Cultura

El maestro Fernando Botero soñaba con ser torero, pero su talento lo llevó a pintar las corridas: “Los toros hacen la vida fácil al pintor”

El maestro nunca escondió su amor por la tauromaquia, por lo que pinto muchas obras en las que reflejó su gran pasión por este mundo.

Redacción Semana
17 de septiembre de 2023
Antes de ser pintor, el maestro soñaba con ser un gran torero.
Antes de ser pintor, el maestro soñaba con ser un gran torero. | Foto: Mondadori via Getty Images

El maestro Fernando Botero, el más grande pintor en la historia de Colombia y uno de los más reconocidos en todo el mundo, falleció el pasado viernes, 15 de septiembre, dejando un sin sabor en el país, pero al mismo tiempo un gran legado que permanecerá vivo por siempre.

El artista murió en la ciudad de Mónaco, en Francia, a causa de complicaciones de salud que venía padeciendo desde hace varios días por una neumonía. La noticia ha conmocionado a la industria del arte en el mundo entero y los medios más importantes a nivel internacional han destacado cada una de las grandes creaciones.

Fernando botero
El maestro Fernando Botero falleció a los 91 años de edad. | Foto: AP

Botero, nacido en Medellín un 19 de abril de 1932, le dejó al país y al mundo entero miles de obras, esculturas y dibujos que realizó hasta los últimos días de su vida con un estilo propio que marcó cada una de sus creaciones y que se denominó boterismo’, el cual consiste en realizar estas obras de arte representando a los objetos, personas, animales y demás elementos presentes con un gran volumen en su contextura.

Nunca escondió su amor por la tauromaquia

El maestro realizó varias obras en las que reflejó su gran admiración por el mundo de la tauromaquia.
El maestro realizó varias obras en las que reflejó su gran admiración por el mundo de la tauromaquia. | Foto: Twitter: @vmpenilla

Además de su gran amor por pintar, otra de sus grandes pasiones era la tauromaquia, una de las profesiones que más debate genera en todo el mundo. En muchas de sus obras, el maestro plasmó su admiración por los toros, la cual llegó desde que era muy pequeño.

En algunas entrevistas, Botero aseguró que que antes de ser pintor, su objetivo era ser torero. A pesar de que nunca se acordó exactamente la edad en la que descubrió el amor por la tauromaquia, relató en diversas oportunidades que al parecer todo habría empezado cuando tenía 10 años de edad, época en la que su tío lo empezó a llevar a la Plaza de Toros la Macarena en Medellín. En ese lugar, poco a poco empezó a descubrir otra de sus pasiones que marcarían por siempre su vida.

“Los toros existirán siempre. Los prohibirán en algún lado, pero perdurarán ante el paso del tiempo porque forman parte de la cultura universal”, sostuvo alguna vez en una entrevista.

En múltiples oportunidades, el maestro logró unir su pasión por la pintura y su amor por la tauromaquia, hasta el punto que en el año 2014 tuvo que desplazarse hasta la Sociedad de las Américas en Nueva York, Estados Unidos, para presentar un libro que publicó la editorial Glitterati y en el que se recogieron 140 óleos y 35 dibujos que el artista realizó sobre los toros.

“Los toros hacen la vida fácil al pintor porque es una actividad que ya de por sí tiene mucho color. El traje de luces del matador, la arena, la barrera, el público. Es un tema maravilloso, le da poesía a la pintura”, expresó durante una rueda de prensa.

El libro fue titulado ‘Corridas de toros: Pinturas y trabajos en papel’, creaciones en las que plasmó diferentes sensaciones que tenía cuando se encontraba en la arena, pues en algunas oportunidades fue invitado para participar de corridas, lo que quedó registrado en videos que circulan por las redes sociales.

Su esposa también era una gran apasionada por los toros.
Su esposa también era una gran apasionada por los toros. | Foto: Twitter: @de_pura_casta

Ahora, tras su partida, el mundo de la tauromaquia también llora a uno de sus más grandes y reconocidos fanáticos que defendió esta industria a capa y espada, pero no exactamente con sus palabras, sino con cada una de sus obras en las que reflejó la importancia que tuvieron los toros en sus 91 años de vida.