MUSEO
El hombre que le vendió su espalda a un coleccionista de arte (por US$160.000)
"La pieza de arte está en mi espalda, yo solo soy la persona que la lleva", dice el hombre de 40 años, quien trabajaba en una tienda de tatuajes en Zúrich, una ciudad suiza.
Tim Steiner tiene un elaborado tatuaje en su espalda que fue diseñado por un conocido artista.
Cuando muera, su piel será enmarcada y se guindará en una pared junto a otras de las obras de la colección personal de un alemán interesado en el arte.
Pero hasta que ese momento llegue, Steiner pasa sus días sentado en galerías con el torso descubierto.
Hace una década, su novia en esa época conoció a un artista belga llamado Wim Delvoye, quien se hizo conocido por el controversial trabajo de tatuar a cerdos.
Delvoye le dijo a la exnovia de Steiner que estaba tratando de conseguir a una persona que estuviera dispuesta a convertirse en un lienzo humano para un nuevo proyecto, y le preguntó si sabía de alguien que estuviera interesado.
"Ella me llamó, y yo, sin pensarlo mucho, le dije que me gustaría hacerlo", recuerda Steiner.
Derechos de autor de la imagenYANG ZHEN
Expresión máxima de arte
Dos años después de ese episodio, y tras pasar 40 horas acostado en una camilla para la realización del tatuaje, el diseño cubría toda su espalda.
Es una virgen que sobre la cabeza tiene una calavera al estilo mexicano, con rayos de luz alrededor. Tiene golondrinas que vuelan alrededor, además de rosas rojas y azules.
En la parte baja de la espalda hay dos peces al estilo chino que nadan entre flores de loto con un par de niños. La firma del artista está a la derecha.
"Para mí, es la máxima expresión de arte", dice Steiner.
Y añade: "Quienes realizan tatuajes son artistas increíbles que nunca han sido aceptados en el mundo del arte moderno. Pintar en un lienzo es una cosa, pero hacerlo con agujas en la piel, es otra historia".
El trabajo se llama TIM y fue vendido por US$160.000 al coleccionista de arte alemán Rik Reinking en 2008.
Steiner recibió un tercio de esa cantidad.
"Mi piel le pertenece a Reinking. Mi espalda es el lienzo, yo solo soy el marco temporal", afirma Steiner.
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Derechos de autor de la imagenWIM DELVOYE
Controversia
El acuerdo estipula que, cuando Steiner muera, la piel de su espalda será enmarcada permanentemente para ser expuesta en la colección personal de Reinking.
"El término horripilante es relativo", indica Steiner, refiriéndose a quienes piensan que la idea es macabra.
"Es un concepto muy viejo -continúa- presente en la historia del tatuaje japonés, se ha hecho muchas veces. Si está enmarcado bien y se ve bonito, creo que no es tan mala idea".
Este aspecto del proyecto suele generar un debate intenso.
"Siempre se convierte en un gran tema de análisis, las opiniones de los demás al respecto suelen ser interesantes", cuenta Steiner.
Y prosigue: "A la gente o le encanta la idea o considera que es demasiado extremo, se indignan y dicen que va en contra de los derechos humanos. Hablan incluso de prostitución o esclavitud".
Según otro de los puntos del contrato, Steiner debe exhibir el tatuaje en una galería al menos tres veces al año.
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Retos artísticos
Su primera exposición tuvo lugar en Zúrich, en 2006, cuando el tatuaje no había sido terminado.
El año pasado se cumplió el décimo aniversario de esa ocasión, justamente cuando estaba a medio camino de la presentación más larga en la que ha participado hasta el momento: un año completo en el Museo de Arte Antiguo y Moderno (Mona, por sus siglas en inglés) en Hobart, Tasmania.
La exposición, en la que trabajaba cinco horas diarias, seis días a la semana, concluyó el martes de la semana pasada.
"Siéntate en tu escritorio por 15 minutos, con las piernas guindando del borde de la mesa, la espalda derecha y las manos sobre las rodillas. Es difícil", afirma.
Y agrega: "Hice esto por 1.500 horas. De lejos, la experiencia más intensa de mi vida. Mi estado anímico cambiaba a lo largo de los días, a veces era maravilloso, otras terrible, siempre estaba en un estado de alerta".
Lo único que separa a Steiner de quienes visitan las galerías en las que ha estado es una línea en el piso, que varios han cruzado.
"Me han tocado, me han echado aire, me han gritado, empujado e incluso escupido. Con frecuencia, se ha convertido en un circo. Pero eso no ha ocurrido en esta ocasión, un milagro", cuenta el hombre.
LUGARES EN LOS QUE LA ESPALDA DE TIM STEINER HA ESTADO EXPUESTA
- 2006: Galería De Pury & Luxemburgo, Zurich, Suiza
- 2008: Granja de Arte, Feria Contemporánea de Arte, Shanghái, China
- 2008/2009: ZKM, Karlsruhe, Alemania
- 2009: Universidad Rathaus y Leuphana, Luneburgo, Alemania
- 2010/2011: Kunsthalle, Osnabruck, Alemania y Robilant & Voena, Londres, Reino Unido
- 2011/2012: Mona, Tasmania
- 2012: Zona Contemporánea, Berna, Suiza y Museo de Louvre, Francia
- 2013: Gewerbemuseum, Winterthur y Sammlung Reinking, Hamburgo, Alemania
- 2014: Museo Weserburg, Bremen y Haus fur Kunst Uri, Altdorf, Alemania
- 2015: Strada Fossaccio, Viterbo y Civita di Bagnoregio, Italia.
Gewerbemuseum, Hamburgo, Alemania
- 2016: Mona, Tasmania
¿Es real?
Cuando la gente trata de hablarle, él no responde. Sigue sentado inmóvil.
"Muchas personas piensan que soy una escultura, y se sorprenden cuando se dan cuenta de que estoy vivo", dice.
No considera que lo que hace pueda catalogarse como un performance.
"Si este tatuaje no hubiera sido hecho por Wim Delvoye, no tendría relevancia artística", insiste Steiner.
Sin embargo, parte de la intención de Delvoye es mostrar la diferencia entre un cuadro en la pared y un "lienzo vivo" que cambia con el paso del tiempo.
"Puedo engordar, me pueden aparecer cicatrices, podría sufrir una quemadura, cualquier cosa. Es la vida. De hecho, me han tenido que hacer dos operaciones en la parte baja de la espalda", dice Steiner.
Una de las cosas agradables de su trabajo en Mona fue disfrutar de la galería antes de que abriera sus puertas al público.
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"Estar ahí conmigo mismo, con mis audífonos, haciendo ejercicios de estiramiento, recorriendo las salas de exposiciones con obras de arte impresionantes en un edificio místico. Es irreal", indica el hombre.
Volverá a ese lugar en noviembre y pasará allí seis meses, después de "exponerse" en Dinamarca y Suiza.
"Esta experiencia me ha convencido de que estoy en este mundo para hacer este trabajo: sentarme en cajas".
Y concluye: "Un día, TIM estará guindado en una pared. Hermoso".