Cultura
El salmo que ayuda a una persona a librarse de un hombre maldadoso
Son oraciones que cuentan la realidad cotidiana.
Los salmos son un conjunto de himnos y oraciones que es conocido en la iglesia católica como salterios, es decir, una alusión al instrumento musical empleado para acompañar su canto, el cual está escrita en la Biblia cristiana.
Hay más de 150 salmos que nacieron para describir la realidad cotidiana, de la experiencia de la vida tanto gozada como sufrida. También, reflejan la fe del pueblo judío. Las palabras escritas son una obra poética para comprenderlos y seguir las leyes de la literatura.
Este tipo de oraciones describen todo tipo de inquietudes, desafíos y la búsqueda para encontrar nuevos caminos para la sociedad. Ellos son gritos de los pobres y los que sufren para preservar el rostro de un Dios cercano, aliado y solitario con las personas que están en la tierra, así lo específica el portal web Desde la Fe.
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Salmo 140: Líbrame del hombre malvado
1. Líbrame, Señor, del hombre malvado, defiéndeme de la gente violenta,
2. De los que en su corazón maquinan males y que provocan riñas cada día;
3. Que cual serpiente afilan sus lenguas y un veneno de víbora hay en sus labios.
4. Señor, protégeme de manos del impío, defiéndeme de la gente violenta, que piensan cómo hacerme tropezar.
5. Los soberbios me han puesto un lazo oculto, han tendido redes bajo mis pies y me han puesto trampas junto al sendero.
6. Le dije al Señor: “Tú eres mi Dios, presta atención, Señor, a la voz de mi súplica”.
7. Señor Dios, poderoso para salvar, tú cubres mi cabeza el día del combate.
8. No consientas, Señor, los deseos del malvado, no dejes que su plan se realice.
9. Que no alcen su cabeza los que me asedian, que la malicia de sus labios los ahogue;
10. que lluevan sobre ellos brasas ardientes, que los echen al abismo y no salgan.
11. Que la tierra rechace al detractor y persiga al violento el mal sin tregua.
12. Sé que el Señor hará justicia al desvalido y dará a los pobres la razón.
13. Los justos darán gracias a tu Nombre, los hombres rectos se quedarán en tu presencia.
Salmo 27:1-3: otra oración para liberarse de la maldad
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen. Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza.