Arte
“El arte es la manera como navego y entiendo el mundo”: Aaron Fowler, artista internacional invitado a Barcú
Hablamos con el estadounidense sobre lo que significa el arte y sobre el poder de las colaboraciones con artistas cercanos a su corazón y creadores colombianos, como Diamantina Arcoíris, que desplegará en la feria artística del centro de Bogotá desde el 25 de octubre. También tocamos las opiniones de Kanye West...
Aaron Fowler ha alimentado su personalidad y su practica artística desde los contrastes del mundo cosmopolita y la comunidad que lo crió, lo educó para la vida y lo mantiene aterrizado. En su punto de vista y creación, el artista nacido en 1988 congrega el haber crecido rodeado de amor en una ciudad pequeña y claramente segregada como San Luis, Misuri, con el haber forjado su creación en grandes urbes como Nueva York y Los Ángeles. Se reconoció creador desde niño, en su ciudad, tras un accidente y una muerte que aún lo marca, pero luego alimentó su talento en ciudades como Filadelfia y universidades prestigiosas como Yale (en New Haven Connecticut). Crea con el ojo en el mundo, sí, pero con los pies en su comunidad y los sentidos en reconocer sus latidos.
Como invitado internacional de Barcú, la feria artística que después de años vuelve a tomarse el centro de la capital, desde el martes 25 de octubre hasta el domingo 30, Fowler visita el país para desplegar varias de sus obras y proyectos colaborativos. En estos hará gala de su impulso artístico por unir elementos desechados y materiales encontrados para crear obras de gran escala, en las que suele proyectar su compromiso con las comunidades que aprecia, que lo alimentan al invitarlo a expresarse junto con ellas.
Por un lado, Fowler presenta Listen, en la Plaza de Bolívar, junto con la artista Erin Desmond, que también es su pareja sentimental, una instalación que ambos llaman su bebé, “un corazón hecho con parlantes reciclados”. Por otro, presenta el capítulo colombiano de N2Existence, un proyecto del que también nos habla en esta entrevista y en el que incluye la creación de un diseñador reconocido como Esteban Cortázar así como el poderoso trabajo comunitario de Diamantina Arcoíris. Así nace N2EXISTENCE Colombia: ¡Libérate!, donde Fowler y sus aliados abordan colectivamente las preocupaciones y gustos de las comunidades locales y configuran un medio de expresión, de futuro y de progreso.
Sobre estos trabajos, el arte en general y los contrastes de la gran ciudad y la ciudad mediana, hablamos con él en su visita a Bogotá, previo al inicio de la feria de la cual es un importante (pero no único) protagonista. Esto nos dijo.
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SEMANA: ¿Cómo se dio su visita a Bogotá y qué lo emociona de venir, colaborar, presentar su trabajo?
Aaron Fowler: Es muy emocionante estar aquí porque es un lugar muy diferente al lugar de donde vengo, que llamo casa. La vida, la posibilidad de estar en la Plaza de Bolívar y en este lugar me parece una gran oportunidad. Nunca he mostrado mi trabajo en contextos así, y me parece asombroso hacerlo.
SEMANA: De lo que entiendo, su crianza y la muerte de un familiar cercano fueron esenciales en que tomara al ruta del arte, cuéntenos sobre esto...
A.F.: Vengo de la ciudad de San Luis, allá nací y crecí rodeado de mucho amor, y fue especial pues estaba rodeado de mucha familia, buena familia, con una abuela que me adoraba. Fui un hijo consentido de mi mamá, quien me tuvo a una muy joven edad. San Luis es una ciudad chévere pero tiene muchos problemas. Entonces crecí en una ciudad como esta, muy segregada, pero rodeado de amor.
Personalmente, en ese espacio encontré el arte por causa de la muerte de un primo muy cercano. Yo cursaba séptimo grado, debía tener unos 12 años, y él tenía 5 años y murió en un accidente de carro. Y sé que es una de las cosas más duras que he tenido que enfrentar. Luego, en una clase de arte, me dieron la asignatura de dibujarme a mí mismo. Pero en vez de representarme a mí, dibujé a mi primo. Esa experiencia está muy ligada a lo que me lleva a hacer arte hoy: fue una experiencia sanadora, ese acto de dibujar me ayudó a superar ese duelo.
El arte se ha convertido entonces en una ventana desde la cual me muevo en mi vida. Y ese hecho también le permitió a uno de mis profesores reconocer mi talento y mostrarme que lo tenía, que podía lograr cosas con el arte. Así empezó todo. Desde ahí, he seguido mi corazón.
