Cultura
¿Cuál es el salmo para alejar a los enemigos?
Este salmo puede ayudar a alejar a los enemigos que quieren hacer daño.
En la vida se conocerán una gran cantidad de personas que dejarán todo tipo de marcas. Algunas serán buenas y otras malas, pero todas dejarán enseñanzas que se puede tomar para evitar cometer errores o tomar malas decisiones en el futuro.
Es inevitable conocer o cruzarse en el camino con personas que no tengan buenas intensiones y que puedan hacer daño. Sin embargo, depende de cada quién saber alejarlo y evitar volvérselo a encontrar o seguir dejando que regrese.
Es en estos momentos cuando se puede acudir a Dios y a los textos sagrados para encontrar esa fortaleza para sacar a alguien de la vida. Los enemigos seguramente seguirán rondando, pero depende de cada quién alejarlos y evitar que regresen a hacer daño.
En los Salmos existen varios que hablan de esta fuerza de alejar a los que no tiene buenas intenciones y uno de estos es el Salmo 59 en el que David le pide al Señor que lo libere de sus enemigos.
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Salmo 59 para sacar a alguien de la vida y evitar que haga daño
“1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.
2 Líbrame de los que hacen iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios.
4 Sin delito mío corren y se preparan; despierta para venir a mi encuentro, y mira.
5 Y tú, Jehová, Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah
6 Volverán al atardecer, ladrarán como perros y rodearán la ciudad.
7 He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye?
8 Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; te burlarás de todas las naciones.
9 A causa de su fuerza esperaré yo en ti, porque Dios es mi defensa.
10 Mi Dios, en su misericordia, irá delante de mí. Dios me hará ver a mis enemigos.
11 No los mates, para que mi pueblo no olvide; hazlos vagar con tu poder y abátelos, oh Señor, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, sean ellos presos en su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren.
14 Vuelvan, pues, al atardecer, y ladren como perros y rodeen la ciudad.
15 Anden ellos errantes para buscar qué comer; y si no se sacian, murmuran.
16 Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia.
17 Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas, porque eres, Dios, mi amparo, mi Dios de misericordia”.