RECONOCIMIENTO
Darío Jaramillo Agudelo es el nuevo Premio Nacional de Poesía
El poeta antioqueño, uno de los más reconocidos del país, se llevó el galardón que entrega cada dos años el Ministerio de Cultura. El premio fue por su poemario ‘El cuerpo y otra cosa’.
Es uno de los escritores más reconocidos del país. Sus novelas, ensayos y, sobre todo, poemas, a los que se acercó gracias a los versos que oía recitar a su padre cuando era pequeño, se convirtieron en una referencia para las nuevas generaciones de la poesía colombiana. Por eso, que Darío Jaramillo Agudelo sea el ganador del Premio Nacional de Poesía 2017 suena un poco a justicia poética.
Nació en Santa Rosa de Osos, Antioquia, en 1947, estudió derecho y economía en la Universidad Javeriana, y por algún tiempo, desempeñó cargos estatales en el sector de la cultura. Pero su pasión siempre ha sido escribir. “La poesía no es un trabajo –dijo en 2014, en una entrevista con el diario El Tiempo–. Uno es poeta porque no tiene más remedio; no hay remedio para la obsesión de alucinar con palabras, de hacer música con ellas, de utilizarlas para cierto éxtasis, cierto desvarío”.
Su primer poemario fue publicado en 1974. Se llamó Historias. El segundo, Tratado de retórica, salió en 1977 y se llevó el premio nacional Eduardo Cote Lemus. Desde entonces no paró: 8 libros de poesía, 7 novelas, 3 ensayos y 8 antologías. Tres de ellas, reediciones completas: 77 poemas (Universidad Nacional, 1987); 127 poemas (Universidad de Antioquia, 2000) y Libros de poemas (Fondo de Cultura Económica, 2003).
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El poemario con el que acaba de ganarse el Premio Nacional de Poesía, el más importante del género en el país, se llama El cuerpo y otra cosa y fue publicado por la editorial española Pre-textos, con quien ha trabajado desde hace casi 20 años.
Según el jurado, conformado por María Negroni (Argentina), Piedad Bonnett y Nelson Romero Guzmán (Colombia), “se trata de un libro que, en la gran tradición de los clásicos, aborda eso que es siempre apenas decible sobre el cuerpo, el erotismo, el alma, la muerte, la herida existencial, para celebrarlo con un tono elegíaco que no rehúye el compromiso del yo ni la emoción tensa de la inteligencia”.
Le ganó a otros 49 poemarios. Entre los finalistas había poetas jóvenes, como Bibiana Bernal o Jorge Cadavid, y otros más experimentados, como Hernán Vargascarreño y Enrique Castillejo. Pero al final, Jaramillo Agudelo es quien entra en la lista selecta de la que hacen parte Martha Carolina Dávila, Horacio Benavides y Nelson Romero Guzmán. Además, se lleva un premio de 60 millones de pesos.
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La vida de poeta
“Todo empezó porque a mí siempre me gustó jugar con las palabras –explicó Jaramillo esta mañana, luego de conocerse el veredicto del jurado–. En mi casa había libros de poesía y mi papá recitaba poemas de autores como Lope de Vega y Santa Teresa, y a mí me gustaba cómo sonaba todo eso".
Según un texto de Mario Jursich, Jaramillo comenzó escribiendo una poesía “irónica e intelectual”. Llena de citas, humor y “parodias a las instituciones literarias”. Pero luego, evolucionó hacia una poesía más íntima y amorosa.
Para su editor actual, Manuel Borrás, “es un poeta de una naturalidad que realmente pasma y de una sencillez que verdaderamente emociona”. Pero Jaramillo es más sencillo. Según él, quien lea sus versos va a saber de qué trata: “He estado enamorado, y he escrito del amor; he mirado gatos, y he escrito de gatos”.
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Lo más importante es que ahora que se ganó el galardón más importante del género en el país –que el ministerio de Cultura entrega cada dos años, pues lo alterna con el Premio Nacional de Literatura–, más gente podrá acercarse a su poesía. No es difícil. Simplemente, como él dice, hay que dejarse llevar por las palabras. Alucinar con ellas.
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Somos sólo cuerpo
No me prometas nada,
sólo dame un presente
dame el instante intenso,
sí, mi relámpago,
déjame flotar convertido en parte tuya,
cuerpo mío,
tú, mismísimo, mi paroxismo siempre.