¿Cuál es la mejor vela para pedir un milagro urgente?

La oración, en la religión católica y cristiana, es considerada el canal de comunicación con Dios, depositando toda clase de peticiones y súplicas. A través de este medio se genera un vínculo sagrado, el cual funciona como un espacio para dialogar, agradecer y entregar lo deseado.

Sin embargo, hay Santos que interceden para que los milagros urgentes sean concebidos, uno de ellos es San Benito de Nursia quien es conocido como el padre del monasticismo occidental tras destinar su vida en llevar la palabra del Señor a través de la actividad conventual.

Su palabra no tardó en reunir a los discípulos atraídos por su santidad y sus poderes milagrosos. Luego, colocó a todos los que deseaban obedecerle en los 12 monasterios de madera, cada uno con su prior.

San Benito tenía la suprema dirección sobre todos los convivientes y vivía con algunas personas que deseaba formar con especial cuidado. Era un Santo que tenía un alto nivel de obediencia a las banderas de cristo. Además, de elegir una vida de oración litúrgica, de estudio y de trabajo, llevado socialmente a las comunidades.

El día en que falleció recibió el cuerpo y la sangre de Jesús y fue enterrado junto a santa Escolástica, su hermana, en el sitio donde antes se levantaba el altar de Apolo que él mismo destruyó, en Monte Cassino.

De acuerdo con la creencia católica, se dice que hay que prender una vela a San Benito y hacer su oración para que haga su gracia e intervenga ante Dios. El tipo de vela debe ser blanca y debe acompañar el rezo que haga con fe.

El color de la vela es en honor al Santo que suele ser conmemorado cada 11 de julio por la Iglesia católica. También, puede añadir la medalla de San Benito para las oraciones.

El objetivo de encomendarse a él, es para pedirle la cura de las mascotas, la protección contra las enfermedades, sean crónicas o leves, la seguridad ante las tormentas y preocupaciones o en caso de rezar por la prosperidad.

Oración a San Benito de Nurcia para pedir por un milagro

Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente. Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu.

Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías. Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales.

Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén. Jesús, María y José os amo, salvad vidas, naciones y almas.

Luego rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.