wish You Were here de Pink Floyd y Layla de Eric Clapton; y Don’t Cry estuvo precedida de Babe I’m Gonna Leave You de Led Zeppelin. 

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A medidos del concierto cayeron unas pequeñas gotas y muchos asistentes creyeron que el momento de escuchar November Rain bajo la lluvia volvería a ocurrir como en 1992. Sin embargo esas gotas fueron una falsa alarma de San José y muchas personas, que empezaron a pedir en coro que lloviera, se quedaron con las ganas de cantar esa canción bajo un torrencial aguacero.

De esa noche queda por resaltar la vitalidad de Axl, que aun así, en algunos momentos se le olvidó algunas partes de las letras y que en algunas canciones su voz no alcanzó ni la velocidad ni potencia requerida, problemas que afortunadamente no fueron la regla. Y por supuesto, cómo no olvidar el momento en que se puso el sombrero volteao y una cachucha que decía I love Medellín, lema que no se alcanzó a ver porque la tenía al revés.

Por su parte Slash confirma que sigue siendo un buen guitarrista, que a pesar de tener una forma sencilla de tocar, mantiene una contundencia sin precedentes, eso sin contar con la energía que aun tiene para correr, dar vueltas y saltar por el escenario. Duff también se lució con su bajo blanco, que tenía el símbolo del fallecido Prince, y al tocar en un momento la guitarra.

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En fin, el concierto cumplió con todas expectativas y borró las dudas. Y lo mejor de todo, fue un buen momento para aquellos jóvenes roqueros que se iniciaron es en este género escuchando a GnR, pero que creían que nunca los podrían ver; para esa vieja guardia que solo pudieron gozar los 45 minutos que duró el concierto de 1992 y que vivieron los disturbios y el “despeolte” de esa noche; y para los roqueros que ya escuchaban GnR cuando vinieron por primera vez a Colombia y que por una u otra razón no pudieron asistir a ese legendario toque.