FILBo 2024
Cuestionario Arcadia/FILBo: Ramiro Sanchiz sobre ‘Un pianista de provincia’ y las múltiples vidas de su protagonista, Federico Stahl
El prolífico escritor uruguayo regresa a FILBo a presentar esta cautivante novela y la edición colombiana de su libro ‘Ejercicios de dactilografía’. Con sus generosas respuestas, Sanchiz deja en este cuestionario una lectura tan fascinante sobre su proceso y sus intereses como lo son sus libros.
Talentoso escritor, Ramiro Sanchiz regresa a FILBo, un evento que visitó por primera vez en 2019 y le dejó una anécdota de “alta aceleración” que comparte con nosotros en este genial cuestionario. Vale decir que es genial porque, como nadie lo ha hecho hasta ahora, Sanchiz se lo tomó muy en serio y consignó las respuestas más entrañables en la corta historia (de dos años) de este cuestionario puntual de feria.
El uruguayo viene a presentar su novela Un pianista de provincias (Random House, 2022), así como la edición colombiana de Ejercicios de dactilografía (Editorial Vestigio), que nació de su lectura del libro Yoga, de Emanuel Carrère, y de sus experiencias con una app llamada Randonautica (que genera aleatoriamente coordenadas que permiten al usuario explorar su área local e informar sobre sus hallazgos).
Nacido en 1978, en Montevideo, estudió literatura y filosofía, fue intermitentemente librero, guitarrista en bandas goth y metal, profesor particular y redactor/editor en diversas ong, y ahora se desempeña como crítico y traductor. Ha publicado, entre otras, las novelas Las imitaciones (2019), La expansión del universo (2018), Verde (2016) y El orden del mundo (2014, Primer Premio a las Letras del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay en 2016).
Cuentos y ensayos suyos han aparecido en antologías como El tercer mundo después del sol (2021, compilada por el colombiano Rodrigo Bastidas) y Cíborgs, zombis y quimeras: la cibercultura y las cibervanguardias (2020), así como en diversas revistas y ediciones alternativas.
Lo más leído
Entre sus últimos libros publicados se encuentran La anomalía 17, (Libros del Cosmonauta, Buenos Aires, 2023), Ahab (Editorial Pan, Santiago de Chile, 2022), la teoría-ficción Ejercicios de dactilografía y el ensayo Matrix acelerada (ambos de 2022). Como traductor, Ramiro se ha especializado en aceleracionismo y realismo especulativo, y ha traducido textos de Mark Fisher, Sadie Plant, Nick Land, Amy Ireland y David Roden, entre otros pensadores contemporáneos.
Ramiro hará parte de siete eventos en FILBo 2024, algunos en Corferias, y la mayoría por fuera del recinto ferial. Se puede hablar de que, entre el 24 y el 29 de abril, Ramiro se tomará la ciudad (pasará por el Instituto Caro y Cuervo, por Verbena Literaria, por Matorral Librería, por Garabato Libros y, claro, por Corferias). Puede consultar todas sus apariciones en este enlace.
Habiendo presentado a este prolífico creador, que en su trabajo hilvana de manera genial sus múltiples intereses y curiosidades, y además entrega uno de los personajes más interesantes de la literatura latinoamericana actual (el protagonista de su “macronovela”, Federico Stahl), saltemos a lo que vinimos, a leerlo hablar con profundidad, franqueza y gracia de su trabajo.
CUESTIONARIO “PUNTUAL” FILBo, o preguntas para que el escritor escoja cuáles le mueven y, para nuestros lectores, comparta sus respuestas...
Su mejor memoria en una Feria del Libro (Bogotá u otra), y su mayor decepción o vacío… si lo ha habido. Como autora y como público… si son distintas.
Como autor, en la Feria del libro de Bogotá 2019, recuerdo haber pasado un buen rato en un stand de café de Colombia tomando distintos cafés de diferentes orígenes. Llegado el momento perdí la cuenta de cuánto había bebido, y me apresté a acercarme a la sala donde debía presentar una conferencia sobre aceleracionismo y otros asuntos relacionados con mis libros. Estaba en un estado tan «acelerado» por la enorme cantidad de café que había bebido –estoy acostumbrado a beber bastante café, pero nunca paso de medio litro por día– que hablé a toda velocidad, sin parar por más de cuarenta minutos y cubriendo muchos más temas de los que me había propuesto. Recuerdo bien esa ocasión no sólo por el efecto del café –acelerador en una charla sobre aceleracionismo– sino además porque entre el público se encontraban mis primeros lectores colombianos, que con el tiempo se volvieron verdaderos amigos.
