ENTREVISTA
“Increíble tener que hacer campañas para que respeten a la mujer”
Semana.com habló con Carlos Vives sobre su nuevo trabajo discográfico, sobre Maluma y sobre el terrible suceso de Yuliana Samboní.
El cantante samario Carlos Vives lanzó su nuevo disco ‘Carlos Vives + amigos desde el Estadio el Campín de Bogotá’, una producción en la que participaron otros cantantes como Foseca, Herencia de Timbiquí, Chocquibtown, Maluma, Mechel Meló, Wisin & Daddy Yankee, Cholo Valderrama y Jorge Hyman de Coral Group.
El álbum trae canciones como Fruta fresca, La gota fría, La tierra del olvido, El mar de tus ojos, y Volví a nacer. Planea presentar su nuevo video Corazón profundo en el que aparece la reina de belleza de Colombia Ariadna Gutiérrez, además de grabar un acústico con MTV.
Semana.com: Presenta su disco en una coyuntura muy fuerte…
Carlos Vives (C.V.): Tengo mi corazón encogido. Es un cruce de emociones porque estoy presentando este disco que me hace feliz en un escenario tan terrible. A mí, como a todos los colombianos, el suceso de Yuliana Samboni me tiene muy triste, muy dolido. Siempre he sido adorador de la infancia y de la mujer, yo me crie así... Digamos que lo bueno es que este disco habla del amor y de la convivencia en la diversidad de culturas.
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Semana.com: ¿Qué mensaje enviaría a las personas que siguen maltratando a las mujeres?
C.V.: Es increíble que uno tenga que enviar mensajes para que respeten a la mujer, exigiendo el respeto a la mujer cuando es la mujer lo más importante en la vida de un hombre y por ende en la vida del planeta. Tener que hacer campañas para que el hombre deje de maltratar a la mujer o a la niña muestra un atraso increíble de la humanidad. (…) Yo soy un romántico, vengo de una escuela romántica. A mí me educaron hacia la veneración de la mujer, hacia la adoración de la mujer, hacia el respeto. Mi abuela en mi casa era la que firmaba los cheques, era la que tomaba las decisiones importantes. En nuestro mundo amazónico la mujer gobernaba. La mujer decidía qué hombre vivía en la comunidad y qué hombre no tenía el nivel. Así que es increíble que a estas alturas tengamos que seguir luchando contra eso. A la mujer se le respeta porque es mujer, porque es la que manda.
Semana.com: ¿Cómo fue ese proceso de grabar con tantos artistas?
C.V.: La palabra ‘amigos’ funciona muy bien porque lo que nos unió es que somos amigos. Con Fonseca tenemos una amistad de muchos años, desde muy chiquito me apoyaba. Con Gusi nos une lo que creemos musicalmente, con Fanny ese deseo de colaborar. Con Michele Teló y Winsin & Daddy Yankee nos une ese deseo de mezclar el vallenato con lo urbano. Más que una estrategia comercial fue un concierto de amigos.
Semana: Decía que lo maravilloso de trabajar a partir de las raíces de Colombia es que nunca deja de sorprenderse, ¿qué lo sorprendió esta vez?
C.V.: Cuando fui San Andrés y Providencia para una campaña con la que buscábamos visibilizar nuestra cultura negra y superar ese complejo racial histórico y absurdo, me di cuenta de que hay colombianos que no hablan español. Descubrí que en Providencia había un estudio de grabación y que cantan en Créole (Lengua criolla de origen haitiano). Que el calypso forma parte de nuestro acervo folclórico, pero no lo valoramos ni lo oímos en la radio.
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Semana.com: ¿Qué ha sido lo que lo llevó a valorar la música tradicional?
C.V.: Crecí en una familia melómana en la que la música llegaba de todas partes y era respetada. Recuerdo que la música llanera fue muy importante en mi casa y teníamos discos de René Heredia y Arnulfo Briceño. Por eso ver tener al Cholo en mi concierto fue como wow. Me erizaba la piel sus gritos, su música. Me sentía orgulloso de decir ‘esto es nuestro’ y sabía que aunque alguien nunca lo hubiera escuchado le iba a impactar. Lo malo es que mañana olvidamos, no lo valoramos.
Semana.com: Muchos dicen que usted es un héroe del vallenato, ¿está de acuerdo con eso?
