Cultura
El salmo para los momentos de angustia
La vida tiene muchos altibajos, que se pueden sobrellevar con la ayuda de Dios.
Basado en las experiencias, muchas personas hablan de la fe, y aseguran que es la fuerza que mueve montañas, de hecho los cristianos creen que esta se basa en tener certeza de aquellas cosas o hechos, que todavía no se ven.
Los creyentes suelen hacer oraciones para comunicarse con Dios, tener una especie de conversación íntima, en la que el corazón se abre al Padre y se expresa lo que se siente en el corazón.
En el caso de los católicos, es común la práctica de rezar (ya sea el rosario, que consideran santo, o alguna otra oración). En esta religión hay varios rezos, y diferentes santos que son encargados -según la creencia- de varios aspectos de la vida del ser humano.
Sin embargo, también es importante mencionar que cuando se pide a Dios algo con mucha fe, y en su nombre, Él lo responderá conforme a su voluntad, tal y como lo indica San Juan 14:13-14: “Todo lo que pidan al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo piden en mi nombre, yo lo haré”.
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Por eso es importante poner a Dios en el primer lugar de la vida, porque la confianza en Dios hace que las cargas de la vida sean más llevaderas, ya que los problemas no han de faltar.
Así lo registran dos pasajes de la Biblia muy conocidos a través de la historia: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”, Mateo 11: 29-30. “Jesús dijo a sus apóstoles: ‘En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo’”, Juan 16:33.
Muchas veces las personas se sienten solas, y buscan refugio en Dios, especialmente en los momentos difíciles. Por ello, para poder tener paz, se puede orar por eso, para sentir en la vida la presencia del Espíritu Santo y la compañía de Jesús.
Así lo indica el Salmo 121, que se puede leer en momentos en que se necesita la ayuda de lo alto:
Salmo 121
1. Mi socorro viene de Jehová,
2. que hizo los cielos y la tierra.
3. No dará tu pie al resbaladero,
ni se dormirá el que te guarda.
4. He aquí, no se adormecerá ni dormirá
el que guarda a Israel.
5. Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6. El sol no te fatigará de día,
ni la luna de noche.
7. Jehová te guardará de todo mal;
él guardará tu alma.
Salmo 91
El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré.
Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; más a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación; no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará cerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.
En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.
Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.