Cultura
El salmo al que se debe encomendar este martes, 17 de octubre, por su bienestar
Es recomendable que haga la alabanza en horas de la mañana.
El bienestar es la experimentación de salud, felicidad y prosperidad. Es sentirse satisfecho con la vida, tener un sentido de significado o propósito y la capacidad de aprender a manejar el estrés. En pocas palabras, es simplemente estar bien.
Esta acción es algo que todos los seres humanos buscan, porque incluye muchas cosas positivas, como estar alegre, saludable, socialmente conectado y con objetivos. Aunque actualmente, el bienestar parece estar en declive y es difícil saber qué hacer y cómo conseguirlo.
Por ello, es importante que a diario lea un salmo que se encuentra en la Biblia, ya que de esta manera podrá conectarse con Dios, pedir los favores que desea, mostrarle fidelidad y, sobre todo, reflexionar a través de sus alabanzas.
Es así como el portal religioso Biblia Online recomienda un salmo para este martes, 17 de octubre, el cual se debe hacer con fe apenas se despierte, pues es la hora indicada para recibir las bendiciones del Señor.
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Salmo 42
Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.
Tengo sed de Dios, del Dios de la vida. ¿Cuándo podré presentarme ante Dios?
Mis lágrimas son mi pan de día y de noche, mientras me echan en cara a todas horas: “¿Dónde está tu Dios?”.
Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud, y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar?, en Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!.
Me siento sumamente angustiado; por eso, mi Dios, pienso en ti desde la tierra del Jordán, desde las alturas del Hermón, desde el monte Mizar.
Un abismo llama a otro abismo en el rugir de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas se han precipitado sobre mí.
Esta es la oración al Dios de mi vida: que de día el Señor mande su amor, y de noche su canto me acompañe.
Y le digo a Dios, a mi Roca: “¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué debo andar de luto y oprimido por el enemigo?”.
Mortal agonía me penetra hasta los huesos ante la burla de mis adversarios, mientras me echan en cara a todas horas: “¿Dónde está tu Dios?”.
¿Por qué voy a inquietarme? ¿Por qué me voy a angustiar? En Dios pondré mi esperanza, y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!.