Arte

Los sueños de Freud

Bowery, por su parte, se aproximó a Freud como muy pocos amigos del pintor lo han hecho y de su cercanía surgió la siguiente entrevista, publicada en 1993 en el Catálogo Lucian Freud, dibujos y grabados recientes, de la Matthew Marcks Gallery, de Nueva York

11 de enero de 1999

Leigh Bowery fue uno de los modelos preferidos de Lucian Freud para muchas de sus obras. Después de casi cuatro años de trabajar juntos, Freud terminó conociéndolo como a su propia mano. Sin embargo, no tanto para darse cuenta antes de su muerte, de que Bowery era VIH positivo. Bowery, por su parte, se aproximó a Freud como muy pocos amigos del pintor lo han hecho y de su cercanía surgió la siguiente entrevista, publicada en 1993 en el Catálogo Lucien Freud, dibujos y grabados recientes, de la Matthew Marcks Gallery, de Nueva York.

Leigh Bowery: ¿En un día típico para usted, a qué horas se despierta?

Lucian Freud: No podría decir cuándo normalmente me despierto, porque rara vez estoy realmente dormido, simplemente sueño despierto en la noche. La hora cuando me despierto tiene poca relación con la hora que me voy a la cama.

L.B.: ¿Usted trabaja hasta muy tarde, siempre ha sido así?

L.F.: No. He trabajado hasta más tarde gradualmente, a medida que mis debilidades aumentan.

L.B.: ¿Usted usa fotografías para trabajar?

L.F.: Sí, pero solamente de la gente a quien conozco tan bien que su presencia en fotografías son simplemente un recuerdo de su esencia en vez de un elemento introductorio.

L.B.: ¿Qué más es importante cuando usted trabaja?

L.F.: Hacerme lo más sensible y dócil que pueda, al temperamento y naturaleza de la gente que trabajo.

L.B.: ¿Cuándo salió la idea de trabajar con sus hijas ya maduras y desnudas?

L.F.: Desde que empecé a pintar desnudos.

L.B.: No puedo pensar en otro artista que haya hecho lo mismo, debe hacer las cosas, bueno, un poco extremas.

L.F.: Mis hijas desnudas no tienen nada de qué avergonzarse.

L.B.: En su trabajo las pinturas de mujeres desnudas son siempre de mujeres heterosexuales, mientras que las pinturas de los hombres desnudos son siempre de hombres homosexuales, ¿por qué es eso?

L.F.: Las mujeres me atraen por naturaleza y los maricas por su coraje.

L.B.: Su trabajo se ha convertido cada vez más ambicioso.

L.F.: Con la edad cada vez más ambicioso, es una fascinación con las dificultades. No me gusta que pasen muchas horas sin que trabaje.

L.B.: ¿Piensa frecuentemente que es judío?

L.F.: Nunca pienso en eso, sin embargo, es algo que está ligado a mi suerte. La actitud de Hitler hacia los judíos persuadió a mi padre a traernos a Londres, el lugar que prefiero de todos los que he estado.

L.B.: ¿Qué piensa de que su trabajo alcance tan altos precios?

L.F.: Dice poco acerca del trabajo, pero por lo que a mí me concierne, mientras más alto, mejor. No siempre han sido tan caros, hay gente que compró mi trabajo cuando prácticamente no costaban nada.

L.B.: Una de las cosas que me gusta de posarle es que puedo mirar su trabajo durante más tiempo de lo que podría en un museo.

L.F.: Bien, todo para mantenerlo aquí. Pero pienso que con algunas personas el hecho de que el trabajo cueste mucho dinero es un estimulante. Mi actitud hacia el dinero es principalmente expresado por medio del juego.

L.B.: ¿Cómo el juego afecta las cosas?

L.F.: Perdiendo la máxima cantidad de dinero que consiga. Es una solución instantánea a mis problemas económicos.

L.B.: Usted dijo que las pérdidas en el juego lo ayudan a concentrarse en el trabajo.

L.F.: Después de sentir lo estúpido que es perder consistentemente lo hace concentrarse en cosas serias.

L.B.: ¿Siente que lo libera de alguna manera?

L.F.: Lo libera de la distracción que invertir involucraría.

L.B.: ¿Cómo empezó si parece ser tan estúpido?

L.F.: No es el juego que es estúpido, es perder.

L.B.: ¿Pero si perder es inevitable por qué usted juega?

L.F.: Me gusta la sensación, pero amor y arte son las únicas cosas serias para mí.

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