SEMANA: ¿Ha cambiado su definición de arte con el paso del tiempo y con la consolidación como artista?
A.F.: En mi caso, siento que con el arte tengo una relación. No tengo una definición necesariamente, pero es algo con lo que tengo una relación y esta crece constantemente y me dice qué hacer. A la vez, es la manera en la que navego y entiendo el mundo. El arte es mi guía. Literalmente es una herramienta de navegación que me permite entender el mundo, porque no lo entiendo de otra manera.
No necesariamente me relaciono con alguien o con una generación en lo que respecta a mi expresión artística. Tengo una relación muy personal con la creación
SEMANA: A sus 34 años de edad, ¿se siente parte de alguna generación? ¿Sociológicamente y artísticamente?
A.F.: No lo creo. No necesariamente me relaciono con alguien o con una generación en lo que respecta a mi expresión artística. Siento que tengo una relación muy personal con la creación. Definitivamente me influencia mi generación y lo que me rodea, pero no puedo asegurar que me pondría en una categoría, porque me han alimentado muchas generaciones previas. Hay gente mucho más joven que yo que influye en lo que hago y también lo hace gente mucho más vieja o que ya no vive. Siento que mi arte y mi expresión son muy únicas, muy mías, y me separa de otros.
SEMANA: Viene a Colombia con su arte, pero también hace colaboraciones. Está ‘Listen’ con Erin Desmond y está este capítulo colombiano de N2Existence, cuéntenos de la importancia de la colaboración.
A.F.: Es muy importante para mí. Adoro colaborar más que nada porque terminas por crear algo que es mucho más grande que tú, terminas creando cosas a las que jamás podría llegar por mi cuenta.
Aquí comparto con Erin (Desmond), que está conmigo en Bogotá. En 2018, los dos creamos el proyecto Listen. Ella es el amor de mi vida, así que es algo muy especial para los dos, una reflexión de nuestro amor. Lo creamos juntos, como una mezcla de nuestras prácticas artísticas. Erin aborda la sanación, el cuerpo. (*dice ella: “es muy especial, un símbolo de nuestra unidad, de nuestras experiencias, de ser blancos y negros, de encontrarnos, de saber que el corazón de todos es rojo, del mismo color más allá de raza, género, clase económica, religión o lo que sea+ es un honor traerlo y compartir ese mensaje*). Lo creamos como un proyecto para el festival Burning Man, pero no teníamos idea de que podríamos viajar a Colombia a compartirlo. Es increíble. Y es parte de lo que consigue la colaboración.
SEMANA: Sobre el trabajo con Diamantina Arcoiris, ¿la escogió usted para trabajar juntos? ¿Cómo se dio esa decisión?
A.F.: N2Existence comenzó como un proyecto que se mostraría en dos shows, uno en Seattle y el otro en Art Basel. Abordaba mi consciencia de mi arte y mi práctica, lo que hago, pueden manifestarse en la existencia. Y el show abordaba las cosas que yo quería que se manifestaran en mi vida: pasar más tiempo con mi familia; construir algo con mis mejores amigos; lograr que uno de mis mejores amigos saliera de prisión. Y así comenzó, pero, por cuenta de la pandemia el show quedó truncado y la gente no pudo verlo tanto como hubiera querido.
Esa pandemia también me llevó a mudarme cerca de mi familia. Volví de California a San Luis y allá pude hacer una residencia artística. En ese tiempo me di cuenta de la mucha gente en mi ciudad que hacía cosas asombrosas pero que no tenía o los recursos o la perspectiva necesaria para ver su propia grandeza y poderla desplegar. Entendí que yo tenía herramientas que podía compartir con ellos/ellas, y unidos podíamos lograr la mejor versión de lo que hacen. Así nació N2Existence, ese trabajo con distintos creadores.
La pandemia también me llevó a mudarme de vuelta a San Luis, y me di cuenta de la mucha gente en mi ciudad hacía cosas asombrosas pero no tenía o los recursos o la perspectiva necesaria para ver su propia grandeza y poderla desplegar. Pensé que yo tenía herramientas para compartir, y unidos podíamos lograr la mejor versión de lo que hacen. Así nació N2Existence
En ese tiempo contacté a Philly Adams, una curadora de la Saatchi Gallery de Londres, quien también es socia de Barcú, y le conté del proyecto y ella me conectó con Barcú. Y ellos compartieron conmigo el trabajo de algunos creadores aquí, en Bogotá, Colombia. Y Diamantina Arcoíris era una de ellos. Fue muy emocionante verla trabajar con su comunidad, usar su pasión para elevar a su comunidad, enseñarle y compartir con ella lo que hace. Sentí su energía muy alineada con la de N2Existence. Ella fue una de las primeras personas con las que conecté de este país, y hemos estado conversando desde entonces, hace casi un año y medio. Ha sido un proceso, y lo que hace es genial y muy poderoso. Ha sido un honor poder crear con ella un espacio que refleje eso.
