Cultura
¿Cuál es el salmo para pedirle a Dios por el amor de pareja?
Estos son algunos versículos de la Biblia predilectos cuando se habla de romanticismo.
Uno de los sentimientos más puros y que surge entre las personas es el amor de pareja, donde ambos buscan dar lo mejor de sí a través del respeto y la entrega, con el fin de compartir sus vidas, planes y proyectos en conjunto.
Mucho más allá de lo que implica el sentimiento, esto también involucra compromiso, entendimiento y respeto. Sin embargo, una relación entregada y encomendada a Dios y a su palabra, es vital para lograr salir bien de las adversidades y dificultades. Esto se suma también a las personas que se encuentran en búsqueda de una relación.
El portal Divinaoracion.club recomendó algunos versículos de la Sagrada Escritura para que el amor de pareja permanezca en la vida de una persona o, en su defecto, sea hallado por una persona que se encuentra solitaria.
Salmos para pedirle a Dios por el amor de pareja
Salmo 143: 8
Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi alma.
Eclesiastés 4:9-12
Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. 10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. 11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; más, ¿cómo se calentará uno solo? 12 Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
1 Corintios 13: 6-8
No se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Mateo 19:4-6
Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.