Cuestionario BIME
Eli Almic habla con SEMANA: “El camino del arte es difícil pero vale la pena, luchemos por nuestros sueños”
En un momento que la ve preparar su tercer disco, sin afán pero con mucha convicción, le pedimos a la rapera uruguaya que respondiera nuestro cuestionario. De paso por Bogotá, en el marco del BIME, se tomó su tiempo, como lo hace a la hora de componer. Quizá por eso todo le queda y le suena tan bien...
Dueña de un talento que impacta desde que se entra en contacto con sus primeros versos, y que maravillosamente acompañan sus beats, Eli Almic vino a Bogotá en el marco del BIME 2024, donde anoche maravilló a los afortunados que la vieron lanzar sus ráfagas en vivo, acompañada de su banda.
Al respecto de su presentación, nos dijo que está muy feliz de estar en Bogotá y en Colombia. “Me presenté ayer en el BIME junto a mi banda, y la verdad es que me voy con el corazón lleno porque el showcase estuvo hermoso. Hubo mucha gente dándonos cariño, devolviéndome que le encantó la música, que le encantó el show, la performance. Así que me inspira mucho ser parte de esto y me honra que BIME me haya elegido también para representar a Uruguay (junto con Niña Lobo). Estoy muy entusiasmada y motivada, absorbiendo todo lo que puedo de estas conexiones, con la ilusión de que a la gente de Bogotá y de Colombia le guste lo que hago y me pueda conocer, así puedo volver lo antes posible, porque estoy súper copada con el país. ¡Un abrazo para todes!”. Habiendo escuchado su música, no sorprende esta reacción del público. Y ojalá la podamos ver de nuevo, pronto, por estas latitudes, con un disco más del cuál compartir música.
Antes de saltar al escenario, Eli había tomado de su corto tiempo en Bogotá para responder por escrito a nuestras preguntas, con atención y profundidad, y sus respuestas ahora compartimos con ustedes.
Sobre su disco más reciente, ¿cómo conecta con el anterior (o los anteriores) y cómo se desmarca de lo que ha hecho antes?
Hace tiempo que no saco un disco. El último que lancé es mi segundo álbum, se llama Días Así y vio la luz a fines de 2020. Ese disco tiene letras muy personales, además de tener ganas de hacerlo, fue necesario. Quise ampliar los estilos que abarqué en Hace que exista, mi primer disco, donde lo que primaba eran los beats de rap y rap-soul.
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En Días Así fui hacia adentro, hacia lo que duele mirar y a su vez se vuelve urgente atender. Miré de frente a mis crisis de ansiedad y las puse en un papel. Fue muy liberador hacerlo. Luego de ese álbum me propuse sacar un disco sólo cuando realmente sintiese el deseo; ese deseo me encontró el año pasado, por lo que mi tercer disco va a salir este año. Tengo demasiadas ganas de tenerlo listo pero respeto mis procesos. En estos años saqué singles donde experimenté otros géneros musicales como en “Con mi beibe”, “Dice que cambió” y “La Vitamina”, grabé colaboraciones en otros países. Creo que luego de la pandemia necesité viajar, hallarme desde ahí, sentirme libre, retomar el movimiento. Una vez que eso sucedió, la idea de un tercer disco fue apareciendo. El qué decir, también. Si Días Así es un disco personal, el próximo va a serlo mucho más. Tengo un buen vínculo con mis discos anteriores pero sé que he crecido mucho, que ya no soy la misma, y me emociona plasmar eso en mis próximas canciones.
Vivir de la música en el siglo XXI, en la era del spotify y el tiktok, pero también de despertares metafísicos, es…
Desafiante, sin dudas, jaja. Las plataformas digitales hacen que ganemos dinero por las reproducciones de nuestra música, el tema es cuánto. Creo que les artistas deberíamos ganar más dinero por tener nuestra música sonando porque genera muchas ganancias para toda la industria de la música y nos es muy costoso invertir en ella. A su vez, el alcance a otros públicos que nos habilita es súper beneficioso.
La carrera por el engagement nos hace daño, nuestra salud mental es frágil.