En FILBo 2029 perdí la cuenta de cuánto café había bebido, y me apresté a acercarme a la sala donde debía presentar una conferencia sobre aceleracionismo y otros asuntos relacionados con mis libros. Estaba en un estado tan «acelerado» que hablé a toda velocidad, sin parar por más de cuarenta minutos...
Por suerte no he tenido grandes decepciones. En algunas experiencias como autor en ferias del libro del interior de Uruguay debí lidiar con una cantidad mínima de público, pero aprendí a no dejar que eso me afecte o entristezca, así como también a estar preparado para hablar ante solo dos o tres personas. E incluso en ocasiones así tuve contactos con excelentes lectores: en una ocasión, en la ciudad de Salto, al norte de Uruguay, el público no pasaba de 6 personas, pero una de ellas, terminada la charla, me mostró su colección de libros de mi autoría, los que había llevado para que le dedicara. Era virtualmente todo lo que se podía en ese momento conseguir en Uruguay. Otros momentos que recuerdo: las fiestas de la FILBo 2019 y de la Feria del Libro de Guadalajara 2017; las dos semanas que pasé al frente de un stand dedicado a la ciencia ficción uruguaya en la Feria del Libro de Montevideo 2023; el malestar por la altura –y la calidez de tantos amigos– en la Feria del Libro de La Paz, Bolivia, 2014.
¿CÓMO NACE SU NOVELA? (de qué inquietudes, episodios, momentos hechos o circunstancias…)
Un pianista de provincias (Random House, 2023) nació de intereses diversos: la música de Bach en general y las Variaciones Goldberg en particular (un interés casi obsesivo que me acompaña desde hace más de veinte años), las diversas teorías posthumanistas sobre el Antropoceno y los cambios que estamos imponiendo al ecosistema, la problematización de la posibilidad de distinguir entre «natural» y «artificial», mi amor por los futuros perdidos (creo en todos ellos) y las historias de líneas de tiempo posibles pero nunca realizadas. También del amor por las ficciones de H. P. Lovecraft y el intento de seguir explorando los territorios cartografiados hace ya más de un siglo por ese autor.
En esta ocasión también estoy presentando la edición colombiana (a cargo de la editorial Vestigio) de mi libro Ejercicios de dactilografía, que nace de la lectura del libro Yoga, de Emanuel Carrère, y de mis experiencias con una app llamada Randonautica.
¿CÓMO SE DESARROLLÓ? Cuéntenos sobre LA ESTRUCTURA DE SU NOVELA, LAS Reescrituras y las lecturas Y la EDICIÓN… ¿qué tanto fluyó, qué tanto se transformó este trabajo en el proceso?
Cuando comencé a escribir Un pianista de provincias, a mediados de 2020, tenía un proyecto específico, que se parecía al libro después publicado en términos de su argumento y algunas de sus ideas clave, pero que difería en el estilo o tono que me interesaba construir. Sin embargo, tuve que dejar de lado su escritura por un tiempo, y cuando la retomé, ya a fines de ese año y a principios de 2021, mis experiencias con la pandemia de COVID-19 y algunas ideas que habían surgido en ese tiempo en que me ocupé de otros asuntos (traducciones sobre todo), me llevaron a desear la construcción de una voz narrativa muy diferente.
También en ese momento decidí que la novela estaría compuesta por capítulos que no establecían necesariamente un orden cronológico, dejando al lector la tarea de «llenar los huecos» y de postular de qué manera todo lo narrado ocurre como parte de la misma historia. Tuve entonces un primer borrador hacia mediados de 2021, que presenté a mi querido amigo y director editorial de Penguin Random House en Uruguay, Julián Ubiría. Julián leyó la novela y la aceptó de inmediato, lo cual me sorprendió, dado que por alguna razón pensé que su tema y algunas de sus peculiaridades como narrativa lo llevarían a rechazarla o a pedirme ciertos cambios que no estaba realmente dispuesto a hacer. Una vez aceptada la novela quedó en manos de Luisina Ríos, quien sería su editora. Pero antes de recibir sus sugerencias la revisé extensivamente y reescribí unas cuantas secciones; Luisina incorporó mis cambios, me pidió que mirara unos asuntos muy específicos, y así llegamos a una versión casi final, que luego pasó a manos de la correctora de estilo.
