Cuestionario Arcadia/FILBo: Juan Hernández sobre ‘No hablarán las calles’ y el Cedritos de comienzos de milenio

Soledad, excesos, juventud, droga, camaradería y lealtad —hasta la muerte si es preciso—, son algunos elementos que acompañan esta narración de Juan Hernández, autor bogotano de una antología de cuentos y de las novelas Simona, Confesión de un Barra Brava y de su más reciente obra, No hablarán las calles, novedad que presentará en la FILBo. Sobre esta, Hernández nos respondió estas preguntas...

¿A qué género literario pertenece esta novela y qué tipo de lector siente que se identificaría con esta historia?

La ubicaría entre la novela urbana y la novela negra, ya que cuenta con elementos distintivos de ambos géneros. Por un lado, tiene un lenguaje actual, escenarios urbanos y una exploración de las problemáticas diarias típicas de la novela urbana; mientras que por otro, incorpora elementos como que el crimen es el eje principal de la trama, la ambigüedad moral de los personajes y un ambiente sórdido característicos de la novela negra. Cualquier lector al que le gusten estos géneros podría sentirse identificado y atraído por No hablarán las calles.

¿Por qué rendir un homenaje literario al barrio Cedritos de hace dos décadas?

Soy una persona muy nostálgica. Me gusta recordar, abrazar y escribir sobre ese pasado que, para bien o para mal, me hizo la persona que soy ahora. Cedritos es una parte muy importante de ese ayer y, de cierta manera, lo sigue siendo todavía. Por ejemplo, la mayoría de mis grandes amigos de la vida los conocí allí. En ese barrio por primera vez que me percibí parte de algo y creé una identidad en torno a ese sentido de comunidad. Por eso, después de muchos años, quise rendirle un pequeño homenaje a ese Cedritos de la primera década del milenio, a ese barrio al que le debo tanto.

La amistad, los excesos y las primeras veces son temas que atraviesan esta novela, ¿por qué fueron relevantes para construir la trama y qué otros temas destacarían?

No hablarán las calles pretende ser lo más real posible y estos componentes ayudan a que el relato se sienta veraz. Mientras seguimos el misterio de un homicidio, elementos como la amistad, los excesos, las primeras veces o la violencia ayudan a que la narrativa no sea plana ni lineal. Presentar estos dilemas morales dotan de mayor profundidad a los personajes y a la trama misma.

¿Qué tanto de lo que se narra es ficción?

Todo y nada. Las calles, los parques y las tiendas son reales. Los personajes están inspirados en personas reales y en cómo yo las percibo. Las problemáticas sociales que se plantean son reales porque siguen pasando. Eduardo, el protagonista, es real porque muchos adolescentes fuimos él. Sin embargo, la historia viene de mi cabeza, la trama es una creación literaria que salió de mis manos, la novela es una ficción ambientada en algo tangible. Es una ficción con su justa dosis de realidad.

Diez capítulos, diez canciones de una playlist ¿Cómo se relacionan estos dos elementos y qué tiene que ver la música en la estructura de esta novela?

Como dije antes: esta novela es un homenaje a Cedritos, pero ¿qué es un barrio sin quienes lo habitan? La novela también tenía como fin rendir homenaje a aquellas personas que me encontré en esas calles, por eso cada capítulo lleva por nombre la canción de uno o varios artistas que, como yo, también son Made in Cedritos.

Nos cuentan que muchos de sus amigos compraron el libro y se reconocieron dentro de la historia, ¿algo curioso sobre esto que quiera compartir?

Sí, claro, varios de mis amigos más cercanos ya se han reconocido en la novela y me han escrito para pedirme regalías. Hablando en serio, hay uno en particular que me sorprendió porque me dio las gracias y se puso muy feliz cuando se encontró en el libro. Me asombró la calidez de su reacción porque a él fue al que más palo le di en la novela, pensé que se iba a molestar por haberlo retratado de la manera en que lo hice, pero no, ocurrió todo lo contrario. Eso solo me confirma que no me equivoqué eligiendo a los amigos que escogí para mi vida.

¿Algún aparte del libro que quiera compartir?

“Cuando estaba el grupo completo el panorama ya era sombrío. Ahora que estamos divididos nos espera un mañana lúgubre. Acaba de desaparecer el parche más importante y peligroso de Cedritos y el mundo no ha cambiado en lo absoluto. Éramos tan minúsculos y no lo sabíamos. Hoy ya no somos más que la tenue sombra de lo que éramos ayer. El cazador se ha transformado en la presa. Somos carne de cañón”.