Dos graffiteras colombianas pisan cada vez con más fuerza el mundo del arte urbano

¿Por qué hacen arte urbano? ¿Qué les atrae de ese escenario?

Green Amarilla: En principio, es ver la calle de otra manera, saber que en los muros de la ciudad hay un lenguaje. El tema de la interacción con el espacio y con la gente por medio de los murales hace que haya una transformación tanto del espacio como de la gente. Compartir lo que uno piensa y expresa con las personas que habitan y recorren las calles.

Mugre Diamante: ¿Por qué lo hago? No lo sé, cuando empecé fue algo inconsciente. Conocí el graffiti por casualidad y me enganché sin ninguna pretensión. Después todo fluyó para que pintar se convirtiera en mi actividad principal desde hace 11 años hasta hoy.

¿Cómo describirían su obra, y cómo fueron desarrollando el estilo que tienen ahora?

G.A: Mi obra inicialmente fue un análisis de la ciudad y de la transformación de los espacios con respecto a las edificaciones, luego quise darle un giro con la naturaleza por medio del color y las emociones, a lo que en algún momento llamé “Lenguaje floral”. Esto se sigue transformando por medio de manchas y contrastes de color. En este momento estoy en un proceso de exploración de la figura humana. La describo alegre, orgánica, colorida y optimista.

M.D: El estilo es una construcción y exploración constante de mi esencia y mi personalidad. Se van sumando mis gustos, mis búsquedas, mis los estudios y mis experiencias, así no tengan una conexión directa con lo gráfico o lo visual.

¿Cómo se preparan para crear una obra? ¿Qué investigan? ¿En dónde buscan inspiración?

G.A: Me gusta entender un espacio y lo que sucede en él, pero también en ciertos casos dejo que la obra fluya. Todo varía según el espacio, el tiempo en el que estoy viviendo, y lo que estoy sintiendo o pensando. Dicho de otro modo, depende del contexto en el que esté.

M.D: Cada obra es diferente y no todas tienen la misma intención, ni el mismo contexto. Entre la obra personal y las comisiones hay muchas diferencias de planeación y ejecución. En lo personal, a veces son ejercicios de improvisación, a veces hay preparación previa. En las comisiones casi siempre hay un boceto y un diseño similar a lo que quieren que pinte, pero también depende de los requerimientos que tenga el cliente y qué tipo de cliente sea. Me gusta contextualizarme; conocer el espacio, las personas y las historias que hay alrededor del sitio de la obra. Específicamente me gusta investigar la fauna y la flora de ese contexto.

Su trabajo es muy colorido, ¿qué papel juega el color en su obra.

G.A: Como decía anteriormente, mi obra parte mucho del color y las sensaciones. Me gusta transmitir felicidad y emociones agradables por medio de mis imágenes. Me gusta relacionar los colores con su influencia, estado de ánimo y significado.

M.D: Todo lo que vemos es presencia o ausencia de luz. El color es luz, el color es sensación. Mi trabajo se caracteriza por esa elección minuciosa de las paletas cromáticas, por esa incidencia del color en los espacios y en la percepción de las personas. Mi formación en diseño fue rigurosa, aprendí muchos ejercicios que aún aplico para el adiestramiento del ojo, y por los que he desarrollado un instinto muy natural para mis elecciones de color.

¿Cómo y por qué escogieron sus nombres artísticos? ¿Qué dicen sobre ustedes y sobre su arte?

G.A: Green Amarilla nace del complemento de dos personajes de un libro llamado “Opio en las nubes.” Lo chévere es que surgió cuando era joven. Esto no lo cuento mucho, pero me encanta que la gente lo interprete y lo asocie con colores de felicidad y energía.

M.D: Mugre Diamante es equilibrio. Es la unión de 2 fuerzas opuestas que se compensan entre sí. Es lo que soy, como inicié y lo que soy ahora gracias al graffiti writting.

Cuéntenos detalles sobre el mundo del graffiti en Colombia, ¿cómo ven que se haya ido desarrollando?

G.A: Ha ido despegando gracias a grandes artistas (“la vieja escuela”) que han marcado gran parte de la ciudad con su obra, y que han cambiado la perspectiva de lo que es la calle. Han logrado que mucha gente se motive y se inspire a pintar la ciudad.

M.D: Como punto de referencia, Bogotá principalmente es una ciudad en la que la velocidad, el ritmo y la cantidad de personas hacen que uno esté constantemente haciendo cosas nuevas y experimentando. Hay muchos artistas muy talentosos que hacen que haya mucha diversidad en la calle, y que a raíz de estas prácticas empiecen nuevos proyectos como Bogotá Graffiti Tour o Distrito Graffiti que le den más visibilidad al StreetArt.

Colombia es diversa por naturaleza. Dentro del arte urbano hay un montón de estilos y técnicas, así como de personas que los realizan. En Bogotá y Medellín es donde hay más personas pintando, situando a Colombia como destino turístico de arte urbano en Latinoamérica y el mundo.

En ese mundo, ¿qué tan posicionadas están las mujeres?

G.A: Hay muchas mujeres, muy talentosas, cogiendo fuerza. Es genial que estemos al mismo nivel o mejor aún que los hombres.

M.D: Posicionadas cada vez con más fuerza.

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