DE LA CAPITAL DE LA MOSTAZA
Se conmemoran 300 años del nacimiento del músico francés Jean Philippe Rameau
Este caótico año de 1983 ha sido singularmente pródigo en aniversarios musicales importantes. Se celebraron con cierta pompa el primer centenario de la muerte de Wagner y el sesquicentenario del nacimiento de Brahms. Sin embargo, se dejaron de lado otras efemérides notables: Penderecki cumplió 50 años de vida, Varése y Webern llegaron al primer centenario de su nacimiento, Borodin a su sesquicentenario, Soler a los 200 años de muerto. Y la festividad onomástica mas larga y olvidada: 300 años del nacimiento de Rameau, músico francés de capital presencia en la galante y convulsa Europa del siglo XVIII.
Nacido en Dijon en 1683, Jean-Philippe Rameau fue por mucho tiempo un desapercibido organista en la provincia francesa. Después de un corto viaje de estudio a Italia, fue maestro de capilla en las catedrales de Avignon y de Clermont-Ferrand, y encargado del "instrumento rey" en las iglesias góticas de Lyon y Montpellier. Instalado definitivamente en París desde 1723, publicó tres libros de piezas para clave compuestas durante sus lecciones dictadas en el colegio de los jesuitas de la ciudad. Teórico y esteta musical de su tiempo, consignó en su "Tratado de la Armonía" una serie de conceptos y principios que tomaron cuerpo en sus grandes motetes para coro, solistas, órgano y orquesta, o en algunas de sus célebres cantatas ("El Pastor Fiel" y "Orfeo"). Cumplidos 50 años, Rameau decidió en 1773 devolver a la tragedia musical toda su gloria pasada. Durante tres generosos decenios compuso 30 obras que constituyen los más destacados ejemplos del teatro lírico francés y señalan a Rameau como uno de los grandes nombres del arte musical dramático. En sus partituras se entrecruzan y suceden diversidad de formas del arte instrumental y vocal: tragedias líricas como "Cástor y Pólux", óperas-ballet como "Las Indias Galantes", comedias ballet como "La Princesa de Navarra" y ballets heróicos como "Anacreonte", pastorales como "Zais", cantatas para la paz como "Nais", ballets como "Pigmalión". Desde la gran aria operática hasta la canción napolitana, pasando por la suite sinfónica, la vigorosa obertura y el despliegue vocal del coro o del solista.
Entre 1660 y 1764 la música francesa comprende cuatro generaciones de músicos. Los primeros cosecharon el fruto de sus obras bajo el manto escarlata de los 30 años iniciales del reinado de Luis XIV (Francois Pinel, Michel Lambert, Henry Du Mont); los segundos ilustraron los temas musicales típicos de los últimos 30 años del Rey Sol (Marin Marais, Jean-Baptiste Lully, Michel Delalande, Marc-Antoine Charpentier, André Campra); los de la tercera generación compartieron las luces de la Regencia y del inicio de la Ilustración (Louis y Francois Couperin, Louis Clérambault, Gaspard Le Roux, Antoine Forqueray, Jean-Philippe Rameau); y los de la cuarta generación, empleados en la corte de Luis XV, cuando el fragor de la revuelta desencadenada en la Bastilla empezaba a dibujarse en el horizonte parisino (Jean-Marie Le-clair, Guillemain, Francois Rebel).
Tras la muerte de Mazarino, Luis XIV reina en Francia. Nieto de una Médicis, el nuevo rey es ferviente entusiasta de la música italiana. Una pléyade de maestros y cantores, libretistas y virtuosos, todos italianos, acudieron invitados a exhibir sus habilidades en los dorados salones de Versalles. Y uno de los episodios más singulares en la historia de la música tuvo lugar: la llamada "Querella de los Bufones", en la cual el propio Rameau desempeñó un papel crucial, "...encadenando volteretas, urdiendo palabras dudosas en el amanecer...", como lo vio el poeta. La convivencia a orillas del Sena entre música italiana y música francesa produjo efectos contrastados: la fantasía se opuso a la simetría, la monotonía al cromatismo, el recitativo al airoso. Críticos y músicos tomaron partido: se esgrimieron teorías, se difundieron libelos, surgieron favoritismos, se lanzaron invectivas.
Los partidarios de Rameau amigos de la naturalidad y de la libre fantasía, se enfrentaro, abiertamente a los seguidores de Lully, proclives al lirismo y la expresión vibrante. Es el año de 1760 y la "Querella de lo Bufones" hace alquilar palco y balcones a los grandes artista e intelectuales de París: hast; Rousseau y D'Alembert intervinieron en las "cálidas pirotecnias" encendidas por la ópera bufa del momento. Pero más allá del fogoso combate, trascendiendo pleitos y disputas, el elocuente Rameau exhibe todo el esplendor de su quehacer musical, palpitante y luminoso: la grandiosa obertura de "Zoroastro", el coro final con el que se cierra el motete " In Convertendo", las alegres danzas de las "Fiestas de Hebé". La suite francesa y la gran sinfonía, que tanto deben al ingenio musical de Rameau, florecerian posteriormente en todo el ámbito europeo: desde Londres a Mannheim, entre Nápoles y La Haya. El clasicismo, que exaltaría esta rica tradición como ningún otro movimiento musical, había empezado a incubar su vigoroso lenguaje universal. Todo comenzó hace hoy 300 años en la capital de la mostaza, en la soleada Borgoña.
Discografía recomendada:
Rameau, Jean-Philippe
- "Los grandes Motetes". Solistas, coros y orquesta de la Capilla Real de París. Philippe Herreweghe director. Disco Harmonía Mundi HM 1078 Saint-Michel de Provence 1982.
- "Las Fiestas de Hebé". Solistas, coro y orquesta Monteverdi. John Elliot Gardiner, director. Disco Erato STU 71089, Londres, 1983.
- "Nais: ópera para la paz". English. Bach Festival Singers & Baroque Orchestra. Nicolás McGegan, director. Disco Erato STU 71439, Londres 1980.
- "Cástor y Pólux". Concentus Musicus de Viena. Nikolaus Harnoncourl director. Disco Telefunken AQ 6.42024, Hamburgo, 1976.
- "Anacreonte, ballet en un acto" Grupo vocal e instrumental "Les Arts Florissants". William Christie, director. Disco Harmonia Mundi HM 1090, Saint-MicheldeProvence, 1982.
Lully, Jean-Baptiste
- Motetes "Dies Irae" y "Miserere". Coros de Valence y Orquesta Paillard. Jean-Francois Paillard, director. Disco Erato STU 70940, París, 1983.
- "El Burgués Gentilhombre", comedia-ballet de Lully y Moliére en 1670. La Petile Bande. Guslav Leonhardl, director. Discos Harmonia Mundi, Friburgo, 1981.
- "Moliére": música original de la película. René Clemencic, música y adaptación. Grupo Instrumental Clemencic. René Clemencic, director. Disco Harmonia Mundi HM 1020, Saint-Michel de Provence, 1978-
Jaime Valencia Villa