Al revisar sus aportes le sumé los acápites (uno de la película Conan el bárbaro, de mis favoritas de niño, y otro de la primera temporada de la serie True Detective) y alteré un poco el final de uno de los capítulos. Una vez lista la novela, entonces, por sugerencia de Luisina escribí un texto –inédito hasta el día de hoy– que describía visualmente uno de los elementos principales de la trama; esa descripción pasó a manos de Gabriela López Introini, quien se encargó de dar forma a la hermosa ilustración que usamos como portada. Todo el proceso me pareció muy estimulante y placentero, en definitiva. E incluso de esas reescrituras, correcciones y trabajo con la editora y la diseñadora surgieron ideas que exploré en cuentos; algunas de ellas incluso fueron a parar a la novela que escribí más recientemente, todavía inédita.
De las reescrituras, correcciones y trabajo con la editora y la diseñadora surgieron ideas que exploré en cuentos; algunas de ellas incluso fueron a parar a la novela que escribí más recientemente, todavía inédita
En cuanto a Ejercicios de dactilografía, la escribí de un tirón en cuatro días, en septiembre de 2021 (fue publicada originalmente en 2022 por la editorial uruguaya Pez en el Hielo). Su objetivo era practicar una escritura veloz que no partiese de un plan anterior sino que «emergiese» de la acción sobre el teclado, como si fuera una pieza improvisada. Que luego, por supuesto, pasó por varias instancias de corrección y reescritura, incluyendo la que hice hace un par de meses para esta nueva edición colombiana.
SOBRE SU NARRADOR O NARRADORES, sobre algún personaje específico de los que comparte con sus lectores, ¿algo que quisiera anotar?
Federico Stahl, el protagonista de Un pianista de provincias, está en todos mis relatos: cuentos o novelas. E incluso también, de un modo u otro, en mis ensayos y mi teoría-ficción (como el caso de Ejercicios de dactilografía). En cada uno de estos textos Federico es diferente, como si se articulara un vasto conjunto de variaciones sobre una experiencia de vida. En una novela es un experto en la aviación soviética de combate, en otra es una estrella de rock en un mundo que ha sobrevivido a una guerra nuclear. Pero de todos los personajes diríase «secundarios» de Un pianista de provincias, creo que mis favoritos son Enrique Wollfig –un científico devenido barquero y obsesionado con la leyenda familiar que atribuye licantropía a sus antepasados, aunque él solo se convierte en lobo en sus sueños– y Bernardo Brenschluss –una ex estrella del porno argentina–.
¿QUÉ UNE Y QUÉ SEPARA ESTA NOVELA DE SUS ENTREGAS ANTERIORES?
Un pianista de provincias, si bien puede ser leída independientemente de todas mis novelas anteriores, es parte de lo que he llamado «Proyecto Stahl»: un conjunto de novelas, cuentos, ensayos y teoría-ficción que indaga en las vidas posibles de su protagonista, Federico Stahl. A veces me gusta referirme al conjunto de estos textos como una «macronovela». Lo ideal es cuando de la escritura de una novela surgen ideas que luego me servirán para otras; así, me gusta pensar que mis libros se escriben ellos mismos, y que yo soy apenas una instancia de accionar teclas y encargarse de que el texto alcance cierta realidad.
SOBRE SU RUTINA DE ESCRITURA: o detalles de cómo hace usted lo que hace, cuándo lo hace, dónde lo hace, escrito en papel, directo en computador, cuánto la/lo estresa, la/lo tranquiliza, o la/lo pone en la frecuencia en la que lo pone…
Me gustan los teclados duros, resistentes. Nunca escribo a mano, salvo para tomar notas (y en general prefiero hacerlo con mi celular). También necesito música, y tengo la superstición de que la naturaleza de esa música incide en lo que termino por escribir. Un pianista de provincias fue escrita escuchando música ambient –Brian Eno, Jon Hassell, Harold Budd, Aphex Twin, The Caretaker, William Basinski, Laurie Spiegel, Cluster– y también mucho Bach. Ejercicios de dactilografía fue escribiéndose bajo el influjo de la discografía completa de Tool, Mastodon y algunos discos de King Gizzard and the Lizard Wizard. Lo que más me estresa, en realidad, es no poder escribir. Y lo que me pone en la frecuencia ideal para dejarme llevar por la escritura –que a veces me hace entrar en una especie de trance– es, además de la música, leer a mis escritores favoritos o a aquellos nuevos con los que empiezo a fascinarme.
