Danza y Medio Ambiente
En la India los jóvenes bailan para salvar los exuberantes bosques de Mollem
A la cabeza de un ‘flashmob’, una joven de 20 años baila contra un proyecto de infraestructuras que amenaza el Parque Nacional de Mollem, en el sur de India. Las autoridades están desconcertadas por un movimiento de jóvenes ecologistas que cobra fuerza.
La confrontación entre el Estado y los ecologistas no es nueva en India, donde las comunidades tribales pobres llevan tiempo quejándose de que las desplazan en aras del crecimiento económico.
Lo sorprendente es que lo lideren mujeres jóvenes como Neola Pereira, quien se manifiesta bailando, vestida al estilo occidental, con jeans ajustados y una camiseta. Saben utilizar las redes sociales para amplificar sus acciones.
“La gente piensa que solo los ecologistas deben luchar por el medio ambiente, pero eso no es cierto”, explica a la AFP esta estudiante de comercio.
Neola Pereira lleva meses en campaña para impedir un proyecto de infraestructuras gubernamental que prevé extender las líneas ferroviarias, ensanchar una autopista y construir una línea de alta tensión que atravesaría los bosques del Parque Nacional de Mollem, donde viven tigres y otros grandes felinos amenazados de extinción.
La línea ferroviaria existente transporta a diario miles de toneladas de carbón australiano, sudafricano e indonesio a través de Goa, en la costa a lo largo del mar de Omán (o mar Arábigo).
Según los militantes, una extensión amenazaría esta reserva y podría convertir el estado en una plataforma de carbón.
Como Greta
La joven no había previsto comprometerse de esta manera. Pertenece a la clase media urbana, más preocupada por el ingreso en la universidad y un buen puesto de trabajo que por la ecología.
Pero todo ha cambiado con el ejemplo de la joven activista sueca Greta Thunberg.
“Las mujeres jóvenes como yo no solo queremos una carrera, queremos que se use nuestra voz para el cambio”, afirma Neola Pereira, quien fue detenida por la policía en diciembre.
En febrero, la policía también detuvo a la activista por el clima Disha Ravi, de 22 años, acusada de sedición.
La campaña #SaveMollem cuenta con el apoyo de una gran parte de la juventud pero ahora también se suman otras categorías gracias a las operaciones en internet, como este desafío de danza bautizado “Jerusalema” al que se apuntaron cientos de personas en Goa, una excolonia portuguesa.
“Las redes sociales ayudan mucho”, afirma Hycintha Aguiar, una zoóloga de 26 años que realizó investigaciones en Mollem en 2019 y 2020.
“Me he abstenido del activismo hasta ahora, pero lo que está pasando aquí es muy preocupante”, declaró a la AFP.
Biodiversidad “alterada”
Cada día barcos llenos de carbón importado atracan en el puerto de Mormugao de Goa, donde el cargamento se va en camiones y finalmente en vagones de ferrocarril con destino a los estados vecinos.
Los gigantes de las infraestructuras JSW Steel y el grupo Adani, cuyos propietarios se dice que son cercanos al primer ministro Narendra Modi, tienen sus propias instalaciones en el puerto para el carbón.
El ministro de Energía y Medio Ambiente de Goa, Nilesh Cabral, dice que la preocupación de que el estado se convierta en una plataforma de carbón es pura invención de los activistas.
Él defiende los proyectos de Mollem, aunque reconoce que la biodiversidad ciertamente se verá “alterada”, pero se recuperará.
Estos proyectos conllevan mejoras para los habitantes de Goa, dijo a la AFP.
“Atrapados” por la policía
Muchos habitantes no están convencidos de ello.
“Cuando era niño, me deleitaba con la naturaleza de Goa”, recuerda Mariano Proenca, un sacerdote de 68 años que participó en una de las recientes manifestaciones de Neola Pereira.
“Ahora, con estos proyectos que la destruyen, los niños ya no podrán disfrutar de la naturaleza”, lamenta.
Pero la joven Pereira está dispuesta a librar un combate largo, sin miedo a una posible represión.
En diciembre, la policía subió a un autobús privado lleno de ecologistas y ordenó al conductor que los llevara a la comisaría.
“Estábamos atrapados gritamos pidiendo socorro”, recuerda la activista.
Minutos después, los activistas difundieron imágenes de la situación en Instagram. Se volvieron virales, con más de 200.000 visualizaciones, un incidente que atrajo a más personas al movimiento, en solidaridad.
“El gobierno tiene miedo porque hemos llegado a mucha gente”, dice Neola. “Seguro que ganaremos esta batalla”.
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