LITERATURA
Mendoza: el Premio Cervantes "es un final de trayecto feliz"
A sus 73 años y con 15 novelas, dos libros de relatos, dos obras de teatro y cuatro ensayos en su haber, Mendoza se hizo con el "nobel" de las letras en español.
El escritor español Eduardo Mendoza afirmó hoy que el Premio Cervantes 2016, que le fue concedido hoy, es "un final de trayecto feliz", aunque matizó que "eso no quiere decir que no vaya a hacer nada más".
Así lo señaló Mendoza durante la rueda de prensa celebrada en el Instituto Cervantes de Londres, ciudad en la que reside y donde le sorprendió la noticia del premio "andando por la calle".
A sus 73 años y con 15 novelas, dos libros de relatos, dos obras de teatro y cuatro ensayos en su haber, Mendoza se hizo con el "nobel" de las letras en español, lo que valoró, por "su importancia" y por "el momento en el que llega", como un "fin de ciclo".
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El escritor explicó que la buena acogida que tuvo su primera novela "La verdad sobre el caso Savolta", que se hizo con el Premio de la Crítica en 1976, le "cargó de responsabilidades".
"He vivido cincuenta años pensando que todas las esperanzas que se depositaron en mí iban a quedar frustradas, pero, ahora, al recibir este premio, veo que las cosas han salido más o menos bien", apuntó.
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El barcelonés quiso aclarar que no reside en la capital británica por la situación política de Cataluña, donde aseguró que nunca ha tenido "ningún problema ni personal ni oficial", sino porque considera Londres su "refugio".
También subrayó que no cree que sea "una rareza" el hecho de ser catalán y escribir en castellano: "Si tuvieran que darle un premio a todos los catalanes que escriben en español se agotaría el presupuesto del Ministerio de Cultura", opinó en clave de humor.
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Preguntado sobre qué momentos de su trayectoria le vinieron a la cabeza tras conocer -por una llamada del ministro español de Educación Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo- que había recibido el Cervantes, Mendoza recordó cuando escribió la novela "Sin noticias de Gurb" (1991).
"No sé ni cómo ni por qué la escribí", sostuvo, antes de añadir que fue quizá "el momento cumbre y más inesperado" de su carrera literaria.
"Es difícil encontrar a alguien en España que, por gusto o por disgusto, no haya leído la novela", afirmó.
También destacó como una de sus libros más importantes "El misterio de la cripta embrujada" (1979) porque "abrió la puerta a un tipo de literatura más callejera".
El jurado del premio, dotado de 125.000 euros (132.500 dólares) -cantidad que sorprendió a Mendoza, que admitió que desconocía la cuantía-, expresó en el fallo que el escritor "sigue la escena de la tradición cervantina".
Algo con lo que el literato reconoció estar de acuerdo, pese a considerar la frase "un tanto pedante". Pero reconoció que el creador de "El Quijote" tuvo una "gran influencia" en él.
Sobre el estilo humorístico que impera en toda su obra, el catalán mencionó que el humor es algo que está en su ADN y es "una forma de estar en el mundo", aunque defendió que no cree "que emplear el humor suponga dejar de lado la búsqueda de la excelencia".