SOBRE SU RUTINA DE LECTURA: o detalles de cómo, cuándo, dónde lee, sobre qué lee y por qué, y sobre si se puede leer todavía para escapar del mundo “real” siendo escritor… (¿lee solo en papel o lee en indle también?)
Leo en papel y en Kindle, según la oportunidad. Ambos formatos me resultan válidos y cómodos, aunque también soy un coleccionista obsesivo con ciertos libros: toda la ciencia ficción y la fantasía publicadas en Argentina y España entre los años setenta y los noventa del siglo pasado, por ejemplo. Editoriales como Minotauro, Acervo, Ultramar, Edhasa y Martínez Roca.
Leo de todo: soy extremadamente curioso con temas muy diversos, desde la historia geológica del planeta hasta las vidas de mis músicos de Jazz favoritos, pasando por mecánica cuántica, filosofías del siglo XXI, la evolución y filogenia de los mamíferos, la historia de los videojuegos, etcétera
En general, dada mi rutina diaria con mis dos hijas (de 4 y de 10 años), suelo leer ante todo por las mañanas; me levanto bien temprano y leo hasta que mi hija más pequeña se despierta, que suele ser a las 9 o las 9:30. Después de almorzar, cuando mi hija mayor ya regresó del colegio y está con sus cosas, y mi hija menor está en su preescolar, me dedico sobre todo a la escritura. Por la noche también leo antes de acostarme a dormir, pero el cansancio del día hace que esa lectura rara vez se prolongue por más de cuarenta minutos. En cuanto a los temas, leo de todo: soy extremadamente curioso con temas muy diversos, desde la historia geológica del planeta hasta las vidas de mis músicos de Jazz favoritos, pasando por mecánica cuántica, filosofías del siglo XXI, la evolución y filogenia de los mamíferos, la historia de los videojuegos, etcétera.
¿QUÉ ARTES O ACTIVIDADES LA/LO SACAN DE SÍ MISMA/O?
Caminar sin un destino prefijado. Mirar la luz sobre las fachadas de los edificios. Escuchar a Brian Eno. Meditar. Las películas de David Lynch. Jugar con mis hijas. Conversar con mi esposa sobre las complejidades de su trabajo. Jugar The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom. Ordenar mi biblioteca. Prepararme café. Tocar la guitarra, el piano o el ukelele.
¿YA TRABAJA EN ALGO NUEVO? ¿DE QUÉ SE TRATA?
Estoy terminando una novelita pulp para una editorial argentina especializada en ciencia ficción. Es una suerte de llevada al extremo o barroquización de los tópicos de la ciencia ficción cyberpunk de los años ochenta. También tengo pendiente la revisión de una novela casi terminada, sobre una anomalía oceánica y una plataforma petrolera abandonada.
¿QUÉ ARTES O ACTIVIDADES ALIMENTAN SU VIDA Y SU ARTE ESTOS DÍAS?
Estoy aprendiendo alemán, lo cual surgió a partir del deseo de leer los libros de Arno Schmidt y Thomas Bernhard en su lengua original. También llevo más de un año explorando las obras de Gustav Mahler, Dmitri Shostakovich y Tristan Murail. Esto además de las lecturas de siempre: materialismo sónico, posthumanismos, escritura experimental, novelas maximalistas. Thomas Pynchon, Thomas Pynchon y Thomas Pynchon. Pero también, últimamente, Laszlo Krasznahorkai, Samuel Delany, Octavia Butler y William T. Vollman. He estado leyendo con mucho placer a algunos colombianos, además: Giuseppe Caputo, María Ospina Pizano, Juan José Ferro Hoyos, Vanessa Londoño, Andrea Salgado…