Para quienes venimos jugando FIFA y FC por años, y los recuerdos de Winning Eleven/Pro Evolution Soccer en la cima son muy lejanos, este es un momento significativo del año. Porque desde que se quedó sin competencia seria, una nueva versión del juego más vendedor en la historia del balompié virtual (con o sin el sello FIFA) implica descubrimientos, alegrías y decepciones, todo en la misma experiencia.

Ante esa eventualidad, el jugador novato debe entender que todo es un ciclo y el experimentado debe recordarlo pronto. Porque entender el juego nuevo emociona y frustra a la vez, implica dejar atrás una versión que se aprendió a jugar y se pulió durante meses. Como Sísifo y la piedra, se empieza casi de cero. Se hace necesario reaprender ciertos detalles, desaprender otros y tratar de recordar que, en el fondo, esto es fútbol. Y el fútbol exige talento, visión, ejecución.

Hay Monumental en el 'FC 25', y lo cual vivirá con especial emoción si juega con River Plate un Copa Libertadores. | Foto: EA Sports

A primera vista, luego de una tanda de juegos en nivel Leyenda en las versiones de PS5 y PS4, podemos asegurar que este FC 25 establece un fútbol no tan “automático” como en versiones anteriores: el balón calienta más, los pases de primera son mucho menos directos en llegar al compañero (en la vida real, en efecto, son una ciencia exclusiva de talentosos), los movimientos y los enviones son más definitivos (si usted se lanza en pique, se lanza, y más vale que acierta la dirección en la que se dirige). La física se siente más real en los cuerpos, en cómo ocupan los espacios. Y en ese sentido, abre más lugar a detalles aleatorios, no tan programados: por ejemplo, dos jugadores del mismo equipo se puede estorbar y dejarle el balón servido al rival ante la portería si no miden sus movimientos. Después de choques o rebotes, el balón puede tomar trayectorias inesperadas, como en la vida real, y obliga a más atención y a reacciones más inventivas de parte de los rivales. Eso es interesante.

En FC 25 también se acentúa el efecto de los rasgos, por los que viene apostando cada vez más EA Sports, y desde los cuales la diferencia entre talentos se hace más notoria. Y hay sentido en esa decisión: a nivel básico, un defensa central no suele tener la precisión con los pases que un mediocampista creativo, y solía parecer la misma cosa. Pero esto se sufre mientras se entiende. Esta versión exige un juego más cauto en esa medida inicial, más consciente de quién es quién en la cancha y qué puede aspirar a hacer. El balance entre la magia y el realismo es tenso, y en esta saga a veces se tira más para un lado o para el otro.

Así pues, se podrá ir arriesgando más en este juego cuando se entiendan varios detalles: la física de los jugadores (en estas primeras etapas, algunos movimientos lucen mejor que nunca, otros más torpes, y sucede similar con los remates a portería) y la nueva dinámica de las formaciones: ahora hay tres disposiciones tácticas y cinco posibilidades de formación en el partido, así como varias acciones determinadas (como jugar al offside), todo ‘disparable’ desde el pad direccional.

El Madrid es quizá demasiado poderoso, y eso puede presentar un problema inesperado... | Foto: EA Sports

Además vale integrar coordinadamente movimientos entre la dirección (análogo izquierdo) y el análogo derecho para moverse, para proteger pelotas evitando defensas, para hacer giros más fluidos. Todo, claro, con la ayuda de un buen control, un buen olfato, y las varias combinaciones de botones que cada quién va encontrando para expresarse en la cancha. No hay una sola ecuación, hay varias, y cada quién debe encontrar la suya.

En este juego, como sucedía en FIFA 23, el botón L2 parece haber retomando cierta cualidades de control de juego que en FC 24 parecían haberle sido despojadas... pero ya hay miles de YouTubers explicando sus fórmulas para el triunfo (recomendamos tomar consejos, pero primero aprender a correr bien, es esencial y no tan fácil como parece).