Vivir de la música no es nada fácil cuando se es artista independiente y constantemente hay que invertir en discos, videoclips. El contenido cada vez caduca más rápido, las redes ordenan ciertos modos de uso para tener más éxito. La carrera por el engagement nos hace daño, nuestra salud mental es frágil. Entonces, sumado a la dificultad que implica de por sí vivir del arte dentro de un sistema que nos precariza y aún no nos reconoce como trabajadores, como sí lo hace con otros sectores de la población que acceden a un trabajo más formal, se suma la velocidad y la necesidad de adaptarse a formas que no solo son nuevas, sino que cambian todo el tiempo.
La magia de un concierto pequeño e individual como un showcase Vs. la magia de un concierto masivo con la banda detrás…
En un concierto pequeño puedo mirar a la gente a los ojos, rapear con la ilusión de llegar al corazón de cada una de esas personas, generar una complicidad especial, íntima, que a les programadores les guste mi música y así poder tender puentes con otros países, eso es súper significativo. También hay algo de no poder esconderse, de estar ahí con todo lo que se es, al desnudo, asimilando cualquier error como algo que sucede y se suelta con liviandad, recibiendo, a su vez, una energía más personal que el público da, viendo su emoción de cerca.
Un show masivo me permite expandirme en todo sentido, en el movimiento que intenta llegar lejos, toda mi expresividad cambia, la puesta en escena tiene más posibilidades, y puedo complejizar varios aspectos que están en relación: las visuales, las luces, perderme entre la gente pero sin desconectarme de mí misma ni de la banda, acceder a mejores posibilidades técnicas, ni que hablar que me vea muchísima gente, que eso es clave para crecer. La distancia con el público puede habilitar una performance más espectacular sin volverse fría necesariamente.
El sueño profesional que has cumplido, el sueño que te hace falta cumplir // La decepción profesional que viviste y la que esperas jamás vivir…
Viajar con la música junto a mi banda es un sueño cumplido. Tener una banda, wow, ¡qué sueño! Poder tomarme un avión y rapear para gente random es muchísimo. Cruzar el Atlántico y tocar en el Primavera Sound, sí, eso fue un sueño. Sueños por cumplir tengo muchos, como rapear con Erykah Badu y hacer una gira mundial.
La peor decepción que podría tener sería no lograr poder vivir de la música, no dedicarme a esto. Yo quiero hacer esto toda mi vida, no poder hacerlo por no poder acceder a los medios que me den la suficiente visibilidad sería demasiado frustrante. En cuanto a alguna decepción vivida… que haya poca visibilidad para las mujeres y disidencias en espacios que deberían ser paritarios, que no me crean igual de talentosa que un tipo.
Tres canciones para que la gente las conozca, dimensione tu propuesta…
“Brujas”, la primera. Fue necesario para mí escribirla, demasiado.
“Sé que estás mintiendo”, por la posibilidad de expresarme políticamente. Esa Eli es bien importante para mí, como la Eli de “Brujas”, la feminista. Ambas expresiones son políticas y urgentes para mí.
“Soy Eli”, mi carta de presentación, mi historia, la ilusión de la niña Eli que quería ser quien es hoy, de alguna manera, y la necesidad personal de seguir ampliando mi sonido.
Sobre la importancia de reafirmar la identidad, en tu caso, en la vida y en la música...
El rap me ayudó a encontrar mi voz propia, me dió y me da una razón, un motivo, todo el tiempo. Rapeo y me voy conociendo, voy creciendo conmigo, mis procesos personales son inseparables de mis letras. Si reafirmo mi identidad en la música, también lo hago en mi vida y viceversa. La Eli que rapea es la misma que intenta ser feliz en un mundo tan dificil, tan injusto y tan increible al mismo tiempo. Nunca fui la misma luego de subirme a un escenario, la confianza que fui construyendo a través de la música reafirma mi existencia, mi propósito, todo el tiempo.
Te emociona participar en BIME porque…
Me da la posibilidad de ser vista por gente de la industria de la música y eso es súper relevante. Soy de Uruguay, un país muy pequeño que a su vez tiene una escena de hip hop pequeña. Salir a otros mercados es vital. ¡También me emociona que me conozca la gente de Colombia! Ojalá les guste mi música y pueda volver muy pronto. Me halaga mucho que BIME me haya seleccionado para tocar acá.
Un mensaje para el público colombiano…
¡Que viva Latinoamérica! Nos han enseñado que el norte es más valioso pero no es así. Tenemos todo, somos lo máximo, valoremos nuestra identidad que es hermosa. También quiero decirles que el camino del arte es difícil pero vale la pena, luchemos por nuestros sueños. Si nos unimos, es más fácil.