ENTREVISTA
Elisa Estévez, la joven ganadora del Premio de Novela Jóvenes Talento
Su gusto por la biología y las bibliotecas la ha dotado de sensibilidad frente a la naturaleza y el arte. La joven escritora le cuenta a SEMANA cómo fue el proceso de creación de ‘Atala y Elisa’.
Elisa Estévez vive en una reserva natural a las afueras de Bogotá, tiene 17 años y en septiembre obtuvo el primer puesto en el Premio de Novela Jóvenes Talento que otorgó la Editorial Planeta y la Librería Nacional. Atala y Elisa, su libro, fue ilustrado por ella y publicado en noviembre por la editorial patrocinadora del certamen. En él cuenta la historia de una adolescente que se cuestiona sobre la vida, el arte y las relaciones como fórmula para descubrir el mundo. En su primera versión, el concurso recibió más de cien novelas escritas por jóvenes entre los 13 y los 19 años. Pero fue esta hija de biólogos y amante de la pintura y el dibujo, quien logró su primera publicación.
SEMANA: ¿Cómo fue el proceso de escritura de su primera novela?
Elisa Estévez: Lo que más recuerdo de escribir la novela fue el primer día. Me levanté de un sueño que había tenido, vi en un instante una línea que tenía que seguir. Fue sorprendente porque era como si percibiera el tiempo de otra forma: me vi a mí misma trabajando mucho en esto, en el libro. Después del sueño sentí la necesidad y las ganas de escribir. Esa sensación de correr de la cama al computador y empezar a poner las ideas fue muy hermosa. Y así se mantuvo todo el tiempo, mientras más escribía a mas quería escribir. Cada vez sentía que tenía la novela metida en la carne, nunca quise parar.
SEMANA: Además de la inspiración, la escritura requiere disciplina, horas de trabajo y dedicación, ¿cómo manejó su tiempo?
E.E: La primera tanda de escritura me sacó unas 30 páginas, pero luego me di cuenta que todo el proceso no iba a ser así. Entonces saqué un papel y empecé a hacer dibujos, hice una línea de tiempo, como un mapa mental muy organizado que seguí y fui modificando para crear la historia. Cuando sentía quería escribir, escribía, pero fueron 6 meses de relectura y corrección. Ese era mi mundo, dejé de dibujar y de escribir poemas. Si paraba, si no estaba inspirada, era para buscar otros referentes que alimentaran la novela.
SEMANA: Su primer acercamiento a la literatura fue con ‘La historia interminable’, desde entonces, ¿qué otro tipo de referentes tiene en cuenta?
E.E.: Mi referente más apreciado es la naturaleza, todo lo que ella me ofrece. A mí siempre me ha gustado la biología, entonces buscaba nombres científicos para lo que quería decir. Y el mundo en general me daba siempre cosas que utilizaba para escribir la novela.
SEMANA: ¿Qué tanto se parecen Elisa y el personaje de la novela?
E.E.: Uno escribe sobre lo que conoce. El 50 por ciento de mi trabajo artístico son autorretratos, la forma en que me muestro a mí misma. Aun así creo que hay algo que me tranquiliza y es que lo que hago no se trata sólo de mí sino de una idea que le pertenece al ser humano más que a los personajes de la novela: la soledad, la tristeza y la alegría. Son cosas del ser humano, no solo mías.
SEMANA: Después de publicar su primera novela, ¿logró definir un estilo o una afinidad particular por una forma de escritura?
E.E.: Yo no sé si he logrado un modelo de escritura, pero es mi modelo de aproximarme a la vida: ir observando todo e irse maravillando. Es como un científico ocioso, y digo ocioso porque es alguien con afán de entender, pero en su maravilla deja el afán y se dedica a observar con calma, a disfrutar, a aprender.
SEMANA: ¿Cree que falta dar voz a los jóvenes del país?
E.E.: Yo siento que el problema muchas veces empieza en las formas de educación tradicional. La condición humana se puede tratar de que seas muy bueno para unas cosas y muy malo para otras. Explorar todo y no dedicarnos a lo que realmente amamos nos cierra bastante. También siento que hay un tabú ante que los jóvenes hablen de la juventud como un tema importante. ¿Qué tiene de malo eso? Sería extraño que yo hablara en mis novelas como si tuviera 80 años, porque yo no conozco eso. Me parece que es una escritura muy válida, en la medida en que soy honesta con lo que conozco.
SEMANA: ¿Qué le diría a otros jóvenes escritores para que se animen a continuar con su carrera?
E.E.: Mi recomendación es que sean lo más honestos posible. No es que se nieguen a escribir sobre otras cosas, pero sí que busquen en ellos algo que vale mucho la pena: más que respuestas, esas inquietudes que todos tenemos como seres humanos.