Fue emocionante ver a Diamantina trabajar con su comunidad, usar su pasión para elevar a su comunidad, enseñarle y compartir con ella lo que hace. Sentí su energía muy alineada con la de N2Existence
SEMANA: Cuéntenos de esa dualidad entre San Luis, Los Ángeles, en términos de los problemas como el racismo y la opresión: ¿son tan distintas en una gran ciudad a una ciudad mediana, en el mundo?
A.F.: San Luis es una ciudad pequeña, y al crecer era evidente que era muy segregada. Yo fui bendecido de crecer en esta ciudad, predominantemente negra, en la que viví lo que eso significaba. San Luis es blanca y negra, con una línea entre pobreza y riqueza marcada; la clase social y la raza van de la mano en San Luis. Eso ha mejorado, pero definitivamente puedes sentir la separación.
Recuerdo crecer en ese marco, pero también haber ido a la escuela en los suburbios, predominantemente blancos. Mi experiencia fue muy única en ese sentido, para un niño negro en San Luis: crecer y vivir con mi gente pero educarme y tener relaciones por fuera de eso. Fui a la universidad en Filadelfia, en la costa Este, una ciudad más grande, más diversa, con más mezcla, y eso cambió mucho la perspectiva. Y ahí notaba la diferencia, así como en lugares como Los Ángeles, New York (en ambas pasé un tiempo). Los problemas son similares, hay drogas, adicción, hay violencia, problemas similares pero en distintos grados. Eso lo siento aquí en Bogotá, en San Luis, en Los Ángeles, todo es cuestión de grados...
SEMANA: ¿Qué opinión le merece Kanye West, un rapero que parece haber empezado hablando desde el lado del oprimido y ahora aboga por la voz del opresor? ¿Qué le dice su caso sobre la libertad de expresión y la libertad artística?
A.F.: Caramba... Kanye es mi hermano, ¿sabes? Amo a Ye. La gente tiene derecho a su libertad de expresión, pero también, a veces, lo que dicen expresa cómo los afecta su entorno o lo que están viviendo. Nunca juzgué la opinión de nadie, todos tenemos opiniones, y usualmente estas vienen de ese entorno y de esas experiencias que vivimos. Y nuestras opiniones cambian... Creo que lo más importante es nuestro corazón.
He estado en lugares y experiencias tan distintas, creciendo en San Luis, con ese punto de vista, pasando por Nueva York, yendo a la Universidad de Yale, sumando otras perspectivas. Ver el otro lado de las cosas te amplía la visión pero el ambiente también la afecta. Y, por eso, creo importante mantenerse aterrizado
Hablo por mí: he estado en lugares tan distintos y experiencias tan distintas, creciendo en San Luis, con ese punto de vista, pasando por Nueva York, yendo a la Universidad de Yale, sumando todas estas otras perspectivas. Ver el otro lado de las cosas te amplía la mirada pero el ambiente también la afecta. Y, por eso, creo importante mantenerse aterrizado. Yo tuve la suerte de mantener el contacto con mis raíces, mis valores, mi sentido moral, mantener mi corazón muy centrado, y si lo logro es porque tengo un sistema de apoyo muy fuerte: mi familia, amigos a los que siempre puedo acudir, incluso en un lugar en el que los opresores sea mayoría. Ellos me blindan de esa opresión.
SEMANA: Antes de despedirlo, ¿puede compartir arte o artistas que le hayan volado la cabeza y valga la pena tener en cuenta?
A.F.: Hablando de Kanye, él siempre me vuela la cabeza, es un creador excepcional en este planeta. Por otro lado mencionaría al gran Virgil Abloh, alguien que todavía me inspira profundamente. Erin Desmond, gran artista, me inspira muchísimo. Adoro la música, a tanta gente... Siento que he hablado más de música que de arte visual... De mis contemporáneos, Lauren Halsey y tantos más, es una lista larga...
*Barcú abre sus puertas al público en la Carrera 4 # 9 - 46 en La Candelaria. Más información en Barcu.com.