CULTURA

Era de esperarse: otra vez Depeche Mode lo dejó todo en Bogotá

En un Parque Simón Bolívar amoldado para la ocasión, el grupo entregó otra emocionante noche en Colombia. Un setlist contundente apeló a lo nuevo, a los noventas y a los himnos. No hubo pierde.

Alejandro Pérez y Guillermo Torres
17 de marzo de 2018
Mostraron sus rostros y también sus siluetas, Depeche Mode respondió una vez más. | Foto: Guillermo Torres

La última vez que pasaron por Colombia, su blanca puesta en escena incluía un ojo que todo lo filtraba y multiplicaba. Esta noche, Depeche Mode visualmente se mostró menos omnipresente, pero no por eso su paleta de color fue menos hermosa o sobrecogedora. Banda enorme, actúa enorme, y entregó música, ejecución y espectáculo. No quedó debiendo nada en las dos horas en las que agitó el piso del Parque Simón Bolívar, que mostró su look estrecho, no alargado, y sirvió bien su propósito y a sus invitados, los espectadores (pudieron ser más, seguro).

Compinches, Dave Gahan y Martin Gore se alternan la voz y el tinte. Foto: Guillermo Torres Reina 

Vea aquí la galería de fotos. El regreso de Depeche Mode en el ojo de SEMANA

Dave Gahan lord, vampiro eterno, maestro de ceremonias que deja ver años pero luce inmortal, lideró la carga. Su majestuosa voz, baja, sexy, total, sorteó la altura de la capital y la elevó. Y de cuerpo lo dejó todo, enloqueció a mujeres y hombres y giró y giró como un Derviche. Martin Gore, como suele hacerlo, tomó la batuta en momentos claves para adueñarse de la voz y pintar con otro color, y así recodificó Strangelove. Y Andrew Fletcher, roca, ofreció su postura teatral y entusiasmo contenido. Más allá de estos tres históricos, mucho crédito a los músicos de apoyo. El baterista Christian Eigner y el multiinstrumentista Peter Gordeno brillan en lo que la banda necesita y más. Los tambores marcaron el concierto, sus crescendos más épicos, y Gordeno, con un bajo actitudinal de cuatro cuerdas, con voces de apoyo, y desde los sintetizadores, sumó montones al plano sónico que hoy retumbó en Bogotá.

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Estados Alterados y Depeche Mode tienen una conexión orgánica. Por eso fue especial su escogencia y su show. Los paisas entregaron poco más de media hora con corazón, conscientes de la circunstancia. Sortearon un par de líos de sonido, como todo telonero, pero a la vez supieron borrar por un momento esa línea. Cuando sonaron Muévete y El velo para cerrar el espectáculo, la banda y el público llegaron a donde merecían llegar, la historia.

Estados Alterados, muy a la altura. Foto: Guillermo Torres Reina 

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Cuarenta minutos después, se volvieron a apagar las luces, sonó Revolution de The Beatles, y se soltó la experiencia. Empezó con unos minutos de vibración, sin músicos en escenario, para equilibrar frecuencias y calmar la ansiedad del público. Luego, Depeche Mode abordaron el escenario y definieron su tempo con su canción de apertura, Going Backwards. Criticando la evolución humana pusieron a bailar a la masa con una marcha alarmante e infecciosa. El sencillo más contundente del Spirit, disco que apoyan en esta gira, no decepcionó y preparó el terreno para una que otra sorpresa. La fuerte dosis de canciones del disco Ultra. Esta quedó establecida rápidamente, con cachetadones noventeros, uno tras otro: It‘s No Good y Barrel of a Gun.

A lo largo de la noche soltaron sus canciones, la mayoría himnos, y vale anotar una enorme virtud de los británicos. Elevan sus pistas. En muchos momentos pasan de lo atmosférico a lo sónico, bailadores intensos, determinados. Así logran definir la experiencia que ofrecen en vivo, separarla de alguna vista en youtube o escuchada. Una fiesta inesperada dentro de la fantástica fiesta presupuestada, que incluyó regalos como World in My Eyes, apertura del disco Violator. ¿La sacrificada? Policy of Truth (con un catálogo tan bárbaro, seguro a todos les quedó faltando una). 

Este fue el setlist de la noche una para el recuerdo, así fuera predecible: algunas bandas no tienen como decepcionar.

Anotaciones

*Se está generando un nuevo tipo de spoiler, el temible ‘spoiler de concierto’, que en su peor versión se da canción a canción. Este aparece cuando algún espectador decide que le es imposible mantener en secreto el orden de las canciones que buscó en internet. Anuncia entonces lo que cree que viene a los cuatro vientos. Hay que evitar este tipo de spoiler a como dé lugar.

**Más allá de un par de picos de sonido en Estados Alterados, y una que otra guitarra baja en Depeche Mode, la noche salió bastante bien. El público en ambas localidades pudo ver bien el espectáculo, el clima fue inmejorable. Move Concerts entregó la noche que prometió. Según cifras de Move asistieron 15.000 personas. Es Depeche Mode, venía por segunda vez y el calendario de conciertos es más nutrido que el de hace 10 años.

***Oda a la mujer de baja estatura que se goza el concierto a pesar de todos los tipos gigantes que aparecen de la nada en la primera canción del concierto y le bloquean toda visión.

Y gracias a...

Tour distinto, casi mejor resultado. Gahan bailó y giró como los Derviches en Turquía. Foto: Guillermo Torres Reina 

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