Cultura
¿Dios castiga a los hijos por los pecados de sus padres?
La Biblia tiene la respuesta al respecto, con algunos versículos.
Muchas dudas han surgido entorno a las personas que comenten algún tipo de pecado como robar, mentir, engañar, cometer adulterio o matar a alguien. De hecho, en muchas ocasiones llegan a relacionar los actos que cometen los padres con el cómo le irá, en un futuro, a los hijos.
Tradicionalmente, se conoce que Dios perdona estos y otros pecados que la humanidad comete pero, ¿Dios castiga a los hijos por los pecados cometidos por sus padres?
De acuerdo con el sitio web Billygraham.org, cada persona es responsable de sus actos y errores ante el Dios Supremo, “por las cosas que hicimos (o no hicimos)”.
Es imposible culpar a los otros por algo que le ‘pertenece’ a la persona, “solo nosotros debemos cargar con nuestra culpa”. La fuente citada agregó que la Biblia, en Ezequiel 18: 20, lo asegura: “El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él”.
Aunque Dios no castiga a los hijos por lo hecho por sus padres, es cierto que en muchas ocasiones, los hijos deben cargar con el dolor de sus errores cometidos.
“El hijo de un padre alcohólico, por ejemplo, quizá llevará sobre sus hombros una carga de soledad y resentimiento. Una madre negligente podría causar un profundo daño psicológico a sus hijos. El pecado siempre tiene consecuencias amargas, no solo en nuestras vidas, sino también en las de nuestros hijos”, precisó el sitio web.
El Todopoderoso le confió una gran labor a las personas que traen hijos al mundo, de criarlos bajo el amor, la sabiduría, con un carácter piadoso y de disciplina. En Proverbios 22: 6 de las Sagradas Escrituras lo dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Por último, Billygraham.org precisó que una persona debe asegurarse “de que Cristo sea el fundamento de tu vida y tu familia”. En 1 Corintios 3: 11 lo sostiene: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.