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En solitario: así murió el hombre considerado el más inteligente de la historia
Su corta vida estuvo centrada en el trabajo académico y el aprendizaje.
William James Sidis es conocido comúnmente como el hombre más inteligente de la historia, un estadounidense que nació en 1898 y vivió hasta 1944, cuando murió a los 46 años, en Boston, la capital del estado de Massachusetts, por una hemorragia cerebral.
La vida de este hombre estuvo rodeada de un sinnúmero de logros y victorias, de reconocimientos y duras batallas. Sin embargo, como muchos otros genios en el mundo, también tuvo dificultades para relacionarse con otras personas, su muerte fue solitaria y lejos del que pudo ser el amor de su vida.
Desde antes de su nacimiento, ya muchos esperaban que este fuera un verdadero genio, debido a que sus padres buscaban inculcar en su descendiente muchos saberes y aprendizajes, para que su inteligencia fuera mayor del resto de la población.
Por un lado, su madre fue Sarah Mandelbaun, una médica graduada de la universidad de Boston; y su padre fue Boris Sidis, un médico psiquiatra y filósofo quien escribió y publicó artículos científicos de una rama de la psicología llamada psicología anormal. Ambos fueron emigrantes que llegaron a Estados Unidos en diferentes épocas.
“Conducimos la mente del niño por canales estrechos atrofiando y deformando su mente hacia la mediocridad. Si el niño se desenvuelve en los rígidos moldes del hogar y la escuela, el resultado será una permanente mutilación de su originalidad y genio”, afirmó a su tiempo Boris Sidis, según recoge el portal El Universo.
William llegó a leer perfectamente al año y seis meses, sus padres se dieron cuenta porque este habría recitado en voz alta una página de un periódico estadounidense. En ese orden, a los cuatro ya sabía francés y había escrito un primer artículo en ese idioma. Para los cinco años ya había creado una fórmula matemática, además de eso, al historial de lenguas también agregó el latín.
Tiempo después aprendió hebreo, alemán, ruso, armenio y turco; y antes de su muerte podía hablar en aproximadamente 40 idiomas. Seguido de esto, mientras crecía y entrando a su adolescencia, este hombre desarrolló una serie de logaritmos con base en el número 12, lo que le bastó para entrar a la universidad de Harvard, asignándole el puesto de la persona más joven en entrar como estudiante a esta academia.
En su primera carrera universitaria se graduó como matemático, y comenzó su doctorado y trabajó simultáneamente en la Universidad de Rice como profesor asistente, todo esto a sus 16 años. Según recoge un sitio web en el que reposan sus archivos, se estipula que William habría logrado desarrollar un coeficiente intelectual de 300.
Willian llegó a terminar hasta siete carreras universitarias, fue Matemático, antropólogo, historiador, lingüista, inventor, escritor, médico, psicólogo, abogado y activista; este hombre desarrolló su propio dialecto, al que llamó Vendergood, el cual se estima que estuvo basado en el latín.
A pesar de todos estos logros, este nombre no tuvo un final feliz. Durante muchos años se aisló de la comunidad en un pequeño apartamento en Boston, huyó de sus padres, quienes le negaron amar a una mujer llamada Martha Foley, que conoció en medio de una manifestación política.
“Quiero vivir una vida perfecta...La única manera de lograrlo es a través del aislamiento, de la soledad. Siempre he odiado a las multitudes”, habría dicho William James Sidis durante su vida, según recoge el mismo medio.
Sin embargo, este hombre murió solo luego de sufrir una hemorragia cerebral. Lo encontraron tiempo después en su apartamento, con fotos de su amada dentro de sus pertenencias.