PERIODISMO

“En 'The New York Times' no hay nadie, ni Trump, ni Obama, a quien no se le toque un texto”

Boris Muñoz, el venezolano que actualmente es editor de opinión del 'The New York Times' en Español, es uno de los invitados al Festival Gabo, en Medellín. SEMANA habló con él.

3 de octubre de 2018
| Foto: Daniel Bedoya

El venezolano Boris Muñoz, como periodista, fue corresponsal en Nueva York de El Nacional de Venezuela y director editorial de la revista de periodismo de investigación Exceso. También se le conoce por sus colaboraciones en The New Yorker, Newsweek o Gatopardo. Y, como escritor, autor de libros como La ley de la calle, testimonios de jóvenes protagonistas de la violencia en Caracas (1995) y Despachos del imperio (2007). Actualmente es el editor de opinión del New York Times en Español.

Muñoz es uno de los grandes invitados al Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo, donde dictará el taller Editar opinión al estilo New York Times y hablará de cuáles son las claves de este género. SEMANA le preguntó sobre algunos de los retos de su oficio.

SEMANA: Normalmente se cree que a un articulista de opinión no se le toca el texto. ¿Es así?

Boris Muñoz: Fake news. Falso de toda falsedad. En The New York Times no hay nadie, ni Trump ni Barack Obama, ni Mario Vargas Llosa o Angela Merkel, a quien no se le toque un texto. Los editores siempre hacemos las sugerencias y cambios que consideremos pertinentes para sacar lo mejor de los autores y llevar el mejor artículo posible a nuestros lectores.

SEMANA: ¿Qué tanto y qué se le debe editar a un colaborador?

B.M.: Todo lo que sea necesario para que su artículo sea original y provocador, esté bien argumentado y basado en hechos, y consecuente con una sugerencia que ayude a resolver el problema planteado o al menos una conclusión firme, lógica y sugestiva.

También le puede interesar: "Willington Ortiz es el mejor jugador de todos los tiempos del fútbol colombiano"

SEMANA: ¿Qué exige en ‘The New York Times‘ de sus opinadores? ¿Qué límites tienen ellos y qué límites tienen los editores? ¿Existe un manual?

B.M.: Hay un libro de estilo del NYT pero, que yo sepa, no un manual que dicte con precisión cómo debe escribirse un artículo de opinión o cuáles son los límites del trabajo de un editor con un autor. La banda de lo que se puede argumentar sobre cualquier tema es una banda muy ancha. Y cada caso es distinto.

SEMANA:¿Cuál es, a ciencia cierta, la línea editorial del ‘The New York Times‘?

B.M.: No es una ciencia cierta ni una línea ideológica cerrada. Se busca ofrecer una variedad de voces y puntos de vista, incluso entre los miembros del comité editorial (Editorial Board). Es una pregunta para James Bennet, Editor de Opinión del NYT, en todo caso. Pero la línea general del Times es reportar y opinar sin miedo ni favoritismo.

SEMANA: ¿Qué se necesita para ser colaborador del ‘NYT‘?

B.M.: Saber contar una historia –un problema o situación – de interés público y argumentarla con originalidad, sentido lógico, rigor e, idealmente, de manera interesante y atractiva.

SEMANA: ¿Existen articulistas que están blindados, que son intocables?

B.M.: No creo que haya nadie blindado ni intocable. Al menos en The New York Times y The New York Times en Español.

SEMANA: ¿Siguen siendo las páginas editoriales, o de opinión, las más leídas de los diarios? ¿Aplica para el ‘The New York Times‘?

B.M.: Los artículos de opinión, tanto en nuestros sitio de internet, las aplicaciones para tabletas y teléfonos como en el periódico impreso son de lo más leído. Lo mismo vale para The New York Times en Español, que circula solo en línea.

Sugerimos también: “Las redacciones siempre hemos sido campos de batalla del cambio”: directora de El País

SEMANA: ¿Qué hace a un buen articulista?

B.M.: No hay una fórmula única. Pero sin duda hay elementos comunes a todo buen articulista: la originalidad de su mirada y pensamiento, la capacidad de comunicarse a través de la prosa elocuente y bien informada, la credibilidad basada en la investigación, la experticia y la experiencia.

SEMANA: ¿Por qué despiertan tantas pasiones?

B.M.: Establecer la calidad de un articulista en términos taxativos o simplistas como amado u odiado es una actitud típica de nuestra época polarizada y lleva a un empobrecimiento de nuestra capacidad de entender. Pero un articulista debe sin duda ser provocador. Provocar es desafiar las creencias aceptadas y los lugares comunes para así despertar la reflexión. Un artículo de opinión debe estimular, incitar, exhortar, excitar e influir el debate público.

SEMANA: ¿Cómo no caer en la censura? ¿Ha tenido que llamar a un colaborador a decirle que su artículo no será publicado?

B.M.: No. ¿Por qué habría de censurar a alguien?

SEMANA: ¿Qué tan sano es que un articulista coincida plenamente con la línea editorial de un diario?

B.M.: Puede suceder y sucede con frecuencia. Pero buscamos que haya diversidad y pluralidad de puntos de vista.

SEMANA: En Colombia, recientemente, algunos medios han prescindido de columnistas bajo diferentes argumentos. ¿Qué le dice eso a usted?

B.M.: No conozco los detalles y por eso no puedo opinar. Pero todo lo que angoste la banda del debate público y la diversidad de opiniones empobrece la democracia. Una de las funciones axiales de los medios es mantener ese debate y la opinión, es la savia que lo alimenta.