C.V.: No, yo no voy a salvar el vallenato. La forma de salvarlo es que la gente de dónde nace el vallenato no se pierda, que no se pierda su habitad, que no se sigan engrosando los cinturones de miseria, porque eso sí va a matar el vallenato.
Semana. De todas formas hay varias personas, entre ellas Daniel Samper Pizano, que consideran que gracias a usted el Vallenato se dio a conocer en el mundo. ¿Cómo lo logró?
C.V.: Apreciándolo. Yo vi en mis papás un aprecio por esta música y por los cantantes de este género que eran como dioses. Cuando llegaba Leandro Díaz todos veíamos que su música y sus mensajes producían un impacto en la gente… No puedo responder bien a tu pregunta porque no sé cómo lo hice. Cuando llegué a la escena sabía que no era folclor lo que hacía. Yo veía una diferencia entre lo que hacía y Leandro Díaz. Yo era un galán de telenovelas, hacía discos, baladas, canciones para niños, y en medio de esas barbaridades y de ese montón de locuras que hice, traté de situarme en algo que me diera un sentido. Entonces trabajé con los vallenatos. Y el vallenato me enseñó que el primo es el porro y que la cumbia es la mamá y que está el Chandé que es un primo también. Han quedado cosas en una búsqueda que no termina, no me alcanzará la vida para recorrer todo lo que hay en este país a nivel musical.
Carlos Vives ha sido ganador de dos Grammy Awards y de nueve Latin Grammy Awards. Foto: Álvaro Tavera
Semana.com: Diego Ortiz, director de la revista Rolling Stone, nos decía que el rock no es un género musical, que es un estilo de vida y que por eso usted es una estrella rock…
C.V.: ¡Sí! – dice mientras sonríe y levanta los brazos y empuña las manos- Cuando hicimos El rock de mi pueblo se trataba de un álbum que buscaba molestar. Había mucha gente que decía “eso no es rock, el rock es Liverpool”. Entonces yo les preguntaba “a ver, ¿qué dice el título del disco?” y ellos contestaban “el rock de mi pueblo”. Yo respondía “¡Por eso!, ¡el rock de MI pueblo! ¿Tú conoces mi pueblo? Porque yo sí conozco el tuyo, yo sí conozco Liverpool”… Si buscas los inicios del rock viene de orígenes humildes, del sur de Estados Unidos, y de folclores. Después llegaron las máquinas, la industria y bueno… Pero al final todos tienen orígenes en el folclor. ¿Por qué no pensar que nuestra música moderna, como ha terminado siendo, nazca de personas como Juanes, Chocquibtown; que nazca del Chocó, del Pacífico, de los costeños, amazónicos, sureños, de los carnavalitos o pastusos?
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Semana.com: Hablando de estrellas, ¿qué opina de la polémica por el video de Maluma?
C.V.: Maluma es mi amigo pero eso no significa que no me dé cuenta de que tiene canciones muy perversas y líricas muy pobres. En el reggaetón hemos encontrado mucho esto. Sí, no dejo de darme cuenta de que hay canciones muy malas y que esas canciones son precisamente las que tienen más oportunidades que las de otros artistas que tienen mensajes más amorosos y con mayor calidad. La culpa no es solo de Maluma, sino de la apertura que le dan los medios a estas canciones, del valor que le dan a esos temas por encima de otros. Hay canciones malas y no puedo creer que tengan tanto éxito.
Semana.com: Hay una especie de boom de festivales de música, ¿considera que son la salvación de los músicos con respecto a la industria discográfica que cada vez está más débil?
C.V.: Nunca pensé que me fueran a invitar a un festival como Almax. Yo estaba muy feliz porque había mucho público que de pronto no me hubiera visto en otro lugar y eso me pareció una gran oportunidad. Escogí un repertorio que me situara lo más cercano a ellos. Creo que sí levantan la industria. Pero los festivales son históricos, somos de fiestas, de encontrarnos y de socializar.
En cuanto a los discos, en mi público todavía hay mucha gente que quiere tener el cd físico, aunque ya hay muchos que acceden a través de las plataformas digitales.
Semana.com: ¿Qué planes para navidad?
C.V.: Nada, estar con mi familia, quiero ver a mi mamá, a mi papá. Quiero estar con mi esposa y mis hijos.