ARTE
El asombroso descubrimiento de dos nuevas obras de Miguel Ángel
La confirmación de que un par de bronces son del genio del Renacimiento sorprendió al mundo del arte. Serían sus únicas obras sobrevivientes en ese material y su valor puede ser incalculable.

Dos hombres desnudos y musculosos, uno con barba y el otro bien afeitado, sentados sobre un par de panteras, levantan un brazo como si celebraran una victoria. Las figuras (llamadas Bacchants Riding on Panthers) miden cada una casi un metro y uno de los varones es mucho más joven que el otro. Ambos representan a dos seguidores de Baco. Y lo que en un principio era una gran sospecha, hoy es una certeza: son obra de Miguel Ángel, el gran artista del Renacimiento italiano.
Así lo determinó un grupo de investigadores del Museo Fitzwilliam, de la Universidad de Cambridge, que le siguieron los pasos a un dibujo de 500 años de antigüedad encontrado en el taller del artista, que, como escultor, dejó dos obras inconmensurables en mármol: el David y La Piedad.
Los científicos, liderados por Paul Joannides y Victoria Avery, con la ayuda de expertos en anatomía e historiadores del arte, dijeron que el boceto demuestra que Miguel Ángel estaba comprometido con el inusual tema de las figuras: hombres desnudos y musculosos que montan panteras. Y que lo hizo en la primera década del siglo XVI.
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Durante las indagaciones, que tomaron unos cuatro años, otros elementos ayudaron a reforzar la idea: los dedos torcidos de las esculturas, los abdominales de ocho cajones (eight pack), la forma de los músculos de los muslos y el vello púbico ondulado.
Avery explicó, por ejemplo, que Miguel Ángel creó obras con formas características en el abdomen: “Una intersección extra tendinosa, que en realidad es una banda de tejido fibroso que convierte un paquete de seis en un paquete de ocho o de diez”.
Los analistas también escudriñaron que en estas imágenes masculinas no solo se destaca el detalle con el que se unen los músculos, sino en el sentido de la escala. Mirando la parte posterior de la figura más joven de cerca, y ligeramente desde abajo, la musculatura impresiona, pues parece móvil.

Como Bacchants Riding on Panthers se conoce a este par de figuras atribuidas a Miguel Ángel, que las habría elaborado en la primera década del siglo XVI.
Peter Abrahams, profesor de anatomía de la Escuela de Medicina de Warwick, le explicó a The Guardian que las perfecciones e imperfecciones en las figuras se ven casi siempre en obras de Miguel Ángel y no en otros artistas.
Esas formas serían evidentes en el vello púbico muy rizado y desordenado que va en dirección al ombligo, no como en la mayoría de las esculturas clásicas de la época. Y, para el caso de los pies, estos tienen un dedo gordo muy corto y otro que siempre apunta hacia afuera. Todo se ajusta a la forma en que Miguel Ángel casi siempre modelaba, dibujaba y pintaba esa parte de los pies.
Abrahams también aseguró que los conocimientos de anatomía que tenía el artista jamás pueden ser subestimados. Y estos, como nunca, se pueden ver por la precisión “extraordinaria” de los hombres de bronce de Rothschild (como se le conoce a este par de figuras). Habla específicamente de la forma del sartorio, un músculo anterior del muslo, no muy visible, que Miguel Ángel refleja como nadie y por el que muestra una evidente debilidad.
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Otra demostración de su conocimiento anatómico es la ubicación perfecta de los triángulos de auscultación, es decir, el lugar de la espalda donde no hay músculo ni hueso, solo piel y una pequeña cantidad de grasa.
Y, justamente, la noticia ha sorprendido al mundo del arte, pues no había constancia de que hubiese sobrevivido escultura alguna de bronce de Miguel Ángel. Siempre se creyó que sus trabajos en este material habían sido destruidos o extraviados hace varios siglos. Por ejemplo, su estatua más grande, de 4 metros de altura y dedicada al papa Julio II, fue destrozada en 1511 durante la confrontación entre la Liga Santa y Francia. Lo mismo ocurriría con una versión de bronce del David.
De la obra Bacchants Riding on Panthers (Bacantes que cabalgan panteras) se supo por primera vez hacia 1878, cuando formaban parte de la colección del barón Adolphe de Rothschild. Conocidos como los bronces de Rothschild, el público los ha visto en muy contadas ocasiones, una de ellas en la Royal Academy en 2012.
En 2002, Sotheby’s los vendió por 1.821.650 euros. Por ahora, la escultura más cara de la historia es El hombre que apunta, de Giacometti, subastada en 141 millones de dólares. Pero si Miguel Ángel efectivamente creó esa obra, podrían hasta triplicar esa cifra.