Arte y Política
El artista Ai Weiwei sigue provocando al gobierno chino
Cuando fue fotografiado en 1995 haciendo un gesto obsceno en la plaza Tiananmen, Ai Weiwei sabía que estaba toreando al gobierno chino, pero no imaginaba que 26 años después su obra estaría en el corazón de una polémica sobre la censura en Hong Kong.
Durante mucho tiempo, la excolonia británica ha disfrutado de libertades desconocidas en la China continental. Pero ahora lucha por demostrar que efectivamente es un refugio cultural.
Inquieta por las protestas de 2019, Pekín ha desatado una drástica represión contra el movimiento a favor de la democracia mediante una ley draconiana de seguridad nacional, que también incluye al mundo del arte.
Desde su exilio berlinés, Ai Weiwei, uno de los artistas contemporáneos más conocidos del mundo, está convencido de que Hong Kong sufre la misma estricta censura impuesta en la China continental.
“Cualquier forma de libertad de expresión puede ser declarada ilegal o subversiva”, señaló Ai Weiwei, de 63 años, por teléfono a la AFP.
Museo ‘interrumpido’
“Esta ley ha sido aplicada en China continental y no hay duda de que actualmente se está imponiendo en Hong Kong”, subraya.
Cuando se habla de arte en Hong Kong, todo el mundo piensa en el Museo M+, cuya inauguración ha sido “interrumpida”.
Este espacio de 60.000 m2 finalmente abrirá sus puertas este año, con mucho retraso y la enorme ambición de competir con el Tate Modern londinense y el MoMA neoyorquino.
El museo cuenta con una de las mejores colecciones de arte chino contemporáneo del mundo, sobre todo gracias a una donación del coleccionista suizo Uli Sigg.
El catálogo online del museo tiene no menos de 249 obras de Ai Weiwei, así como fotos de Liu Heung-shing de la represión en la Plaza de Tiananmen en 1989, algo censurado en China continental.
Pero actualmente muchos dudan de que el museo pueda mostrar sus obras en medio de un contexto represivo.
“Difundir el odio”
Los políticos hongkoneses proPekín ya acusaron al museo de violar la ley de seguridad y de “difundir el odio contra el país”, destacando la foto de Ai Weiwei en Tiananmen.
El lunes, un funcionario del gobierno de Hong Kong afirmó que ésta no será expuesta cuando se inaugure el museo, añadiendo que la unidad policial responsable de garantizar la aplicación de esta ley de seguridad nacional podría evaluar todas las obras.
Ai Weiwei describió a los curadores del M+ como “grandes profesionales”, dotados de una “integridad creativa”, pero enfrentados a “un mundo que cambia demasiado rápido”.
Y se pregunta si algunas de sus obras, que todavía se exhibían en 2016 en Hong Kong, estarán en el M+.
“La sociedad hongkonesa liberal y democrática está en vías de desaparición”, se lamenta.
Artista polivalente: pintor, escultor y plástico versátil, Ai Weiwei ayudó a diseñar el “Nido de Pájaro”, el estadio pequinés para los JJOO 2008.
Sin embargo, se volvió la bestia negra del poder, primero provocando la cólera de Pekín al investigar el colapso de escuelas durante un terremoto en 2008 en la provincia de Sichuan, y un incendio que provocó decenas de víctimas en Shanghái, en noviembre de 2010.
En 2011, estuvo 81 días detenido, y cuatro años después se fue a vivir a Alemania.
“Un pequeño gesto”
No le preocupa que el gesto con su dedo medio mostrado en Tiananmen enfurezca a los pequineses, todo lo contrario. “No puedo ocultar sentirme orgulloso de ello”, afirma.
Esta foto, tomada en 1995, fue la primera de una serie titulada “Estudio de perspectivas”, integrada por más de cien imágenes similares frente a símbolos políticos o culturales como la Casa Blanca, el Kremlin, la Tour Eiffel y la Mona Lisa.
Que Pekín se rebele contra esta imagen es precisamente su justificación artística. “Un pequeño gesto de un individuo puede convertirse en un asunto de Estado y socavar los cimientos del autoritarismo”, dice.
*Con información de AFP.
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