Arte
Doris Salcedo: su arte, sus musas y su proceso creativo
En el último episodio del podcast especializado en arte “A brush with...”, Salcedo habló de su trabajo, dio detalles sobre la manera en que concibe y crea sus obras, y contó cuáles son sus artistas favoritos y cómo han influido en su obra y en su idea de lo que significa ser artista.
“A brush with...”, creado por The Art Newspaper, le da al oyente la posibilidad de conocer la obra, el proceso creativo y las fuentes de inspiración de artistas contemporáneos como el iraní Ali Banisadr, la etíope Julie Mehretu, el norteamericano Rashid Johnson, y, más recientemente, la colombiana Doris Salcedo.
La bogotana comenzó hablándole al periodista Ben Luke sobre la esencia de su trabajo: “en el centro están las víctimas,” dijo. Antes de empezar una pieza se toma más de un año para investigar, hablar con las familias y los amigos de las víctimas. Visita sus casas y busca entender esa vida perdida a través de los objetos que le pertenecieron, de los espacios que habitó y de las personas y las rutinas que marcaron su existencia.
Pero en su trabajo también hay vestigios de los victimarios. “En el corazón de la obra está la memoria de la víctima, pero hay un aire al pensamiento del victimario, a ese razonamiento extremadamente frío que le permite planear un asesinato o una desaparición.”
De la obra de Salcedo, hay dos cosas que impactan al espectador: el profundo silencio que de ella se desprende, y los absurdos detalles que seguramente requirieron un titánico esfuerzo para ser llevados a cabo. En Atrabiliarios (1992-93) la artista cosió a la pared fragmentos de fibra de animal que cubrían pequeños nichos en los que había puesto zapatos de víctimas del conflicto armado colombiano. En A Flor de Piel (2011) creó una gigantesca manta roja a partir de pétalos de rosa, y en Unland (1995-96) tejió pelo en mesas de madera.
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Según explicó, esta última característica de sus obras tiene un talante político y otro metafísico. Por un lado, habla de las condiciones sociales y laborales de los países latinoamericanos; de cómo los trabajadores de la región realizan arduos trabajos durante largas jornadas laborales, y a pesar de ello su estilo de vida no mejora. Por el otro, “lo absurdo me permite alcanzar un nivel de belleza que muestre que la vida que se perdió era bella, era completa, era infinita.”
“Lo absurdo captura esa particular cualidad de los seres humanos que nos lleva a embarcarnos en tareas que no responden a necesidades básicas de supervivencia.”
Durante la entrevista, Salcedo habló de algunos de los artistas que más le gustan y que más la han influenciado. Dijo que Goya le había ensañado a ver y a representar el horror; que las pinceladas premeditadas y precisas de los óleos de Cézanne le servían de brújula en su proceso creativo; que en el trabajo de Joseph Beuys había encontrado ejemplos de arte políticamente significativo; que Beatriz González le había enseñado sobre la importancia de investigar y conocer los sucesos de mundo para poder crear, y que Autorretrato con dos círculos (1661) de Rembrandt le hablaba de la esencia del artista: “es una presentación absolutamente honesta de un artista, y eso me recuerda que nosotros tenemos que ser honestos con nuestro trabajo.”
También contó de sus musas. Dijo que la poesía de Paul Celan había nutrido su pensamiento y su manera de ver el mundo, y que últimamente andaba encantada leyendo la potente poesía de jóvenes inmigrantes como Ocean Vuong y Karla Cornejo Villavicencio. Reveló que mientras trabaja oye música clásica contemporánea, en particular compositores como Alfred Schnittke porque para crear su obra necesita sentir cierto nivel de tensión en el cuerpo. Dijo que cada vez que comienza a pensar una nueva obra la filosofía es una de sus guías, y que se lee por lo menos cuatro periódicos diarios porque su trabajo requiere conocer e intentar entender el mundo en que vivimos.
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