Muchas veces se pide realismo, pero todo tiene su costo, su lado complicado, su desbalance comprobado... En un juego en el que las diferencias son tan marcadas como FC 25, y existe un equipo como el Real Madrid, literalmente armado como en videojuego (congregando talentos de primer nivel como Mbappé, Bellingham, Vini, Rodrygo, Valverde, entre otros), el equipo se vuelve absolutamente predominante en un modo como Temporadas. Si se quiere jugar una temporada con un equipo como Arsenal, 8 o 9 partidos de cada 10 serán contra el Real Madrid más potente en la historia del videojuego. Y esto, en ultimas, lleva a abandonar a Arsenal y tener que recurrir al Madrid para equilibrar las cargas y tener una posibilidad. La cura se vuelve algo que ahonda el problema, y habrá que revisarlo.

Se puede argumentar que esto es culpa de la gente (sí, es quien pide al Madrid) y del Real Madrid por armar ese equipo (también, si bien en la vida real las cosas se prueban distintas, y la tendrá muy dura el Madrid para ganar la liga mientras encaja sus piezas y Barcelona renace con su rompecabezas armado). Es posible que sea culpa de ambos o de nadie, pero ojalá con el paso del tiempo este modo de juego que es Temporadas vuelva a ser divertido con una diversidad de oponentes, no un monólogo eterno.

Los talentosos son notoriamente talentosos, y quienes no lo son, van a sufrir... | Foto: EA Sports

Una de las críticas que se le hace a la saga (con la que EA Sports supera los 350 millones de copias vendidas desde 1993, en distintas plataformas, faltando sumar las nuevas) es que más allá de fluctuar dinámicas, acentuar maneras de juego y actualizar las alineaciones, no ofrece muchas novedades notables. Acabamos de dejarles las más notorias para nosotros, en principio, porque con el tiempo, muchas más saldrán a flote (y otras serán pulidas con updates).

Los retro jugadores son siempre una experiencia fantástica de vivir en 'Ultimate Team'. | Foto: EA Sports

Vale mencionar un modo de juego como Ultimate Team (FUT), que a EA Sports le representa un dineral por cuenta de micro transacciones, en el que la gente pasa un montón de su tiempo (armando su equipo y haciendo retos para mejorarlo, así gaste o no dinero). Este mantiene su estructura clásica y muy adictiva. En una versión como FC 25 que hace de las diferencias de nivel algo mucho más notorio, en Ultimate Team hay que moler mucho más que nunca para subir, porque bien se sabe que el que gasta dinero puede acceder más rápidamente a mejores jugadores. ¿Garantiza eso la victoria siempre? No siempre, y por eso vale la pena intentarlo.

Durante esta década, personas como usted y como yo hemos tenido altas y bajas con esta saga, y nuestra relación ha mutado, pero es fuerte. Es un juego firme, que cuando se entiende en sus minucias es un verdadero gozo, y a veces toma meses llegar a ese punto, pero vale la pena. Personalmente, durante la pandemia descubrí distintos modos de juegos, como Torneos (que dan lugar a ambientes y atmósferas emocionantes), como Temporadas (con su frenesí de ascensos y descensos), y un modo notable como Pro Clubs (emocionante cuando funciona, que puede poner en peligro amistades, cuando no funciona). En este, cada cual maneja su propio jugador y exige mucha disciplina. Y en FC 25 se introduce Rush, una apuesta por una dinámica de Pro Clubs más controlada, de cinco jugadores.

Por último, en lo que a errores imperdonables se refiere, vale anotar que, como viene sucediendo por años (en el modo Temporadas y en otros como FUT) el juego aún no logra asegurar adecuados emparejamientos de uniformes. A un rival de uniforme rojo le puede tocar un rival naranja oscuro; a un rival blanco le puede tocar uno gris; y se quiere jugar, no perder la vista o la cabeza. Sucede también, y aún no se corrige, que el juez no siempre se diferencia bien de ambos equipos y eso perjudica más a uno de los dos rivales en contienda.

A manera de balance, se puede decir que si bien FC 25 es más de lo mismo, eso “mismo” es un juego bonito que aún define sus dinámicas desde los jugadores. Habiendo jugado la saga, no es sabio saltar a conclusiones extremas sobre el juego en este punto temprano. Hay apuestas claras que mencionamos y hay detalles que se siguen puliendo, y en un par de meses, con más ajustes de parte de EA y más experiencia y más millaje de juego de parte de los videofutbolistas, se podrá valorar y contrastar. Lo que se puede confirmar es que los adeptos a la saga, como Sísifo, aceptarán el reto.