Cultura
Día del Ángel de la guarda: ¿por qué se celebra el 2 de octubre?
Esta celebración le rinde honor al ángel de la guardia, una de las figuras más importantes en la creencia católica.
En la creencia católica, algunos días están destinados para rendirle honor a ciertas personalidades o recordar momentos históricos. Las fechas más importantes giran alrededor de la vida de Jesucristo; desde su nacimiento hasta su crucifixión.
No obstante, hay otros días representativos por apóstoles, ángeles, la Virgen María o santos. Algunos son festivos y otros no, pero tienen un motivo importante en el credo. Para esta ocasión, el 2 de octubre es el Día del Ángel de la guarda, ¿por qué?
El ángel de la guarda es el concepto que reciben aquellos seres espirituales a los cuales Dios ha encomendado la responsabilidad de proteger y cuidar a las personas, haciendo que cada creyente cuente con uno personal.
En las sagradas escrituras aparecen en varias ocasiones. Por ejemplo, en el Salmo 90 se les hace mención de la siguiente manera: “A sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo”.
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A partir de esa importancia y con base en la información de Red Católica Mundial - EWTN, se sabe que desde hace siglos se escogió el 2 de octubre como el Día del Ángel de la guarda. Durante el papado de Clemente X en 1670, la fecha fue establecida para rendirle honor a todos los ángeles mencionados en las escrituras, tales como San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino y San Pedro Damián, entre otros.
La fecha en cuestión es el primer día libre después del 29 de septiembre, día en el que se honra a san Miguel Arcángel, considerado el jefe de los Ejércitos de Dios y a cuya fiesta está subordinada la del ángel de la guarda.
Oración para pedir protección del ángel de la guarda
Al ser una imagen tan importante en el catolicismo, varias personas recurren a su poder espiritual para solicitar cualquier cosa. ¿Cuáles es la oración para pedir protección del ángel de la guarda? Este es su himno, según Aciprensa:
“Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones y cuenta todos mis pasos.
En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi pecho tus alas de nácar y oro. Ángel de Dios, que yo escuche tu mensaje y que lo siga, que vaya siempre contigo hacia Dios, que me lo envía.
Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía. En presencia de los Ángeles, suba al cielo nuestro canto: gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Amén.”
Otra oración famosa es aquella enseñada en los niños, la cual dice así:
“Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día. Las horas que pasan, las horas del día, si tú estás conmigo serán de alegría. No me dejes solo, sé en todo mi guía; sin Ti soy chiquito y me perdería. Ven siempre a mi lado, tu mano en la mía. ¡Ángel de la guarda, dulce compañía!”